lobos

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Intercambiábamos miradas cada noche antes de dormir
y después caíamos rendidos en un polvo de larga duración
con final en tus sueños

nos hacíamos chantaje con el destino
esperando que nosotros fuéramos los más listos
y dictábamos inocencia a cualquiera que supiera entrar en mis piernas

Como dos lobos feroces sin precauciones
que no conocen límites fuera de sus corazones

Y como aullábamos las noches de luna llena...
deberíamos habernos visto.

Llámame a OrgasmosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora