[E N D]

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—¿Ya está listo?
—¡Claro Jefe! Dentro de cinco minutos le haré una demostración que va a fascinarle y...— pero, antes de poder añadir algo más, sentí su mano helada en mi barbilla, sus labios sellándose sobre los míos.
Esa clase de gestos, tan al azar, tan repentinos, no sólo hacían que mi ritmo cardiaco perdiera el control, sino que me recordaban que había tomado la mejor decisión de mi vida.
—Nunca me has fallado, Farlan. Y dudo que eso vaya a pasar algún día...— murmuró, apartándose unos escasos centímetros de mi rostro.
Un escalofrío me atravesó el cuerpo y mordí mi labio inferior para evitar que mi voz hiciera algo vergonzoso.
—N-No pasará, Hat...
—Cuento con ello.— besó mi frente, y un segundo fugaz después, desapareció de la habitación tan silenciosamente como había entrado.
Suspiré, intentando controlar mi pulso.
Recordando.

...cuando fue la ceremonia de graduación, el tío de Hat se presentó y lo hizo dueño de su Organización. Fue su regalo, eso dijo aquel anciano que me ponía la piel de gallina.
Todo pasó tan rápido, que mis memorias de aquel día me marean.
Dae, Hat y yo celebramos en la mansión de mi novio, fue muy divertido sólo nosotros tres, y cuando el alcohol dejó a Dae K.O, sucedió.
—¿Ya lo pensaste, Farlan?
—¿Sobre lo de trabajar para ti?
—Conmigo, Farlan. Quiero que seas mi mano derecha, porque sé que juntos, haremos maravillas.— esa noche había reído mucho, pero esas palabras me arrancaron la sonrisa más genuina que se haya formado alguna vez en mi rostro.
—...Lo haces sonar como una propuesta de matrimonio.— comenté al azar, algo aturdido por la bebida y por todas las emociones del día.
Silencio.
¿Por qué Hat estaba tan serio? ¿Dije algo inapropiado?
—Eres jodidamente listo.
—Gracias por tan lindo cumplido.— reí, pero mi se garganta se hizo un nudo cuando Hat colocó una rodilla en el suelo, frente a mi.
...y, bueno, sucedió.
Así fue como dije "Sí, acepto", dando paso a lo que fue la mejor decisión de mi vida entera.
Y cada cosa que he hecho, la he hecho con él...
No me arrepiento.
No hay nada de lo que arrepentirse.

»¡Hey! ¿Cómo estás ésta noche? Brillas como nunca, cree en mi palabra.
No tienes que sentirte solo, escucha mi voz y cierra los ojos, porque yo estoy aquí contigo.
¿Qué me has hecho...?
¡Hey! Sé que hay tiempos difíciles y la distancia es mucha, pero no debes temer, porque tendremos la vida que merecemos.
Tú y yo.
Y quienes nos miren no entenderán lo que sentimos, porque nunca han sentido un amor como el nuestro.
Y el mundo nunca jamás volverá a ser el mismo, ¡y eso es culpa tuya!«

We Are Lost StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora