La Habitación Sin Fin

8. Pasado.

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Kakashi llevó a Naruto hasta el lugar donde se hayaba la tumba de sus padres. Era una hermosa lápida de mármol donde, por alguna razón, la lluvia no caía, formando así una especie de oásis florar en medio del constante aguacero. El epitáfio eran las palabras más dulces que Naruto jamás había escuchado.

"El trabajo de un padre, es tener fe permanente en su hijo"

Namikaze Minato.

Más abajo, podía ver algo escrito, pero por la maleza, no lograba saber lo que era. Ese lugar le parecía tan sagrado que no se atrevió a poner un pie ahí, sólo sintió que sus lágrimas rodaban cálidas por sus mejillas.

─ ¿Cómo murieron?

Era una pregunta que tomaba al Daimyo por sorpresa. Ya había contemplado la posibilidad de contarle cómo sucedieron las cosas, pero no creyó que nada más al llegar, ya quisiera saberlo. Sabía que podía ser un golpe muy duro para alguien como él.

Ante su renuencia, Naruto se impacientó.

─ ¡Por qué no me lo dices! ¿Qué es lo que tienes que ocultarme?

Su cuerpo expulsó una honda de calor que ocasionó daños a unos metros de donde estaban, nada grave, aún así, tomó por sorpresa a muchos. Kakashi pudo ver que Naruto no tenía muchas estabilidad con su Cadena lejos de él. Negarle lo que quería, podía ser peligroso.

─Te contaré cómo pasaron las cosas, pero es importante que te mantengas tranquilo. Si liberas tu poder sin control, lastimarás a mucha gente.

─Lo... Lo siento... sólo quiero saber por qué murieron...

─Ese fue un error que aún, muchos nos reprochamos... ─Inició viendo cómo las gotas de lluvia caían desde el cielo con aparente lentitud, recordando que aquel día era muy parecido─. Todo comenzó con la profécia de Chiyo-baba anunciada a Konoha. La única persona de la ciudad que la tomó en serio, fue tu madre, y de inmediato se unió a ella para conocer a Minato-sama. Su salida significó la traición para los licántropos y el Hokage, quienes la persiguieron sin descanso por todo el territorio del País del Fuego. Cuando llegaron a la frontera, los mienbros más fuertes de Akatsuki, lidereados por el propio Minato-sama, nos encargamos de resguardarla dentro del País de la Lluvia. Unos meses después naciste, y todo pareció quedar en el olvido. Sin embargo, en Konoha no pensaron lo mismo y a toda costa lograron infiltrarse en Amegakure para conocer la situación. El Hokage exigió la deportación de Uzumaki Kushina, considerada como una criminal de alta peligrosidad, o de lo contrario, tomaría la negativa del Shogun como una declaración de guerra. Todos los habitantes de la lluvia decidimos apoyar a Minato-sama y a su familia, y nos preparamos para la guerra. La batalla fue larga y desgastante, Minato-sama utilizó todos sus recursos para proteger la frontera y hubiera resistido, si no hubiera recibido esa noticia...

Naruto escuchó el relato con tanto interés que le pareció estar viendo una proyección cinematográfica. Cómo fueron los enfrentamientos para proteger las fronteras del País de la Lluvia del ejercito del Fuego; cómo se inició la batalla final entre su padre , el Señor de la Lluvia, y su antiguo líder, Uchiha Fugaku, para liberar a Kushina del confinamiento en el que sometieron para ser ejecutada de inmediato. Se llenó de angustia cuando escuchó que a esa batalla se unió la líder de los licántropos, Senju Tsunade. Cómo la misma Kushina le rogó a Minato que se rindiera para no enfrentar a esa mujer, y cómo al final, en medio de la desesperación por salvar la vida del hombre al que amaba y la de su hijo, cometió seppuku a cambio de detener la invasión al País de la Lluvia. Tsunade aceptó y en una muestra de respeto hacia el acto de su antigua hermana de manada, detuvo el ataque de los licántropos a la ciudad, su retirada era inminente, sin embargo, los vampiros estaban lejos de aceptar una victoria ajena y reclamaron también la vida del pequeño Naruto...