La arena corría por mis pies, bajo el sediento sol. Lilith se acercaba cada vez más a mí, pero la veía como si fuera un espejismo.
-Ráziel hijo mío, no te alejes de mí… -decía ella a lo lejos, pero se escuchaba cerca del oído.
-Porqué siempre tienes que ser tan arrogante y miserable… -un hombre de cabello negro y largo, se acercó a él de la nada. -¿Por qué no me dejas que te ayude?
-¿Por qué me atormentas? –Pregunté mientras que el hombre frotaba alrededor de él.
-Solo quiero que recapacites… por si no lo has dado cuenta, te ayudé a escapar del barco, ayudé a Noah a que te salvara, no creas que los vampiro puedan resucitar, además guié a los Cullen a tu presencia. No todo en la vida es casualidad.
-Eres el mismo quién me habló en el barco, y el de mi pesadilla en ese bosque. ¿Quién era esa niña, quien eres tú? –Lilith parecía esforzarse para llegar a él y el sujeto se detiene en seco frente a su rostro.
-Yo Fui tu mejor amigo hace mucho, pero me mataste y por si fuera poco me dejaste en la nada.
-Tendría que tener una buena razón.
-Sí, claro que si la tenías, era yo o esa chica. –dijo pisando el suelo con voz amenazante. –Eres capaz de hacer lo que sea, solo verte matar a los padres de ese joven Brayan, me da la razón.
-Si tanto me odias ¿porque me ayudas?
-Por qué si mueres, solo reencarnarías, y yo te quiero muerto por completo. –se alejo y empezó a observar a Lilith que luchaba por acercarse, tenía la curiosidad de preguntarle que le sucedía, pero tenía una conversación seria y no sería bueno cambiarla.
-Solo alguien de mi familia puede matarme, mis hijos o una madre que me haya dado luz en la tierra.
-Lo sé, por eso espero con ansia tú llegada a la torre. –Dijo mientras se desvanecía. –Recuerda, hagas lo que hagas, siempre serás un maldito demonio.
-¡No, espera! ¿Qué torre, quien es la niña? no te vayas.
Mientras tanto en una choza me hallaba acostado sobre unas mantas, luchando con desesperación en mis sueños.
-¡Papá! Despierta – Decía Alexiane tratando de despertarme de la pesadilla.
De pronto me levanté empapado en sudor, Alexiane trataba de secarme con un trapo y observé que una anciana me miraba con arrogancia, al verla me dio una sensación de escalofrió por todo mi cuerpo.
-¿Dónde estamos? –Le pregunté a Alexiane, tratando de levantarme, pero ella me dio un leve empujón volviéndome acostar.
-En Armenia, refugiado con los licántropos, dicen que te escucharán antes de tomar decisiones.
-¿Y Susan? –Miré a mí alrededor, pero no estaba.
-Ella está bien… no la veo desde que despertó hoy en la mañana, de seguro ya se habrá ido.
-¿Hoy en la mañana, cuánto tiempo he estado dormido?
-Veinte horas, nos transportaste muy lejos, consumiendo toda tu energía. Tienes que liberar el poder de la espada por completo o si no algún día de esto vas a morir. –dijo entregándole la espada en sus manos. –Por ahora quédate acostado, les avisaré a los demás que ya has despierto y te traeré algo para que comas.
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Crónicas de Ráziel - El Secreto de un Mestizo
Fiksi IlmiahRáziel es un niño que busca el propósito de su vida porque cree, en que el destino está escrito. Después de tener una serie de pesadillas, se adentra a lo más peligroso lugares del mundo; junto con Susan Nowlly, una chica arqueóloga que sigue los pa...