~Sentimiento, celos, dudas~

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AMOLAD no me pertenece, es propiedad de THE SNIPTER.

Des observó por unos segundos el cuerpo desnudo de Leo antes de salir corriendo de esa situación tan vergonzosa, pero fueron suficientes para que esa imagen quedara grabada en su mente; incluso cuando llegó a su casa, sus mejillas aún seguían rojas.

Esa noche, Des no pudo dormir de corrido; ya había perdido la cuenta de las veces en las que soñó con el moreno.
"¿Qué clase de pervertido soy?" Pensó Des, abrazando fuertemente su almohada, sin saber qué cara pondría mañana al verlo.

A la mañana siguiente, Leo soñaba despierto en su trabajo en el café. Servía té en una taza sin darse cuenta que ya había pasado el límite del contenido que podía añadir.
Sebastián sólo lo miraba de lejos evitando reírse; Leo en modo soñador era nuevo para él.

—Leo, en la taza ya no cabe más té —murmuró Sebastián a su lado, evitando que los clientes escucharan.

— ¿Eh? ¡Mierda!, no me di cuenta —Leo llevó la taza al lavaplatos para eliminar su contenido, enojado consigo mismo por ser tan torpe.

Afortunadamente todo esto ocurrió tras el mostrador y ninguno de los clientes que estaba a esa hora en  el local pudo notar su error.

—Estás como en las nubes hoy, ¿pasó algo? —preguntó Sebastián aun sabiendo la respuesta.

— ¿Qué? no, nada. Te aseguro que nada pasó —negó intensamente el moreno, apoyando su mano sobre un trozo de pastel de limón que estaba por servir a una clienta — ¡Mierda!

—Claro, haré como que te creo ¿bueno? —comentó entre risas Sebastián, su amigo le causaba mucha gracia.

Leo estuvo distraído toda la mañana. Primero: al limpiar las mesas. En vez de botar la basura, arrojó todo el juego de té, que incluía las tazas de colección del Café. Segundo: se equivocó en tres órdenes, cambiando los pedidos de las clientas. Y por último, al recibir a los clientes, decía "Bienvenida al Bar Ithis"
El que más gozó de tales descuidos fue su amigo, quien no paraba de reír.

—Creo que hoy es el día en el que más me he reído en este trabajo —comentó Sebastián.

— ¡Cállate! Y vete a casa ¿Por qué me acompañas al trabajo? —dijo algo avergonzado Leo, su torpeza había sido descomunal esta mañana.

—Tú trabajas demasiado, ¿cuánto llevas ahorrado para el viaje?

—No lo suficiente, recuerda que es un viaje por el mundo. Incluso si trabajo más, no sería suficiente.

Leo tenía un objetivo y por ese motivo trabajaba tanto, quería viajar por el mundo. Desde que era muy pequeño había soñado con crear miles de recuerdos. Esta era una de las razones por las que no quería enamorarse de nadie.

~○●○~

Sebastián acompañó a Leo hasta la entrada de su segundo trabajo; donde se desempeñaba como guía turístico. Eso se le daba muy bien, gracias a su carisma y a su dominio de varios idiomas.
Ese día en particular, la afluencia de turistas era considerable y Leo ya había perdido la cuenta de las veces en las que pasó por cada punto turístico con cada grupo.
Mientras narraba por enésima vez la historia de la Torre Eiffel se percató de cierto hombre alto a la lejanía.
"¿Podría ser Des?" Pensó, mientras seguía su charla y luego de confirmarlo, se dijo a sí mismo con una sonrisa "¿quién más podría ser así de alto?"
Pero esa sonrisa desapareció al ver a Susan tomada del brazo a Des, sonriendo. Aeva llevaba bolsas de compras, cualquiera que los viera pensaría que eran una feliz pareja en una cita; eso incluía a Leo.

Mi Acompañante ~AMOLAD~ EN PAUSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora