>>Farlan
-Una fiesta, ¿puedes creerlo?
-Farlan, por Darth Vader, ¡me has dicho lo mismo unas quinientas cinco veces ya!- la chica soltó una carcajada y me dio un puñetazo en el brazo.
-Es que no me lo creo, sencillamente no puedo creerlo...
-Más te vale que lo hagas princesita nerd, porque te van a llegar miles de cartas de odio.
-¿De odio?, ¿por qué?
-Porque uno de los chicos más buscados del plantel te ha invitado a una importante fiesta universitaria. ¡Diablos! Para ser tan listo, se te escapan muchas cosas obvias, pequeño torpe.
-Bueno, creo que tienes razón...
-Pero no te agobies Farlan, seguro Hat te mantendrá a salvo de cualquier bravucón, y si una Barbie operada con botox en la cara te molesta, le arranco una oreja.
-Gracias Dae, aunque preferiría que no le arrancaras nada a nadie.- terminamos de almorzar en la cafetería y cada quien se fue a su clase.
A veces, entre cambio de aula, o cuando pasaba cerca de la biblioteca, veía a Hat por ahí. Y no entendía qué me había visto, porque algo debía tener yo para que un tipo como él se fijara en un inepto social como yo. Y eso no me molestaba. De hecho, ¡me hacía feliz!
Dae tenía razón: Hat tenía cientos de admiradoras, y algo tenía yo que ellas no, y eso era bueno ¿no?
Después de todo no había algo mal conmigo. Sólo era malo haciendo amigos, toda persona en algún momento tuvo problemas para encajar, pero tenía a Dae, y ella era maravillosa, y ahora tenía a Hat, y él...bueno, él era lo que le seguía a "maravilloso".
Clases, una tras otra, pequeños recesos entre ellas en los que me ponía a pensar en qué diantres iba a usar para la famosa fiesta, que ahora que ponía más atención, resultaba tener un gran impacto en mis compañeros. Ahora que prestaba atención, resultaba que todos querían ir, que sería una verdadera locura, la mejor cosa que se había organizado en años.
Para mi afirmar eso sin que hubiese pasado era una locura.
Las fiestas no eran lo mío, ni cuando era niño, y menos ahora; el olor a cigarro u otras sustancias me daba un dolor de cabeza horrible, el exceso de bebidas alcohólicas (incluso si NO las consumía, cosa que nunca hacía) me provocaban nauseas y mareo extremo.
Era un debilucho para ese tipo de fiestas, o las celebraciones en general.
Pero Dae estaría conmigo, no debería preocuparme, y estaba seguro que si Hat me invitaba a bailar con él tendría que esforzarme mucho por no pisarlo o desmayarme.
Sonó la campana.
Owen, un compañero de la clase de literatura, se me acercó para aclarar los detalles para finalizar el trabajo, así que optamos por ir a su casa y acabar por fin.
-Oye Farlan, ¿irás a la fiesta del viernes?- lo miré raro, puesto que no estaba enterado de que a un "nerd" como Owen, o como yo, se interesara en cosas así.
-Eh...no lo sé, se supone que tienes que ir con alguien, ¿no?
-Pues claro que sí, ¿aún no te consigues pareja?
-¿Te parezco alguien con quien alguna chica querría salir?
-Tienes razón.- me empujó con fuerza hacia una calle vacía a unas cuadras de la escuela. Tropecé y caí de costado, golpeándome con fuerza el brazo y la cabeza.
-¡¿Pero qué te...?!- recibí una patada en el estómago y perdí el aire.
¿Qué estaba pasando? ¡¿Cuál era su maldito problema?!
Cuando miré, Owen estaba recibiendo un fajo de billetes por parte de varios chicos del Club de deportes, y estaba seguro de que no me estaban rodeando para ofrecerme unirme a ellos.
Analicé mis vías de escape, mis probabilidades de salir de ahí sin que rompieran algún hueso, pero antes de hacer nada uno de ellos me agarró con fuerza del cabello, me alzó del piso y recibí un fuerte puñetazo en la cara que me derribó.
-¿Así que te conseguiste pareja para ir a la fiesta, marica?- ladró uno, los otros se rieron.
Y la lluvia de golpes me alcanzó.
En medio de tremenda paliza, en medio de carcajadas crueles e insultos rebuscados, mi cabeza pensaba en Hat. Sólo en él, en el sonido del violín, en su voz.
No entendía qué pasaba por mi cabeza para concentrarme en ese chico cuando estaba a punto de ser nockeado por cinco bravucones. ¿Acaso tenía la esperanza de que apareciera de pronto a salvarme?
Esto no era una película barata de romance. Era la vida real.
Realidad en la que tuve la oportunidad perfecta de huir: dos de ellos estaban discutiendo sobre qué terminarían por hacerme, pero no pensaba quedarme.
Me levanté con fuerza que saqué de algún rincón de mi herido cuerpo y corrí fuera del maldito calejón.
Corrí lejos de ellos, escapé de una u otra forma.
Quizá debí fijarme al cruzar la calle, quizá debí escuchar la bocina.
Sentí perfectamente el impacto de esa camioneta contra lo que quedaba de mí.
Y escuché el grito de Dae. El grito que jamás salió de mi garganta.
-¡¡¡FARLAN!!!
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We Are Lost Stars
Fanfiction¿El amor a primera vista existe? ¿Y qué pasa cuando ni siquiera has visto su cara? ¿Hay algo como el "amor a primer oído"? Farlan es un chico muy inteligente, un inepto social de primera, alguien que basa sus acciones en lo racional y lo común, pero...