9 || "Tú, nadie más"

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"Tú, nadie más" // OneShot
Alternative Universe

—✨—

El jarrón cayó al suelo rompiéndose en muchos pedazos, ella aún seguía en el marco de la cocina tapándose la boca para ahogar cualquier sollozo que pudiese escapar de sus finos labios. Mi corazón estaba inquieto, las falsas acusaciones aún invadían mi cabeza, era inaudito que ella llegara pensar que la estaba engañando o evitando, la amo lo suficiente como para  hacer tal estupidez. Sin embargo Ino era de esas chicas que se alteran demasiado rápido.

— Ino — musite, tratando de acercarme a ella. Calmarla entre mis brazos era lo único que quería.

— ¡Alejate de mí! — me gritó y daba pasos hacia atrás llegando a toparse con la pared, lloraba y eso a mí me dolía como no tenía idea. Algo tan hermoso no podía desmoronarse de esa forma.

Corrió hasta la puerta principal y tomó el pomo de ésta.

— Vete de mi casa y no vuelvas nunca.

— ¿Quieres que me vaya? No vaya a ser que luego quieras buscarme para escucharme.

Asintió sin lujo de duda, ella no era de las chicas que si tu te vas saldrá corriendo detrás de ti; ella te sostiene la puerta y se ríe, esa maldita y hermosa sonrisa que te rompe el corazón, que te dice "no me importas ya"; pero yo la conozco y sé que está rota, porque cuando alguien se va le duele demasiado.

— No me interesa, largate estúpido mentiroso.

— Ya te lo dije, belleza, no te he engañado. Jamás me inculcaron eso y creeme mis padres me matarían si se enteraran que hago tales deshonras.

Había sido criado con buenos modales, mi padre era un hombre de bien y honesto, amado por tales acciones que jamás permitiría a un poco hombre en su casa, razón por la que me esmero tanto por ser lo que me inculcaron, un caballero.

— ¡¿Entonces por qué me has estado evitando este tiempo!? Ya no me abrazas, no me besas, no me tocas... ¡apenas y logró hablar contigo por teléfono!

El brillo de sus ojos se estaba apagando y yo me retorcía internamente, era cierto que durante las últimas semanas no le había estado dedicando el tiempo suficiente a mi novia, pero no la he estado engañando.

— El trabajo... Mis padres... La universidad... Todo se me ha mezclado y me han hecho una gran carga, Ino.

— No te creo.

— ¿Tengo culpa? No te he engañado y mi conciencia está libre. No hay mujer que por mucho que se me lance logre sacar tu reflejo de mi mente.

— Dame una razón para creerte — dijo y secó sus lágrimas.

Agache mi cabeza y Sonreí, esta mujer me daba un dolor de cabeza y al mismo tiempo era la cura para mi malestar.

— Te amo. — dije y sentí vergüenza de mis sentimientos, los sentimientos son libres pero rara vez los hombres nos atrevemos a obedecer esa libertad.

Sus mejillas se tornaron carmesí y yo seguí con la mano detrás de mi cuello rascándolo.

— ¿Eso es todo? — cuestionó con la voz temblorosa.

— ¿Te parece poco? Te he dicho lo que siento con sinceridad.

— ¿Me amas? —preguntó sarcásticamente. Y entendía el porqué, casi nunca se lo decía.

— Con locura.

— Entonces ¿Por qué no puedes hacer tiempo para mí?

— Porque la situación no me lo permite, y aún así te tengo en mi mente durante todo el día.

Iba a seguir cuestionándome y lo mejor que podía hacer era aprovechar que estaba distraída. Me abalancé y la abracé callandola, no quería oír nada más que no fuera su respiración en mi pecho.

— Tú, nadie más — Murmuré, sentí sus sollozos.

— Estúpido insensible. — dijo entre lágrimas mientras correspondía al abrazo.

— Yo también te amo — reí, y por más fuerte que quisiese parecerlo, ella era sensible y delicada como el pétalo de una flor.

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