3. Zorro

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Ibiki se había reído de Kiba por su desesperado intento de abrir La Habitación Sin Fin. << No importa cuánto te esfuerces, esa barrera nunca desaparecerá...>> Y Kiba comenzó a dudar de sí mismo por primera vez. << Es que... ¿tiene razón...? ¿No podré proteger a Hinata?>> Ya estaba cansado y su cuerpo estaba al límite con cada embestida, pero cuando se preparaba para un nuevo intento, un olor muy conocido llegó a su nariz envuelto en una ráfaga de viento. Akamaru gruñó con desconfianza. Y en el fondo del pasillo se dibujó la forma humana de una criatura.

Cuando Sasuke vio que sus oponentes eran esas criaturas llamadas licántropos, todos sus pensamientos se distorsionaron. No podía permitir que ellos se hicieran del secreto de esa habitación, porque era él quien merecía saberlo, no esos animales inferiores. Y por eso, se enfrentaría a muerte contra ese maldito perro.

Envuelto en la oscuridad lanzó el primer golpe.

─ ¡Housenka no jutsu!

Kiba sintió que la temperatura del aire subía, de inmediato sintió que el fuego era una de las armas preferidas de esos despreciables vampiros. Se preparó para enfrentarlo. Incontables ráfagas de fuego se lanzaron contra él, y junto a Akamaru pudo esquivarlas sin problema alguno, incluso parecía que para Ibiki tampoco resultaban un gran problema, sin embargo, en cuestión de segundos las ráfagas fueron aumentando de tamaño y velocidad. Y para colmo, el poco espacio que tenían en el pasillo les hacía las cosas más difíciles. Kiba no tenía más opción que enfrentar a ese "Chupasangre".

─ ¡Garouga!

Esta vez, fue Kiba quien se transformó en un segundo Akamaru, y juntos embistieron a Sasuke a una velocidad mayor. Pero los ojos del Uchiha habían cambiado a un rojo intenso y su puño se cubrió de una descarga eléctrica que hacía un sonido peculiar. << Chidori >> Golpeó a Akamaru sacándolo de combate. Iba a impactar contra Kiba pero algo más se interpuso en su camino. El joven Inuzuka reconoció ese olor en un instante: era Hinata.

El floreado kimono de la chica se hizo pedazos en el aire. Kiba la abrazó con mirada de terror. ¿Cómo había llegado hasta ese lugar? La fuerza del impacto los aventó a ambos contra la puerta de acero e Ibiki transformó su gesto cuando vio que las bisagras de metal sucumbían hasta dejar un hueco en la pared. La barrera había desaparecido y eso significaba que el Hokage...

─Está muerto... ─Susurró con pesar.

El sonido de la puerta al caer se escuchó en todo el edificio. Unos pisos más abajo, Choji y Genma detuvieron su combate. Un rugido fuerte y estremecedor les invadió los sentidos. Kiba lo había logrado. La Habitación Sin Fin estaba abierta.

♥ ♂ ♥ ♂ ♥

Pareció que el mundo guardó silencio al escuchar la canción del infierno. Konoha tembló con aquel rugido ensordecedor. El caos estaba libre.

Kisame le ofreció al pelirrojo el corazón fresco, hizo una reverencia y bajó la mirada en señal de respeto.

─Para usted, Gaara-sama...

El muchacho no cambió su mirada despectiva, tomó el órgano y se lo llevó a la boca.

─El corazón del hombre que nos negó el destino... ─Masculló antes de encajar los dientes y darle la primera mordida. La sangre salió a borbotones de las arterias y se derramó sobre su pecho.

La gente del Hokage quiso detenerlo, pero Kisame se los impidió. Nara Shikaku, al otro lado del salón fue más hábil cuando su Kagemane evitó que el cuerpo de Gaara se moviera. Una anciana que había permanecido a su lado, como fusionada con la escena, golpeó al hombre en la nuca para dejarlo inconsciente y liberando al pelirrojo al mismo tiempo. Se descubrió la cabeza dejando la chalina sobre sus hombros y soltó una carcajada aguda y estentórea. Caminó hasta quedar de frente a los líderes de cada raza.

La Habitación Sin FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora