Una razón

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>>Hat

–¿Tu propia organización?

–Bueno, algo así...– suspiré, sabiendo que, tarde o temprano, tenía que enterarse, y eso no era precisamente algo de lo que debía preocuparme. –La mansión es mía, es heredada como te había mencionado, y estoy bajo la tutela de mi tío, el Sr. Lizard. Es una persona excéntrica, pero agradable cuando te acostumbras a él; es dueño de una Organización muy similar a la que trabaja tu hermano, pero la suya es más antigua y con más "aliados", por decirlo de alguna manera. Tienen catálogos y hasta hacen videos promocionales con sus productos; lo cierto es que es muy interesante. A veces me llevaba cuando era más pequeño, y la idea de trabajar ahí era muy tentadora...y como mi tío no tiene hijos, sólo a mi, me heredará la compañía entera, incluso está en trámites la idea de ponerle mi nombre, ¿puedes creerlo?- Farlan seguía acurrucado en mi regazo, y vi en sus ojos un brillo de temor y orgullo que me provocó un nudo en el estómago.

-¿Así que estoy hablando con el futuro Jefe de la Organización Hat?

-Lo estoy pensando.

-Pero, ¡no puedes perder una oportunidad así! ¿Te imaginas lo exitoso que serás, Hat? Ya estoy tan orgulloso...- me reí y le di un beso en la mejilla, sólo porque ya no me sentía capaz de mirarlo a la cara.

Lo abracé, hundí mi rostro en su hombro, entre avergonzado y aterrado.

-...No quiero hacerlo solo, Farlan. He estado ayudándole a mi tío por varios años como su mano derecha, pero incluso él tiene personas de confianza bajo su cargo... Si acepto, no tendré a nadie en quién confiar...

Silencio.

¿Lo había arruinado?

Mi chico suspiró y sentí su mano cálida y segura acariciando mi cabello, lo que me tranquilizó de inmediato.

-Tenemos aún unos meses para pensarlo. Aún hay tiempo para analizar lo que nos espera, porque si me lo preguntas, no tengo ganas de mudarme tan lejos de ti. No quiero, Hat.- lo abracé más fuerte, y con un movimiento, lo tenía recostado debajo de mí. -...¿Hat?

-Calla, estoy teniendo una vista maravillosa desde aquí.- ambos nos reímos, pero yo lo decía en serio.

Recordé un sueño que parecía tan lejano...

Me incliné para darle un profundo beso, y antes de poder hacer nada más, sonó el timbre de mi casa; no era necesario abrir la puerta para saber quién era.

-...Dae ya llegó.

-¿Y?

-Hat, no podemos dejarla afuera...- creo que gruñí, de nuevo nos interrumpía, pero Farlan no lucía molesto, sino hasta aliviado; ¿le preocupaba acaso lo que podría llegar a hacerle? ¿Que Dae nos viera?

El contrario besó mis labios por un segundo fugaz y se levantó para abrirle a nuestra amiga, que entró corriendo dando saltos y marometas.

-¡Vas a romper algo lagartija!

-Al cuerno, luego te lo pago. ¡¡Miren lo que me gané!!- y nos mostró un diploma y un sobre con un gran fajo de billetes.
—¿A quién se lo robaste?
—¡Qué chistoso eres Hat! Me lo gané con una de mis novelas, ¿pueden creerlo? ¡Primer lugar a nivel nacional! Con esto pagaré lo necesario para entrar a trabajar y podré...— Dae seguía hablando como un loro al que le habían inyectado azúcar, brincando por toda la casa.
La felicitamos cuando se calmó un poco, y ambos estábamos orgullosos de ella...
—Hey, Dae, ¿te gustaría trabajar en mi Organización?

We Are Lost StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora