>>Farlan
Las semanas pasaron y me recuperé completamente. Incluso me sentía mejor que antes, no podía negarlo.
Dae me recibió el primer día que volví a la universidad con golosinas y un libro recién comprado sobre la historia de la aviación en todo el mundo. Creo que nunca la había abrazado tan fuerte como esa vez.
Sin embargo, ese día no vi a Hat. Por supuesto, tras lo sucedido aquél día en la habitación del hospital, las cosas entre nosotros habían cambiado, y nadie lo sabía, ni siquiera Dae (que no tardaría en enterarse). Todo parecía seguir como antes, pero él y yo sabíamos que no era así.
Algo había cambiado. Algo drástico, y yo era el idiota más feliz de éste lado del cosmos.
Cosa que me preocupaba.
De la nada, había corazones dibujados en todos mis apuntes, letras de canciones cursis, color rosa. Veía nuestras conversaciones y flotaba, y si el celular vibraba, deseaba que en la pantalla hubiera un mensaje con su nombre.
Era la dopamina, por supuesto, la emoción de recibir atención de aquella persona que te hace sentir en las nubes. Perfectamente normal, una cuestión química en el cerebro y el hipotálamo... ¡pero era peligroso!
A la salida, Dae fue a buscarme y me acompañó caminando a casa, porque hacía un día nublado y fresco, lo que era agradable; además, estaba seguro que querría sacarme información sobre Hat, y yo a ella, sin duda.
-Anda, ¿quién empieza a confesar?
-No diré nada.
-¡Eso no es justo Farlan! Vamos, he visto tu cuaderno de biología, ¿y el separador que usas en el libro que te regalé?
-¿Qué tiene el separador?
-Es el coro de la canción favorita de Hat, no te hagas tonto.- la chica soltó una carcajada y yo bajé la vista de golpe, ruborizado hasta las orejas.
-...N-No lo sabía.
-Mentiroso.
-¡Lo di-digo en serio!- me miró extraño y se detuvo en seco, muy seria de pronto.
-Pues, creí que lo sabías... ¡Qué gracioso! Esa canción es perfecta para ésta ocasión. Canta conmigo Farlan.- me dio un ligero codazo, decidí seguirle la corriente, porque pensé que sería divertido.
-Si a los engaños dieran premios, hubiera varios ya ganado. No me interesa tener novio, ¡eso es historia, ya lo sé todo!
-¿A quién crees que engañas? ¡Él es lo que tú más quieres! Ocultarlo tratas, pero es hermoso lo que sientes. ¡No lo disimules! Bien sé dónde está u corazón.
-No oirás que lo diga, no, no.
-Tus sueño es, no lo niegues.
-¡Jamás lo haré, no hablaré de mi amor! Creí ya haber aprendido, ¿por qué sólo el inicio es hermoso? Mi mente me grita que tenga cuidado, ¡porque no todo es maravilloso!
-Claramente veo que lo quieres y lo extrañas, no lo aceptaré, ¡date cuenta que lo amas! Sólo debes admitirlo, porque muy enamorado estás.
-No vas a oír que lo diga, no, no.
-Ya rindete, tu sonrisa es de amor.
-No insistas más, no diré que es amor.
-¡Quieras o no te atrapó el amor!
-No pidas más que lo diga. ¡No harás jamás que lo diga!
-¿Tu orgullo no deja que hable el amor?
-...Nadie sabrá. No hablaré de mi amor.- cuando reaccioné habíamos llegado a mi casa y Dae había sacado una magnolia pequeña y blanca de quién sabe dónde. Traía una nota amarrada a su tallo.
"Te tengo una sorpresa".
Mi corazón dio un vuelco y miré a mi mejor amiga, sintiendo un nudo en el pecho. Ella se rió, limitándose a señalar mi casa con un gesto de su cabeza; entré corriendo, pensando que luego me preocuparía por saber cómo y porqué estaba abierto, si yo había cerrado con llave cuando fui a la Universidad.
Bueno, en la sala había globos por todos lados y serpentinas, y una caja forrada con papel de regalo que tenía figuras de aviones, en medio, en el suelo. No pude evitar reír, ¿por qué tantos aviones? No me había dado cuenta de que me obsesionaban...
La levanté y vi otra nota que decía que la abriera.
Me sentí como Alicia en el País de las Maravillas, especialmente porque todo, absolutamente todo eso, se me hacía demasiado familiar. Como un deja vú.
Abrí la caja con cuidado de no romper demasiado el papel y encontré dentro una cámara profesional. Era marca Cannon, perfecta, hermosa, completamente nueva. Y tenía otra nota que decía que subiera al balcón de mi cuarto.
Lo hice, con la cámara ya colgada en mi cuello, encontrando notas en Post-it amarillos con frases de mis libros y canciones favoritas. Todas las notas tenían una "H." como firma.
Pensé que iba a desmayarme de la emoción.
La puerta estaba abierta, y en el balcón encontré a Hat recargado contra el barandal, con un cartel en las manos y...y los ojos vendados.
-¿Hat?
-Vamos, sólo contesta.- dijo, intentando escucharse seguro, pero su voz temblaba tremendamente.
"¿Quieres ser mi novio?"
Quería reír hasta que el estómago me doliera. ¿Cuántas cosas así vi en preparatoria? Chicos que con carteles y ayuda de sus amigos hacían esa pregunta a la chica que les gustaba, o a veces les llevaban serenata; lo sabía, porque Dae y yo saboteábamos esas declaraciones de amor.
Dae lo hacía porque le divertía la miseria ajena, y yo por venganza. Nunca fui lo suficientemente valiente para hacer un detalle así, porque siempre fui muy torpe en el amor.
¿Quién hubiera pensado que me tocaría a mí recibir algo tan lindo?
-Hat, ¿por qué te vendaste los ojos?
-No lo sé, improvisa.- ambos nos reímos.
¡Era tan extraño!
-Esto es lo más lindo que alguna vez han hecho por mí.
-Que Dae no te escuche, o se pondrá celosa.
-¿Por qué tendría celos ella de mi novio?
-Espera, ¿¡qué acabas de...?!- lo abracé y lo besé.
Fue un beso largo, fue un beso tierno.
Un sello, tal vez.
Le quité la tela de los ojos, viendo en ellos un brillo y una emoción que no tenía comparación; no hay ninguna metáfora que pueda describir lo que vi en esa mirada que me revolvía por dentro.
Cuando nos separamos, le mostré la magnolia, Hat tomó mi mano y la besó, sonriéndome.
-Así que...¿lo admitirás, Farlan?
-¿Qué cosa?
-Que estás enamorado de mi.
-No hablaré de mi amor~
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We Are Lost Stars
Fanfiction¿El amor a primera vista existe? ¿Y qué pasa cuando ni siquiera has visto su cara? ¿Hay algo como el "amor a primer oído"? Farlan es un chico muy inteligente, un inepto social de primera, alguien que basa sus acciones en lo racional y lo común, pero...