Nací en México, tuve suerte de que había quedado con una familia que tenía una noción de la vida muy alegre. La mala suerte es que Alexiane me encontró a los dos años de edad y mató a mis padres por un simple susto que había tenido. Pienso que es una escusa, pero no me quejo, en ese momento ella era la única que me cuidó y no fue difícil, ya que tenía un banco en ese País.
La verdad es que no fue la única que me ayudó a crecer, siempre había tenido amigos, gente que no eran normales, en el sentido de que eran manipuladores elementales, magos, guerreros místicos entre otras personas, que eran estrellas del cine, escritores o simplemente músico.
La vida en ese entonces era agradable, el fin del mundo había terminado y todos hacen como si no hubiera pasado nada, menos en Tijuana que tienen tendencia religiosa algo ortodoxo.
Pero todavía me faltaba por hacer algo, tenía que encontrar a Susan y desde que vivo con Alexiane, la he buscado sin cesar.
Solo tenía cinco años cuando la encontré en Phoenix, Arizona. Estaba nervioso frente a su puerta, tenía a mi lado a mis hijos Alexiane y un amigo llamado Henry que era un adulto comparado con nosotros. Por su puesto habíamos llegado de noche por las condiciones de la chica, ella quería venir, estaba contenta de ver a Susan.
Toqué el timbre y me abrió la puerta un hombre, extrañado de que un grupo de desconocidos estuvieran en la su casa a la mitad de la noche.
-¿Que desean?
-Lo siento busco aaa… ¿Cómo es que se llama? –Preguntó Henry Nervioso.
-Renee. –Respondió Alexiane.
-Sí, ella… ¿Se encuentra? –dijo Henry.
-Claro, ya la llamo esperen un momento ¡Cariño te buscan! –grito el hombre.
En ese momento se asomó ella por la puerta y apena vio Alexiane, se tapó la boca de asombro.
-¡Oh por dios! –miró a todos a la vez, pero luego se fijo más en el pequeño, claro que tenía que darse una idea de que era yo. -¿Cómo me encontraron? Pasen.
-Mucho gusto, yo me llamo Henry. –dijo Estrechando su mano con Susan que aún no podía creer lo que pasaba.
-Hola –respondió, pero luego se dirigió a su esposo. –Cariño sabes necesito que vallas al súper a comprar leches y pañales que ya no hay. –dijo.
-¿Ahora? Pero si ya compramos eso la semana pasada –dijo él un poco fastidiado.
-Sí, pero ya sabes cómo es la bebe, ella come mucho y además se gastó todos los pañales.
-De acuerdo, ya regreso –dijo agarrando la llave del carro que estaba de un lado de la puerta.
Ya después de que el marido se haya ido, nos instalamos todos en la sala.
-Me imagino que tú eres Ráziel. –dijo ella muy emocionada.
-¿Cómo te ha ido, Susan? –dije sonriendo.
-Oh por dios es que no lo puedo creer.
-Susan, me alegro de que lleves una vida feliz –dijo Alexiane.
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Crónicas de Ráziel - El Secreto de un Mestizo
Научная фантастикаRáziel es un niño que busca el propósito de su vida porque cree, en que el destino está escrito. Después de tener una serie de pesadillas, se adentra a lo más peligroso lugares del mundo; junto con Susan Nowlly, una chica arqueóloga que sigue los pa...