Capítulo 114: Reencuentro.

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El funeral de Jiafen se había llevado a cabo en su ciudad natal, en China. Donde solo acudieron sus familiares y amigos más cercanos, los que incluían a Shun Wong, quien lloraba tan desconsolado como lo hacía su esposo y padres.

Siwon había hecho todo el papeleo necesario para que la ceremonia fuera ahí y lo más íntima posible, e incluso, a pesar de que los restos de su esposa habían sido trasladados a las pocas horas desde Corea a China, él solo había podido asistir el ultimo día, acompañado de Leeteuk, Donghae, Heechul, y Valentina. Los demás miembros habían ido en los días anteriores a mostrar sus respetos. Todo, con el fin de no llamar la atención de los medios y que no los siguieran.

El actor trataba de mantenerse fuerte, de sobrellevar el duelo, pero se le hacía casi imposible, nadie sospecharía que días antes de la muerte de Jiafen, estaba listo para pedirle el divorcio, y las peleas por la custodia de su pequeña hija había comenzado. La pena por perder a la mujer que había amado no era menor con aquellos hechos.

-Se que las cosas con mi hija no iban bien – era su suegra que se había acercado a hablar.

Los ojos de la señora demostraban la inmensa tristeza por la que estaba pasando, la falta de sueño, y de alimento. En solo unos días había envejecido años.

"Los padres no deberían enterrar a sus hijos", piensa Siwon, lo que produce una punzada en su corazón.

-Madre, íbamos a solucionarlo, íbamos... -trata de hablar, pero ella niega con la cabeza, y él calla.

-También lo sé -dice desviando su vista hacia Shun Wong-. Me conto todo antes de entrar a pabellón -suspira-. No tomo las mejore decisiones, quizá esto se hubiera evitado.

-Madre no piense así, ella está en un mejor lugar ahora.

- ¿De verdad lo piensas? -pregunta ella mirándolo con esperanza directamente a los ojos.

Siwon fuerza una sonrisa, tratando de darle tranquilidad y esperanza a aquella mujer, y asiente.

-Eunsu...

-Si sigue como ahora, en unas semanas le darán el alta.

-Es bueno saberlo.

-Aun no puede viajar, pero madre, cuando quiera puede ir.

-Eso era lo que quería escuchar -dice acariciando su mejilla-. A pesar de todo, mi hija tuvo suerte de encontrarte.

-Y yo a ella -le sonríe de verdad.

A pesar de haber vivido en una perfecta ilusión que había creado su esposa, fue feliz, y gracias a ella ahora tenía una personita que sabía lo acompañaría hasta su ultimo aliento.



Las horas pasaron, y con ellas el día, y el recuerdo de un amor sufrido, de la ilusión de un matrimonio y familia perfecta, de una pelea sin fin y un dolor que perduraría por siempre.

Y antes de que comenzara un nuevo día, los coreanos, junto con Vale, ya estaban de regreso hacia su hogar.



Llegan al edificio en silencio.

- Gracias por su apoyo – dice el actor, acariciando con cierta dureza los hombros de sus amigos, mientras subían al ascensor-. Les serviré una copa de vino -solo marca su piso, sin esperar respuesta.

Todo es culpa de Sungmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora