We Are Lost Stars

Encantado

>>Hat

Era un día helado. Tormenta tras tormenta, llovizna, granizo, lluvia suave de nuevo.

Tenía miedo. A veces los truenos sólo sonaban como un cañón de guerra, gritaba, y se burlaban de mí, me regañaban.

¿Por qué era tan malo tener miedo?

Recuerdo que ese día escapé, sólo deseé desparecer por un momento. Corrí fuera del aula, corrí al patio, me escondí detrás de un montón de muebles abandonados, como mesas y butacas rotas. Estaba empapado, llovizna.

Me hice un ovillo, pensando que, de ser lo suficientemente pequeño, estaría a salvo.

-¿Hola? ¿Estás bien?- alcé la vista. Reconocí al niño con lentes que me hablaba porque usualmente lo felicitaban en público por ganar concursos y ferias de ciencias.

Nunca había hablado con él, y no se veía con la intención de molestarme.

-...S-Sí.- mentí. Él sólo sonrió.

-¿Qué haces aquí?- me encogí de hombros y se sentó a mi lado. Me prestó su bufanda. -¿Te dan miedo las tormentas?- lo miré.

Nadie dijo nada.

Sonó un trueno y salté. Supuse que eso respondería su pregunta, y por lo tanto se burlaría, como los otros.

¿Por qué no lo hizo?

No, no se burló. Me abrazó.

-...También me dan miedo las tormentas...pero está bien. 

-¿Lo está?

-Sí. Si no le tuviéramos miedo a nada, seríamos mentirosos.- su comentario me hizo reír.

Supuse que tenía razón.

-¿Cómo te llamas?

-Farlan, ¿y tú?

-Hat.

---XXX---

-¿Hat, estás bien?- me arrancaron de mis pensamientos.

Volví a la realidad, realidad en la que me había quedado pasmado mirando el rostro de Farlan.

Mi Farlan.

El mismo cuatro ojos que se portó tan amable y dulce conmigo cuando era un mocoso al que le daban miedo las tormentas.

No había nadie en el cuarto, no iba a haber nadie más en el cuarto por un rato.

Y, si alguien entraba, honestamente me iba a importar muy poco.

Besé a Farlan.

En los labios, suaves, ¿por qué tenían un sabor tan dulce? 

En su nariz, respingada, en sus mejillas, cubiertas de pecas apenas notorias y marcas casi invisibles de acné. 

Lo besé tantas veces, en todo su rostro, y tan especialmente en los labios, que perdí la cuenta.

Quizá me había vuelto loco. Farlan me había vuelto loco.

Estaba encantado. Encantado de haberle conocido.

Tomé su rostro entre mis manos y seguí besándolo.

Lo escuchaba reír muy bajo, con su voz delicada, que me encantaba. No se quejaba, no intentaba detenerme, sólo tenía sus manos sobre las mías.

Cuando lo besaba, sentía su rubor, su adorable sonrojo.

Al detenerme y mirarlo a los ojos, todo dentro de mí sufrió un terremoto potente.

De esa sonrisa me había enamorado.

Por esa mirada había perdido la cabeza.

De esos labios me volvería adicto.

Lo abracé, él me correspondió.

Y, para mi enorme emoción, ésta vez Farlan empezó a cantar.

-Ahí estaba una vez más, en ese lugar aburrido donde intentaba sonreír y fingía mi risa. Un lugar con paredes escasas de sinceridad, muros de mentiras, con mis ojos cansados y esa horrible soledad... Todo eso desapareció cuando vi tu rostro...

-Sólo puedo decir que estoy encantado de haberte conocido. Cuando me miraste leí en tus ojos la típica pregunta, "¿Nos conocemos?" y a través de la habitación tu silueta se acercó a mí. Empezamos una conversación traviesa, tal vez sin hablar nos pasábamos notas secretas. Fue encantador conocerte...

-¡La noche brillará hoy, no lo dejes pasar! ¿Cómo puedo vivir sin estar seguro de que sabías que estoy encantado de haberte conocido? Tal pregunta me mantenía despierto sin dejarme dormir. Es de madrugada, "¿a quién amas?" pensé. Y las horas pasaban sin que supiera la respuesta. Y ahora doy vueltas en círculos, deseando que aparezcas en mi puerta...y así podrías decirme: "¡Hey, fue encantador haberte conocido!"

-Ésta no será sólo la primer página, ni el final, esto no ha acabado. Mis pensamientos gritarán tu nombre hasta que te vea otra vez. Éstas palabras que estuve guardando, mientras decidía que sería mejor irme de repentina forma... "Fue encantador conocerte".

-...Por favor no te enamores de nadie más. Por favor no tengas a nadie más que espere por ti... Nunca me he enamorado antes. Nunca he tenido a nadie que espere por mi. Porque tú eres todos mis sueños hechos realidad...y sólo deseo que sepas que realmente estoy enamorado de ti. 

Y lo besé.

Una y otra...y otra vez.