Mi Acompañante ~AMOLAD~ EN PAUSA

~Coraje, mensaje, inquietud~

AMOLAD no me pertenece, es propiedad de THE SNIPTER.

Des se levantó en silencio, Eban tampoco emitió palabra alguna.
El silencio sólo confirmaba las suposiciones del rubio, Aeva lo rechazaría.

—Eban, lo siento —pronunció su respuesta con voz temblorosa.

—Ya lo sabía Des, sólo quería que lo supieras —las lágrimas cayeron por sus mejillas al sentir el rechazo.
Des sintió un dolor punzante en el pecho al ver a su amigo llorar desconsolado y sin pensarlo mucho lo abrazó con fuerza.
Eban escondió su rostro en el pecho de Aeva, repitiendo una y otra vez: "Perdóname Des"
Se quedaron así por varios minutos hasta que alguien llamó a la puerta.

—Des, soy Damián. Erick quiere hablar con Eban —informó sin entrar a la habitación.

—Gracias Damián, vamos enseguida —confirmó Des.

—Ya estoy bien Des, lamento que tengas que aguantar mi berrinche —Eban estaba avergonzado por su actuar, sabía lo que pasaría pero su estúpido corazón dominó su razón y ya no pudo ocultar más sus sentimientos.

Des soltó al rubio y con una sonrisa melancólica le acomodó la corbata.

—Debes explicarle la situación a Erick, de seguro ya se enteró de lo sucedido.

—Lo sé —dijo secando sus lágrimas.

Eban dejó la habitación sin voltear a mirar a Des, sabía que Aeva jamás dejaría de hablarle pasara lo que pasara. En el fondo sentía alivio de al fin poder expresar sus sentimientos.

Mientras, Leo se paseaba como bestia enjaulada imaginando lo que podría estar sucediendo. Por otro lado, Matteo miraba fijamente las escaleras esperando que Eban apareciera, estaba tan nervioso que no podía dejar de mover un pie, la incertidumbre lo comía por dentro.

—Matteo, ¿qué ocurrió? —preguntó Aron aunque no le costó mucho entender la situación.

—Eso que estás pensando —respondió sin mirarlo, no quitaba la vista de las escaleras.

—Bueno, no podías quedarte mirándolo eternamente —en el fondo, Aron entendía a la perfección la situación de su compañero, los amores imposibles duelen.

El servicio de acompañante se suspendió por el resto de la noche. Aron y Damián lograron calmar a las clientas inquietas y llegar a un acuerdo con ellas. Pasada la medianoche, Eban bajo con ropa casual y una mochila en la mano.
El silencio reinó entre compañeros y sin decir nada, Eban salió por la puerta de la cocina.

— ¡Ve idiota! —dijo Aron, dándole un pequeño empujón a Matteo, éste lo miró sorprendido, pero al entrar en razón salió corriendo detrás de Eban.

La noche terminó y Des nunca bajó. Leo tenía la esperanza de encontrarlo en los casilleros, pero tampoco estaba ahí.
El moreno no dejaba de pensar que era a causa de su incómoda propuesta.

— ¿Leo? ¿Me estás escuchando? —preguntó Sebastián al no tener respuesta.

—Sí, lo siento —pronunció por reflejo, en realidad no estaba escuchando a su amigo.

—Como te veo preocupado, te daré algo interesante —dijo mostrando un papel en su mano.

— ¿Qué es esto? —preguntó al mirar los números escritos en el papel.