Historias SaiIno

18 || "Pesadilla"

"Pesadilla" // Drabble.

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Abrió la puerta con lentitud y asegurándose de que nada malo estuviera rondando por la habitación el pequeño Inojin se adentró rápidamente hasta llegar a la cama donde sus padres dormían plácidamente. A sus cinco años Inojin Yamanaka sólo le tenía un terrible pavor a algo, y ese algo no era nada más que el monstruo que vivía bajo su cama.

El mismo monstruo que lo había estado atormentando con extraños ruidos y risas macabras y aunque no sabía mucho del mundo adulto, sabía perfectamente que a sus padres no les convencía el hecho de escuchar que había una criatura maligna bajo su cama.

—Mamá, despierta por favor —su manita tironeaba del largo cabello rubio de Ino quien al sentir los pequeños jaloncitos se quejó un poco removiéndose en su lugar.

—¿Qué pasa? —musitó más dormida que despierta. A su lado Sai ni se inmutaba en levantarse, había trabajado todo el día y su cuerpo no daba para más, Ino llevó un dedo a sus labios indicándole al niño que guardara silencio para no despertar al azabache, señaló la puerta que se encontraba entreabierta a lo que Inojin volteó a ver— Salgamos de la habitación.

Inojin asintió y arrastrando su peluche favorito corrió al pasillo seguido de su madre.

—Bien ¿Qué ocurre Inojin? —frotó sus ojos y lanzó un bostezo.

—Hay un monstruo bajo mi cama —dijo Inojin en voz baja queriendo evitar que lo escuchara, como si el monstruo anduviera por allí espiándolos.

—Inojin —se quejó Ino— No existen los monstruos ¿entiendes?

—Pero está bajo la cama. Yo no quiero que me coma, si me come te quedarás sin hijo ¿cómo le explicarás a tus amigas que se comieron a tu hijo?

—Pues sólo diré que se comieron a mi hijo y ya.

—¡Mamá!

Ino negó divertida y despeinó los rubios cabellos de su pequeño. Se agachó hasta quedar a la altura del pequeño Yamanaka quien la veía con sus ojos vidriosos y plantó un sonoro beso en su frente.

—Todo estará bien, ve a dormir. Seguro son sólo pesadillas Inojin.

Inojin sintió calma por las palabras de su madre quien después de decir eso regresó a la habitación para dejarse caer al lado de su esposo. Suspiró con algo de temor, sólo quedaba regresar.

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La puerta de su habitación rechinó al abrirse e Inojin aferró su peluche a su costado con más fuerza. Al instante que puso un pie en la habitación una risa resonó en todo el lugar y el pequeño rubio se preguntaba cómo sus padres no podían escuchar eso.

—Te dije que no te iban a creer.

Yamanaka caminó hasta quedar frente a su cama y se agachó, no tenía el suficiente valor para levantar la sábana que tapaba él espacio que habia entre su cama y el suelo.

—Mi mamá no me creyó —respondió abrazando con más fuerza su peluche— Tal vez mi papá sí me hubiese creído pero estaba muy cansado como para despertarlo.

—No te creyó anteriormente ¿qué te hizo pensar que esta vez sí lo haría? —se burló de nuevo esa voz debajo de su cama.

—No lo sé, sólo tengo cinco años.

El monstruo no respondió.

—¿Eres una pesadilla?

—Tu pesadilla.

—¿Cuánto tiempo vas a quedarte?

El monstruo no respondió.

—Tengo sueño —explicó el niño mientras se subía a la cama y se escondía bajo las sábanas— Por favor, ya no te rías tan fuerte y dejame dormir. Si lo haces, puedes vivir bajo mi cama pero sólo por un par de días hasta que encuentres otro lugar donde vivir ¿De acuerdo?

Inojin soltó un bostezo y aún con los nervios a flor de piel se rindió ante el sueño. Mientras tanto, callado y hasta pensativo aquella criatura bajo su cama decidió marcharse esa noche, porque si alguien estaba dispuesto a recibirlo de esa forma no valía la pena seguir viviendo allí.

Porque sabía que ya no habría miedo y sin miedo ¿De qué viviría?

N/A: ¡Los he dejado tanto sin SaiIno! Lo siento mucho, no tengo excusas válidas porque la mera verdad la flojera me ha ganado y la falta de imaginación también.

Pero bueno U.U

—Zein.