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—La escucho, sé que está aquí. ¿Para qué la queréis?

—Sólo la vamos a ayudar a controlarse. Para ello necesitamos que esté aquí.

—Ya me has hartado.— dijo Damon partiéndole el cuello a Elijah. Rápidamente entró y se encontró a Kol, el cual sonreía con un bate en la mano.

—Oh mierda, otra vez no.— se quejó Damon y entonces fue golpeado con el bate en la cara.
Kol se agachó mientras sonreía.

—No te haré daño porque sé que Cindy no quiere, y por eso te doy 10 segundos para que te marches, o lo haré.

|• • •|

Me senté en la cama y Klaus se posicionó de pie enfrente de mí.

—¿Por qué hay tanta enemistad entre vosotros?— logré preguntarle. Tenía la mirada clavada en el suelo, cuando dije eso la desvió mirándome directamente a los ojos.

—Por varias razones, y entre ellas, les he hecho daño. Y no digo que esté orgulloso de ello.— me explicó mientras se sentaba a mi lado.— Pero ellos también me han hecho mucho daño a mí y a mis hermanos. Y nadie toca a mi familia.

—Ni el bueno es tan bueno, ni el malo es tan malo.— solté sin pensar mientras lo miraba a los ojos. Él sonrió ante aquellas palabras.

Entonces pegaron a la puerta, Klaus me hizo una seña para que estuviese callada, y abrió. Era Kol.

—Ya me he deshecho del Salvatore, pero ha dicho que cuando tenga la oportunidad él y los demás vendrán y acabarán con nosotros. Ah, y se la llevarán. — dijo señalándome, Klaus me miró y luego miró a Kol, y se acercó a este.

—Que lo intenten, a ver cómo les va.

Me levanté de la cama y caminé hacia ellos.

—No me iré, y menos porque a Damon le de la gana. Si yo quiero me quedo y punto.— dije enfadada. Me parecía estúpido el hecho de que Damon y los demás quisiesen que volviese sin siquiera interesarse por mi opinión. Tienen una idea muy equivocada de la familia original.

|• • •|

Ya llevo tres semanas con los Mikaelson, y los considero mi familia. Me siento muy agusto con todos ellos, y desde que Damon vino ya no le he vuelto a ver por aquí.
Klaus me ha estado ayudando, me ha enseñado a que no me maree cada vez que alguien vaya a morir. Ha sido complicado, pero al final lo he conseguido.

—Lo que te voy a enseñar ahora es algo más difícil. Consiste en concentrar tu grito hacia donde tú lo quieras mandar; imagina que hay alguien a quien quieres eliminar, pero no quieres hacerles daño a los que están alrededor.— me explicó y entonces me puse en situación. Coloqué los brazos como él me enseñó, me concentré en el vaso de cristal que tenia enfrente.
Respiré hondo y grite, estiré los brazos en dirección al vaso y este se rompió, y los que estaban a los lados quedaron intactos.

Miré a Klaus emocionada, estaba con la boca abierta mientras reía del asombro.

—Lo has hecho, a la primera, no sabía que era tan buen maestro.— dijo echándose el mérito a él mismo, entonces lo fulminé con la mirada.— Vale, tú eres buena alumna.

—Eso está mejor.— dije mirándole sonriente. Vi como sonreía tiernamente, me encantaba cuando hacía eso.
Sin saber por qué poco a poco se fue acercando a mí, me miraba directamente a los ojos sin decir una palabra. Quedamos a pocos centímetros de distancia cuando de pronto sonrió.

—No sé cómo puedes causar tanto en mí.— dijo finalmente para entonces llevar su mano a mi mejilla.

—Klaus, siento interrumpir, pero es importante.— nos sobresaltó Elijah apareciendo de repente, interrumpiendo el momento.

—¿Qué ocurre?— preguntó Nik con fastidio.

—Los Salvatore, están en la casa, y han venido con Alaric, Caroline, Elena, Tyler, Jeremy, Bonnie, Matt y otros dos chicos que no conozco.

—¿Y cuál es el problema? Nosotros estamos en el bosque, no nos encontrarán.— dijo sonriendo de lado

—Ese es el problema, vienen para acá.— y adiós a la sonrisa.
Los dos me miraron y luego se miraron y asintieron con la cabeza.
Niklaus me cogió a caballito para poder correr tan deprisa como él quería.
Mientras que Elijah se quedó allí.

INEFABLE [I] || «Klaus Mikaelson»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora