Quiero Protegerte (Niam)

Capítulo 5

A la mañana siguiente, Liam se levantó temprano para trotar como lo hacía cada mañana. Salió de su casa a las 6:24 am y regresó a las 7:00 am cansado y mojado por el sudor. Luego de que se duchara y se pusiera algo limpio, Liam fue hacia el cuarto de invitados a vigilar a cierto chico.

El castaño abrió la puerta con sumo cuidado y sonrió al ver al pequeño chico dormido y acurrucado entre las sábanas, era una imagen muy tierna y por lo tanto, no sabía si era una oportunidad única en la vida, así que tomó una rápida foto con su celular y salió de la habitación.

El chico británico estaba friendo algo de tocino y tostando pan mientras escuchaba la radio, de pronto, su vista se vio bendecida cuando el irlandés apareció en la cocina, con su cabello desordenado.

—Buenos días. —le dijo el pequeño chico sonriendo.

—Buenos días —le respondió el mayor—. ¿Dormiste bien?

—El colchón de la cama parece una roca, pero estoy bien. —Liam solo rodó los ojos y sacó el pan antes de que se quemara.

—Chico caprichoso. ¿Tienes hambre? Hay pan, tocino, huevos y jugo de naranja. No soy fanático de cocinar.

—Tranquilo. Me encantaría. —Niall fue al refrigerador y sacó el jugo, seguido de dos vasos. Niall miró a Liam cuando se percató del jugo y el mayor se defendió enseguida.

—¡Ese lo compré esta mañana, lo juro! —el menor soltó una carcajada y prosiguió a servir el jugo en los vasos.

Ambos chicos se sentaron uno frente al otro mientras desayunaban lo que había preparado el inglés. Niall bebió un sorbo de su jugo y luego miró a Liam durante un largo rato. El chico grande estaba mirando el periódico, pero al sentir la pesadez de una mirada quitó su mirada de las noticias de deportes.

—¿Pasa algo malo? —Niall se acarició el hombro y negó con la cabeza.

—Solo quería agradecerte por esto. Me dejaste dormir aquí a pesar de que no te dije que me estaba pasando. No sé como agradecerte esto. —el chico de ojos azules tomó la mano que Liam tenía en la mesa y entrelazó sus dedos, el mayor sentía que su pulso estaba a punto de explotarle, solo el tacto del irlandés bastaba para descontrolar sus emociones.

—No es nada, es lo que hacen los amigos. —el mayor mordió su lengua ya que aún se le dificultaba pronunciar esa palabra cuando se trataba de él.

—En verdad te lo agradezco mucho. —Niall retiró su mano de la mano del castaño y éste gruñó al extrañar su tacto.

Ambos chicos terminaron de comer, el irlandés sabía que debía irse, ya que Liam tenía que ir a trabajar y tener a Harry de jefe era un dolor en el culo.

—Puedo llevarte si quieres. —le sugirió el mayor cuando Niall le había anunciado que se iría.

—Tranquilo, puedo irme solo.

—¿Estás seguro? —NIall asintió y Liam caminó hacia él.

—No causarte más molestias.

—No es molestia. —el irlandés estaba distraído bebiendo otro vaso de jugo de naranja cuando no se dio cuenta de que el inglés se acerba a él, lo que hizo que se tropezaran y NIall derramara todo el jugo en su playera.

—Joder. —murmuró Niall.

—Mierda, lo siento. —rápidamente Liam se disculpó.

—Descuida, no es nada.

—Ahora se manchó tu playera, ponte una de mis camisas. —cuando Liam dijo eso Niall lo miró como si tuviese dos cabezas.

—¿Estás bromeando? Mírate y mírame, tus camisas me quedan como una sábana. —el más alto solo rió y subió las escaleras directo hacia su habitación.

Niall lo esperó con una mueca en su rostro, a veces Liam podía ser algo... raro, pero en el buen sentido. El chico grandote bajó con una camiseta en sus manos y se la extendió al pequeño.

—Esa no me la pongo desde hace uno años, creo que te debe quedar bien. —Niall solo asintió y miró la camiseta, era de color negro y decía "Oasis"al frente, obviamente una clara referencia a la banda.

El irlandés le restó importancia y se quitó la camisa manchada frente a Liam, el chico casi se desmaya al ver a Niall sin camisa, siempre que iban juntos a un lago o a una fiesta en una piscina era lo mismo, le costaba no estar nervioso con el chico sin camisa y mojado frente a sus ojos. Cuando Niall deslizó el cuello de la camisa por su cabeza Liam aprovechó para pegarse una bofetada fuerte, no podía tener una erección delante de él, eso sería raro de explicar.

—Listo —Niall fue a mirarse al espejo de la sala y la camiseta no le quedaba mal, pero aún así le quedaba un poco ancha.

Liam terminó por colocarse el saco encima de su camisa de botones y luego se colocó detrás de Niall para hacer el nudo de la corbata, cosa que siempre lo irritaba. El irlandés sonrió y se dio la vuelta para ayudar al hombre con la prenda. Liam sintió mariposas en su estómago al verlo, Niall usaba una de sus camisetas y, además, estaba ayudándolo con su corbata.

—Gracias, Dios, te debo una enorme. —dijo en su cabeza.

—Una vuelta más y listo.

—Gracias. —Liam le sonrió.

—Gracias a ti, Liam. En verdad, muchas gracias por esto.  —Niall se puso de puntas y besó la mejilla de Liam.

En cuanto el hombre inglés sintió los labios del pequeño en su mejilla vio las estrellas, sus labios eran tan suaves como alguna vez los había imaginado. Niall era suave y hermoso.

Sin más, Niall salió despidiéndose de él y Liam fue al trabajo con una sonrisa.

El pequeño chico no iba a su casa como le había dicho al castaño, de hecho, ni siquiera había tomado un taxi o el autobús. Se había ido caminando hasta la casa de Louis y Harry. Había dejado su billetera cuando escapó de su casa y lo único que pudo tomar fue su celular. No había contado con que el Payne lo encontrara recuperando el aliento luego de tanto correr, Liam se había portado bastante bien con él, no quería abusar de su confianza para pedirle dinero o que lo llevara a casa de Louis, necesitaba hablar con alguien y desde que se había mudado de país encontraba refugio el Louis.

Al llegar a la gran casa, estaba lleno de sudor, el vecindario de Louis y Harry no quedaba muy cerca de la casa de Liam. Revisó su celular para mirar la hora y ya eran las 9:08 am, seguramente ya Harry se habría ido y hablaría con total privacidad con su mejor amigo.

Desesperado, el chico tocó la puerta varias veces hasta que fue abierta por Louis asustado, su rostro de angustia pasó a preocupación cuando vio a Niall al borde del llanto.

—Niall ¿qué ocurre? —pero el irlandés no respondió y solo se abalanzó sobre su mejor amigo, llorando.

—E-él l-lo hizo. —habló entrecortadamente.

—Niall, no te entiendo. ¿Quién hizo qué?

—Dan... me golpeó.