Capitulo 13: El Desafío de los Licántropos

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   La arena corría por mis pies, bajo el sediento sol. Lilith se acercaba cada vez más a mí, pero la veía como si fuera un espejismo.

   -Ráziel hijo mío, no te alejes de mí… -decía ella a lo lejos, pero se escuchaba cerca del oído.    

   -Porqué siempre tienes que ser tan arrogante y miserable… -un hombre de cabello negro y largo, se acercó a él de la nada. -¿Por qué no me dejas que te ayude?

   -¿Por qué me atormentas? –Pregunté mientras que el hombre frotaba alrededor de él.

   -Solo quiero que recapacites… por si no lo has dado cuenta, te ayudé a escapar del barco, ayudé a Noah a que te salvara, no creas que los vampiro puedan resucitar, además guié a los Cullen a tu presencia. No todo en la vida es casualidad.

   -Eres el mismo quién me habló en el barco, y el de mi pesadilla en ese bosque. ¿Quién era esa niña, quien eres tú? –Lilith parecía esforzarse para llegar a él y el sujeto se detiene en seco frente a su rostro. 

   -Yo Fui tu mejor amigo hace mucho, pero me mataste y por si fuera poco me dejaste en la nada.

   -Tendría que tener una buena razón.

   -Sí, claro que si la tenías, era yo o esa chica. –dijo pisando el suelo con voz amenazante. –Eres capaz de hacer lo que sea, solo verte matar a los padres de ese joven Brayan, me da la razón. 

   -Si tanto me odias ¿porque me ayudas?

   -Por qué si mueres, solo reencarnarías, y yo te quiero muerto por completo. –se alejo y empezó a observar a Lilith que luchaba por acercarse, tenía la curiosidad de preguntarle que le sucedía, pero tenía una conversación seria y no sería bueno cambiarla.

   -Solo alguien de mi familia puede matarme, mis hijos o una madre que me haya dado luz en la tierra.

   -Lo sé, por eso espero con ansia  tú llegada a la torre. –Dijo mientras se desvanecía. –Recuerda, hagas lo que hagas, siempre serás un maldito demonio.

   -¡No, espera! ¿Qué torre, quien es la niña? no te vayas.            

Mientras tanto en una choza me hallaba acostado sobre unas mantas, luchando con desesperación en mis sueños.

   -¡Papá! Despierta – Decía Alexiane tratando de despertarme de la pesadilla.  

De pronto me levanté empapado en sudor, Alexiane trataba de secarme con un trapo y observé que una anciana me miraba con arrogancia, al verla me dio una sensación de escalofrió por todo mi cuerpo.

   -¿Dónde estamos? –Le pregunté a Alexiane, tratando de levantarme, pero ella me dio un leve empujón volviéndome acostar.

   -En Armenia, refugiado con los licántropos, dicen que te escucharán antes de tomar decisiones.

   -¿Y Susan? –Miré a mí alrededor, pero no estaba.

   -Ella está bien… no la veo desde que despertó hoy en la mañana, de seguro ya se habrá ido.

   -¿Hoy en la mañana, cuánto tiempo he estado dormido?

   -Veinte horas, nos transportaste muy lejos, consumiendo toda tu energía. Tienes que liberar el poder de la espada por completo o si no algún día de esto vas a morir. –dijo entregándole la espada en sus manos. –Por ahora quédate acostado, les avisaré a los demás que ya has despierto y te traeré algo para que comas.

Crónicas de Ráziel - El Secreto de un MestizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora