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El plan estaba listo, las cosas habían salido según él las predijo. Hizo planes de reserva con la información que Chiyo le hizo llegar. Hizo cálculos, visualizó cientos de escenarios, formuló otro tanto de soluciones... Pero en ningún momento pensó en enfrentarse directamente a su padre. Tenía que aceptar que sólo un demente irracional tendría la loca idea de enfrentarsele a Nara Shikaku. Y por supuesto que él no era ese demente irracional.
Shikamaru podía soportar cualquier presión, aunque si podía, seguro que le daba la vuelta. Sabía salirse con la suya cuando de escabullirse al bosque se trataba. Él no era de los que buscaban problemas, era de los que los rodeaban. Tampoco era que se hubiera propuesto traicionar a la ciudad, sólo era que tenía el don de escuchar, el de ver y el de comprender, según palabras que el propio Orochimaru le dijo una vez. Shikamaru era el idóneo para asimilar y comprender, y por eso, la blanca serpiente le habló de todo lo que sabía. Quiénes eran los lobos y quiénes eran los vampiros. Cuál era el papel del humano entre estos dos. Qué propósito había tras la guerra. Qué buscaba cada uno...
Shikamaru no podía decir que confiaba ciegamente en Orichimaru, pero sí podía decir con seguridad que no estaba ciego. Él podía ver. Y veía el miedo con el que las personas vivían en torno a La Habitación Sin Fin. Veía la renuencia que los mayores le tenían a ese lugar, el rechazo que se contagiaba entre los jóvenes y el odio que se transmitían mutuamente de una raza a la otra. Shikamaru lo veía todo pero no entendía nada.
<< ¡No hables con ese lobo salvaje! >> Le reprendió Yoshino cuando lo sorprendió jugando con Choji a la orilla del río. ¡Qué bueno que nunca le dijo que consoló a Yamanaka Ino cuando la vio llorando en el bosque el día que se enteró que Sasuke ya estaba comprometido! Si Yoshino se hubiera enterado habría encerrado a su inocente hijo para evitar esas amistades peligrosas. Pero Shikamaru conocía a Choji como un jovencito tímido y amable que aveces se encargaba de desaparecer toda la barbacoa de Konoha, no a ese cruel, enorme y despiadado lobo que decían, había heredado de su clan. E Ino sólo era una señorita enamorada, un tanto insegura y un poco mandona pero a él le constaba que llegaba a esforzarse como ninguna otra para ser del gusto de Uchiha Sasuke. Por más que lo intentaba no lograba ver en ella a la sanguinaria criatura de la que todos hablaban.
Y por eso no entendía porqué de ese afán de mantener a todos envueltos en una guerra estúpida. O al menos no le entendió hasta que supo de la existencia del Kyuubi. Y entonces creyó comprenderlo todo. El noveno biju era un poder tan grande que resultaba realmente peligroso que cualquiera lo controlara, tanto como dejarlo libre. Pero entonces... ¿Porqué estaba bajo el control del Hokage? ¿Qué o quién le dio ese derecho?
No pasó mucho tiempo para obtener esa respuesta de Orochimaru; todo lo que en el mundo pasaba estaba movido por el miedo. Sarutobi Hiruzen tuvo miedo de perder el único hogar que conoció en su vida por miedo a ese poder y el conflicto entre clanes. Uchiha Fugaku tenía miedo de perder el control de su clan, el respeto de su familia y la autoridad en los vampiros. Y Tsunade... Al parecer, Senju Tsunade tenía el miedo más estúpido de todos. La rubia líder de la manada tenía miedo a fallarle a sus ancestros. Le tenía miedo a los muertos. De llegar al otro mundo y encontrar reclamos e insultos, de no ser digna del legado que muchos antes de ella le confiaron. Tenía miedo de no estar a la altura de su posición.
<< Los licántropos somos una raza guerrera que a diferencia de los aristócratas vampiros, fuimos creados con el propósito de luchar, de pelear al frente de las líneas de fuego. Nosotros tenemos sed y hambre de guerra, por eso la guerra es nuestro alimento y por eso no podemos evitar continuarla y perpetuarla hasta el fin de los tiempos... Tal pareciera que esa es la función de cada líder de manada; ser más sanguinario que el líder anterior. Dejar huella de la sangre derramada y dejar bien claro que esa huella es mucho más grande que la que recibió de su antecesor... >> Le explicó Orochimaru sobre su propia raza, perfectamente consciente de que él era la excepción que confirmaba la regla. Un lobo pacífico que se negó a seguir el camino de sus hermanos, que renunció a su sangre lobina y se exilió para no ser arrastrado en el mismo destino que la manada.
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La Habitación Sin Fin
Hayran KurguEn Konoha, desde tiempos antiguos se ha vivido una disputa por el control de la ciudad. Vampiros y Licántropos pelean día a día para demostrar la superioridad de su especie. Naruto y Sasuke deben enfrentarse a su destino para lograr una felicidad qu...