Capítulo 2

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-Acaba de estallar la tercera guerra mundial. España se ha aliado con EE.UU, y Rusia con Corea del Norte, entre varios países más implicados. Además Rusia ha sido la que ha dado el pistoletazo de salida y quiere crear una "Nueva Generación".

-¿Qué quieres decir con "Nueva Generación"? -pregunté totalmente ajena a lo que me estaba contando.

-Una nueva era donde no quieren la existencia de personas mayores, ancianos a los que piensan matar ahora mismo, en las calles, en sus casas, donde los vean. Tampoco quieren homosexualidad en su nueva era, por eso se han llevado a Laura y los demás.

-¡¿A dónde?! -grité desesperada.

Guille se encogió de hombros.

-A los adultos se los llevaran para que trabajen y hagan todo el trabajo sucio que les mande esta gentuza. A los niños se los llevarán a escuelas donde les enseñarán las nuevas leyes de la "Nueva Generación," y a nosotros nos llevarán también a trabajar o a Dios sabe qué.

-¿Cómo sabes todo eso?

-Hace unas semanas estuve hablando con un amigo sobre si llegaríamos a vivir la tercera guerra mundial, así que lo investigué en internet y vi las noticias sobre lo últimos acontecimientos que estaban pasando en todo el mundo: las malas relaciones entre países y los conflictos. Decían que de un día para otro podría dar comienzo la guerra donde Rusia, liderado por Alexey, trataría de impartir un nuevo régimen y limpiar el mundo de personas que lo ensucian con sus actos y su manera de pensar. Ya le llaman el sucesor de Hitler. Si es verdad lo que leí, tienen previsto enviar a los homosexuales a unas especie de cárceles donde les trataran para curar su "enfermedad".

Me llevé las manos a la boca mientras las lágrimas ya corrían por mi cara de solo pensar en mi amiga. No podía creer lo que estaba oyendo, es todo una locura. Es imposible que esto esté pasando. Guille me puso una mano en el hombro para consolarme.

-Mira, cuando lo leí todo no me lo creí, pero cuando entraron los militares yo aún no había bajado ha desayunar, seguía en mi cuarto. Busqué las noticias desde el ordenador y vi que se confirmaba todo lo que había leído días antes. En Rusia ya empezaron ayer ha hacer lo mismo que están haciendo hoy aquí. Van a arrasar con todos los pueblos y ciudades, según ellos, para limpiar el mundo de la escoria humana.

-Tenemos que salir, hay que ayudar a Laura -digo con la clara decisión de salir de este refugio.

Sin embargo, Guille corrió hasta ponerse delante de la puerta, obstaculizando así el paso.

-Paola, si salimos estamos perdidos. Tenemos que quedarnos aquí.

-¿Pretendes quedarte aquí escondido como una rata sabiendo que se están llevando a tus amigos a Dios sabe dónde? -exploté muy enfadada- Eres un cobarde.

Y sin titubear le aparté de un empujón y salí de allí sin que Guille pudiera impedírmelo.


*Flashback*

Adrián y yo estábamos aún en mi habitación. Iríamos a desayunar más tarde. Adrián se había empeñado en quedarse un rato más bajo el calor de las mantas y yo acepté la idea encantada mientras echaba la última cabezadita abrazada a él. Pero de pronto un fuerte golpe nos despertó asustándonos. Adrián fue el primero en levantarse apresurado de la cama para asomarse por la ventana.

-Son militares -masculló con la cara desencajada.

-¿Qué? -exclamo alucinada, comenzando a vestirme.

-Tenemos que irnos.

-P-pero...

-¡Vamos!

Sin saber qué estaba sucediendo me agarró de la mano y me llevó corriendo por el pasillo hasta meternos en los baños y cerrar la puerta. A continuación volvió ha asomarse por la ventana y vio el patio despejado.

-Tenemos que salir por aquí -dijo tomando todo el control.

Miré a Adrián perpleja, no entendía nada de lo que estaba pasando aquí.

-¿Piensas saltar por la ventana? -pregunté nada convencida por su idea.

-Nos agarraremos por las enredaderas.

-No... -me negué asustada.

Acompañé mis palabras dando varios pasos atrás, pero Adrián se acercó a mi y me cogió por los hombros, mirándome fijamente a los ojos.

-O nos vamos o nos matan. Tú decides -dijo con una seguridad que me hizo creer que a su lado jamás podría sucederme nada.

Adrián se volvió de nuevo hacia la ventana y empezó a sacar un pie fuera. Creo que fue el miedo lo que me empujó a correr a su lado y esto le hizo sonreír como solo él sabe hacerlo, y no necesité más nada para seguirle a donde me dijera. Vi como comenzó a bajar por la larga enredadera y le imité, empezando ha sacar un pie fuera de la ventana. Nunca supe que tuviera vértigo hasta que me vi en esa situación, pero aún así tomé aire y bajé lo más rápido que pude tratando de no mirar hacia abajo. Cuando toqué suelo me abracé fuerte a Adrián. Volvió a llevarme de su mano con seguridad hasta perdernos entre los árboles del bosque y, escondido entre la maleza, encontramos un jeep de color negro. Le quitó las malezas que casi lo tapaban y entramos dentro. Después le dio un golpe a la guantera para abrirlo y sacó de allí la llave que pondría en marcha el coche. La introdujo dentro y el motor rugió. Yo temí que nos oyeran los soldados, pero Adrián pisó el acelerador y condujo por el bosque como si se lo conociera de memoria. Minutos después conseguimos salir al camino que llevaba hasta la carretera rumbo a la ciudad.

-¿Cómo es que sabes conducir? -le pregunté sorprendida.

-Me enseñó mi padre hace tiempo.

Me miró con su gesto siempre galán y me mostró una media sonrisa. Sus azules ojos radiaban seguridad en sí mismo, como si supiera muy bien lo que debía hacer.

                                                                                                                                                         *Fin del flashback*

Búscame como puedas (Trilogía "Como puedas" Segunda Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora