Una ronda mas por favor

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Tenía la mala costumbre de alejar a las personas con limón, sal y dos tragos de tequila.
Me emborrachaba hasta la embriaguez y salía a desnudarle la boca a cualquiera que pasara por la puerta.
Abierta.
Como siempre.

Sin culpas, reproches ni disturbios, no hace falta llamarlos, ya nos tenemos a nosotros.

Llámame a OrgasmosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora