El desastre de Ty |Payson 3|

6. Chuaheyo.

Ty.

—Odio esto.

Me miro al espejo una vez más, tratando de arreglar el desastre que es mi atuendo. Es lo que siempre uso para la escuela y por eso lo detesto, no es para nada mi estilo. Para empezar, odio usar jeans largos a menos que pueda combinar una bonita blusa con ellos y un par de botines, pero no, esta vez llevo unos tenis y una camisa a botones holgada que me hace parecer una persona completamente carente de estilo y personalidad. Encima debo atar mi cabello y no usar ni una gota de maquillaje.

Me veo como la personificación del fracaso versión hipster.

—Entonces ponte un vestido, ya te lo dije —me dice papá, parándose a mi lado frente al espejo mientras se coloca el saco—. Irán solo personas que te conocen como eres ¿Por qué la preocupación? Es solo la cena de cumpleaños de Elton, Elton sabe cómo te vistes, le parece adorable.

—Mi problema no es el señor Roth —yo trato de acomodarme las mangas—. Mi problema son los padres de Eric.

—¿Qué pasa con los padres de Eric? —papá rueda los ojos—. ¿Por qué te importa tanto lo que piensen?

—Pues, pues... ¡Porque quiero caerles bien! no quiero que lo primero que piensen de mí es que soy una persona extraña... ¿Qué tal si se enteran de mi gusto en ropa y le prohíben a Eric verme? ¡Eso podría pasar! Eso pasó... ¿Recuerdas al vecino de la abuela en Phoenix? Le prohibieron jugar conmigo porque sus padres me vieron usando medias hasta la rodilla y un moño.

—¿Y eso qué? ¿Qué no es Eric lo suficientemente grande como para elegir con quien se quiere juntar? —papá me mira—. Tyler, no puedes vivir con miedo de ser quien eres por decepcionar a los demás... entendería si fueras otra persona pero tú no tienes por qué hacer eso, tú siempre has estado orgulloso de ser tú.

—Lo estoy... que no quiera compartirlo con cierta gente no significa que no lo esté.

—¿Estás seguro?

Yo resoplo.

—¿Me veo muy mal? —interrogo cruzándome de brazos—. Sé honesto.

—Te ves demasiado normal para mi gusto —él se encoge de hombros—. Incluso esas faldas indecentemente cortas ¡Y que no apruebo! Me agrada más.

—¿Qué hay para ver debajo de esas faldas? Exageras.

—¿Siquiera te molestas en ver hacia atrás cuando vas al centro comercial? —papá alza una ceja—. Me prometí a mí mismo que mantendría la mente abierta pero una cosa que a un padre nunca le va a complacer es su hijo o hija siendo visto como un objeto sexual... tan simple como eso, no me gusta, solo exteriorizo mi opinión.

—Comprendo, no las usaré más... en tu presencia.

—Estoy seguro de que si hubieses sido niña serías todo lo contrario.

—Probablemente.

—A todo esto... —papá se mueve por la sala hacia su minibar para servirse un trago— ¿Te gusta Eric... o algo así? —hace la pregunta como si fuera lo más normal del mundo mientras evade mirarme a los ojos y deja caer el alcohol en su vaso—. Sabes que lo apruebo, es un muchacho... agradable e ingenuo, no necesitas más incentivos para portarte mal así que creo que hacen una excelente combinación.

—No sé de que hablas —yo me siento en el sofá—. No me gusta, somos amigos... además ¿No es gay?

—¿Importa? Creo que las etiquetas están sobrevaloradas, hay suficientes personas autoproclamadas heterosexuales allá afuera enamorándose de personas de su mismo sexo... es cuestión de tiempo.