Capítulo 10

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Los nervios recorrían sus entrañas, siempre había sido de vejiga débil, y más en ese momento con las estúpidas mariposas que no se quedaban tranquilas.

¿Dormir?  Eso no estaba en vocabulario de Liam en ese momento. Luego de que Niall se fue no pudo dormir, pensando en ¿¡cómo demonios no arruino esto!?

Después de años, Niall, su amor platónico, por fin le había aceptado una cita. O mejor dicho, por fin se había armado de valor para invitarlo a ver películas. Aunque quisiera llevarlo l restaurante más caro de la ciudad, luego a comer helado, por último un paseo y acabar la noche haciéndole el amor en su habitación, no podía porque su estúpido cerebro solo le permitió decir "ver películas" y ni siquiera en el cine, sino en su casa.

La comida, la pizza, los refrescos las palomitas, los dulces y todo lo demás estaba listo, había revisado cada mínimo detalle de todo cada diez minutos. Debía ser la "cita" perfecta, si arruinaba esto se odiaría por el resoo de su vida.

Esa mañana sus amigos (sobretodo el imbécil de Zayn) no dejaron de molestarlo con que ya había crecido y que se había conseguido su cita soñada cuando les contó. Liam solo los golpeó a ambos en la nuca, no ayudaban a controlar sj nerviosismo.

Miró la hora en su reloj mientras se secaba el cabello con la toalla. Todo debía salir perfecto, y esl incluía su ropa. Si se vestía bien el irlandés botaría la baba por él, o eso esperaba.

Se vistió con una camiseta gris y un Jean. El timbre sonó y Liam terminó de peinar su cabello más rápido.

Le había quitado importancia a ponerse los zapatos y fue corriendo directo a la puerta. Antes de abrirla pasó sus manos por su cabello y luego movió la perilla de la puerta.

—¡Hola, Li! —saludó un alegre Niall.

El corazón de Liam se derritió al instante, el irlandés era lo más tierno que había.

—Hola, Niall. Pasa. —le sonrió de vuelta y le dio un pequeño abrazo con un solo brazo.

—Traje pizza. —dijo enseñándole la caja cuadrada que tenía en sus manos.

—Ya había comprado pizza. —Liam dijo eso y estaba empezando a morderse la mejilla por dentro, siempre hacía eso cuando algo se le salía de las manos. Se supone que él debía comprarlo todo.

—Más para nosotros —el irlandés entró y el británico se relajó un poco, puesto que traía una sonrisa en el rostro—. Y, entonces, ¿qué haremos?

—Tengo comida y películas, ¿Qué más se puede pedir? —Niall rió y entró directo a la cocina.

—¡Esta noche será increíble. Estoy listo para la pijamada! 

Eso desconcertó un poco a Liam. No tenía idea de que a Niall se le ocurriría quedarse a dormir. De nuevo lo tendría durmiendo en su casa, pero no en su cama, ni haciéndole el amor. Maldita sea. Y es que para Niall era una inofensiva reunión de amigos, porque después de todo, eso eran, solo amigos.

Niall salió de la cocina con nachos llenos de salsa en sus manos, se le acercó a Liam y le tendió uno. El mayor con nerviosismo abrió su boca y recibió la botana, se atrevió a guiñarle un ojo y Niall saltó al sofá.

La pizza casi se acababa, solo se centraban en ver la película. Liam se había dado cuenta de que no tenía tanta confianza con Niall como él creía. De hecho, se atrevería a decir que no recordaba una ocasión donde solamente salieron ellos dos a pasar el rato, solamente esa vez. El castaño empezó a preguntarse si le gustaba siquiera al chico, es decir, nunca le había demostrado algo así de afecto, ¿cómo mierda habrá hecho Zayn para acostarse con él? y a lo mejor no debería estar pensando en cómo hizo Zayn para follarse a Niall, debería estar pensando en qué hacer para que Niall lo note.

El chico ya estaba muerto de aburrimiento, Liam le parecía aburrido, algo así como un abuelo. El inglés fingió tomar palomitas cuando notó que Niall cerró los ojos, puso su mano en el muslo del menor y este dio un salto y rápidamente la quitó. Intentó parecer como si nada hubiese pasado, Niall estaba despertando y tratando de ver que pasó. Su nerviosismo aumentó y se sintió como un idiota adolescente virgen.

—¿Pasó algo? —preguntó el chico adormilado.

—No que yo sepa. —Niall encogió los hombros restándole importancia y se levantó al baño.
Liam soltó todo el aire que había retenido esperando que se tragara su excusa, cosa que al parecer funcionó. La "cita" iba cada vez de mal en peor, tenía que hacer algo para mejorar aquel desastre. O sea, ¡Niall se estaba durmiendo!

El mayor no se dio cuenta cuando el chico salió, pero venía cargando algo en sus manos.

—No sabía que te gustara tocar. —dijo el menor con una pequeña sonrisa, acariciando la vieja guitarra del castaño.

Liam había dejado de usarla hacía un tiempo, el trabajo lo consumía mucho como para tocarla de vez en cuando, aunque a veces lo hacía.

—Antes lo hacía, ya no mucho. Era solo un pasatiempo. —Liam le restó importancia al objeto y vio como Niall se sentó a su lado.

El irlandés colocó la guitarra en posición para tocarla, tocó algunos acordes y miró a Liam a los ojos. Niall le sonrió y regresó su mirada al instrumento, solo ese gesto hizo que el castaño muriera de amor.

—¿Pasatiempo? No creo que haya sido un pasatiempo para ti. —el menos empezó a tocar cualquier canción sin importancia, solo tocando las notas.

—Sí lo era, solo tocaba a veces y por diversión. No sabía que supieras tocar.

Niall se tomó el atrevimiento de tomar el control remoto y bajarle volumen al televisor. La película estaba aburrida, la conversación le estaba gustando más.

—Es lo que quería hacer, ¿sabes? Desde que me regalaron una en navidad —Niall levantó la mirada y Liam notó melancolía en su rostro—, ya sabes, llenar estadios, cantar, divertirme, tocar. Pero mis padres me decían que eso no era una carrera.

—Eso está mal —dijo en voz baja—Debieron apoyar tu decisión.

—Pero ya no importa —el irlandés pasó la manga de su camiseta por sus ojos y empezó a tocar una canción con más seguridad—. ¿Cantas conmigo?

Liam odiaba cantar, siempre había sentido que su voz era del asco, pero ¿cómo le diría que no a esa carita hermosa?

—Claro.

—¿Te gusta Fleetwood Mac?

—Adoro a Stevie Nicks.

Ambos empezaron a cantar y en seguida Liam se sintió en in ligar feliz. No sabía que Niall tenía la voz de un ángel, tocaba como un ángel, parecía un ángel. Sus dedos estaban moviéndose con una facilidad y una naturaleza tan únicas, como si fuesen hechos para eso, como si Niall hubiese nacido para hacer música.

—Eso fue estupendo, Liam —dijo el chico luego de que ambos terminaron la canción—. No sabía que tenías buena voz.

—Canto como la mierda, Niall. Tú cantas de maravilla.

—¿Estás bromeando, verdad?  Cantas hermoso, Liam. Créeme.

El castaño sintió sus mejillas arder, estaba avergonzado, pero de una buena manera.

—Gracias. Tú también eres asombroso, naciste para cantar, Niall.

El irlandés solo cerró los ojos y negó con la cabeza mientras sonreía. No le gustaba hablar de eso.

—No quiero hablar de eso ahora.

Ambos chicos guardaron silencio, un silencio un tanto incómodo. Liam notó que lo arruinó, pero quería remediarlo.
—¿Sabes? También toco el piano, pero por ahora solo tengo un teclado.

Niall rió y Liam se levantó a buscarlo. Después de todo su noche con Niall no fue del todo mala, al contrario, fue bastante buena.

Quiero Protegerte (Niam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora