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—Por fin has despertado, Bonnie Bennett. Soy Ander Davis, hermano mayor de Tristán.— la chica que aún estaba aturdida no entendía apenas una palabra de lo que decía.

—¿Pretendes conseguir a Cindy raptándome? Vaya método más absurdo.

—Cogí tu móvil y llamé a Damon Salvatore.— la bruja rió.— ¿Qué?

—¿De verdad piensas que me elegiría a mí antes que a Cindy?

—Resulta que hemos negociado y me traeran a Cindy y a mi hermano. Al cual ha secuestrado el híbrido original, ni más ni menos.

—Espero que esté cómodo sin ningún corazón en el pecho, porque es así como acabará si está con Klaus.

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—Lo siento Tristán, yo no quiero...— le susurré con tristeza, pero debía hacerlo para que Klaus lo dejase marchar. Él asintió con la cabeza y cerró los ojos. Grité, no tan fuerte como podía llegar a gritar, pero si como para aturdir un poco a mi amigo.

—Así no vamos a conseguir que hable.— dijo Damon, el cual estaba a mi lado.— Esto necesita algo más de... Acción.— paré su mano antes de que tocase a Tristán.

—Ni se te ocurra.— acabó apartando la mano y dándose la vuelta.
Entonces oí como susurraba.

—Ya sé...— alcancé a oír.
Entonces vi como a velocidad vampírica me agarraba por la cintura desde atrás, iba a gritar pero me tapó la boca y estiró mi cabeza hacia atrás apoyándola sobre su hombro, haciendo que mi cuello quedase completamente al descubierto.
Intentaba suplicarle que no me hiciese nada, intentaba pedirle perdón por haber sido tan rencorosa, intentaba de todo, pero mi boca sólo emitía sonidos que no se entendían.

—Habla o la mato, me beberé su sangre hasta que no quede ni una gota.— unos segundos en silencio y oí como sacaba sus colmillos.— Bien, tú lo has querido.— notaba como acercaba su boca poco a poco hasta que la punta de sus colmillos rozaron mi cuello.
Entonces intenté gritar todo lo posible, necesitaba que alguien me escuchase, Klaus, Kol, Elijah, Rebekah... ¡Quien fuese, joder!

—¡Déjala por favor! ¡Hablaré! ¡Te diré todo lo que quieras saber! Pero por favor, suéltala...— dijo y entonces Damon me soltó, me aparté bruscamente de él mirándolo con odio, él encogió los hombros en señal de que no hubo otra opción para hacerle hablar, y lo entendía, pero, ¿qué hubiera pasado si Tristán no le hubiese dicho que parase?

—¿Por qué queréis matarla?— preguntó Damon cruzándose de brazos.

—... Esto es de locos, ¿de verdad tenéis que recurrir a encerrar a alguien sólo para hablar?

—Te he hecho una pregunta y lo único que oigo salir de tu boca son palabras sin valor alguno.— después de unos segundos Tristán resopló y echó la cabeza hacia atrás, apoyándola en la pared.

—Si lo digo, puedo desatar un caos, incluso podría llegar a matarla.— dijo señalándome con la cabeza, me quedé petrificada, al igual que Damon, el cual se acercó a él y se agachó para estar a su altura.

—Dímelo a mí.— entonces Tristán le susurró algo al oído, la expresión facial de Damon cambió completamente, estaba soprendido a la vez que preocupado, me miró y se levantó.
Sin decir una palabra rápidamente me agarró del brazo y me sacó de ahí, llevándome fuera de la casa original.

—¿Qué haces? ¿Qué te ha dicho?— por mi cabeza sólo pasaban preguntas, una tras otra.

—Cindy, es mejor que te vayas, confía en mí.

—¿Qué? ¡No! No pienso irme.— Damon ya se había dado la vuelta, así que fui tras él.— ¡Damon, mírame! ¡Mírame!

Se detuvó y me miró, vino amenzante hacia mí y yo retrocedí, hasta que choqué contra un árbol y nuestros rostros quedaron a pocos centímetros de distancia. Me sentía muy incómoda, sólo deseaba gritarle para que se alejase... Pero no quería hacerle daño.

—Tienes que irte, ahora, vienen a por ti, y saben que estás aquí.— de pronto se escuchó una voz de fondo y entonces Damon cayó al suelo gritando de dolor.

—Lo siento, de verdad que no quiero hacer esto, pero necesito que me devolváis a Tristán, y también te necesito a ti, Cindy.— dijo un chico que parecía de mi edad llevándose una de sus manos a la cara, expresando cansancio.
Iba a decir algo, pero esa acción se desvaneció cuando alguien me cogió y me llevó a velocidad sobrenatural, muy lejos.

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—Ander, la chica se me ha escapado, pero ya estoy con Tristán.

—Me da igual Tristán, ve a por la chica.

—¿Que te da igual Tristán? Tío, es nuestro hermano.

—He dicho que vayas a por la chica, Elliot.

El chico colgó y guardó el móvil en su bolsillo. Miró a su hermano, el cual estaba de brazos cruzados.

—No, Elliot. Yo tampoco quiero hacerle daño.— se quedaron mirándose el uno al otro, sin saber qué hacer.

—No tenemos otra opción, aunque no queramos reconocerlo.— dijo Elliot dándose la vuelta.

—Siempre hay otra opción.— dijo Tristán frunciendo el ceño.

—Adelante, te escucho.

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—¡Para! ¡Vuelve! ¡Klaus!— grité bastante fuerte, eso lo detuvo y me bajó. Iba a caminar hacia la dirección de la que veníamos pero se colocó delante de mí y agarró mis muñecas. Necesitaba ayudar a Damon, ¡podía ayudar a Damon!
Pero tuvo que venir él, a "rescatarme" como siempre, no es capaz de dejarme hacer las cosas por mí misma.

—No puedes volver, no vas a volver.— yo forcejeaba, pero sabía que era en vano.— Cindy, escúchame, si vuelves corremos el riesgo de que te cojan. Y eso no va a suceder.— dijo el híbrido negando con la cabeza. Tenía lágrimas en sus ojos.
Yo seguí moviéndome bruscamente, quería que me soltase. Se piensa que soy muy frágil, que todos me pueden hacer daño y que el único que puede mantenerme a salvo es él. Pues se equivoca.

—¡Déjame! ¡Te crees que siempre me estás protegiendo! ¡Pero yo sé protegerme sola!

—¡No puedes protegerte sola! ¡Y no pienso hacer la prueba!— me gritó entre dientes.

—¡Sí que puedo! ¡Suéltame!

—¡No voy a dejar que te maten por la estúpida idea de que puedes enfrentarte a ellos tú sola!— me estaba enfadando, fruncí el ceño y lo miré directamente a los ojos.

—Lo siento, Nik.— su cara expresaba confusión, entonces grité, tanto como pude para aturdirle.
Se me partía el alma de verlo en el suelo, casi inconsciente, por mi culpa. Pero este es el momento de demostrarles a todos como es una banshee de verdad.

INEFABLE [I] || «Klaus Mikaelson»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora