Llámame a Orgasmos

Otra

hay noches, que no sabes cómo empiezan,
pero tampoco quieres que acaben.
esas en las que estas en tu salsa,
con dos mojitos y un chupito,
pagado por algún carca.

fue en una de esas noches,
entre luces de colores,
reggeaton con vodka negro,
paquito el chocolatero,
un poco de Marea,
y la orquesta de la temporada
(que nunca verás trabajar en invierno),
en la que le conocí.

una noche de verano,
fresca,
en uno de esos pueblos de la Sierra,
que rozan el frío polar.

digamos que no compartíamos idioma,
pero si amigos
y sobretodo lengua,
y en mitad de una canción de esas
que nadie sabe pero todos cantan,
comienzo la fiesta,
de nuestras bocas y el sabor
a sol y sombra de horas antes.

no me preguntes cómo se pronuncia su nombre,
ni de que ciudad del norte de Francia era,
solo te diré algo:
era un beso francés.