~Deseo, palabras, decisión~

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AMOLAD no me pertenece, es propiedad de THE SNIPTER.

Con esas palabras, el corazón de Des se aceleró, al instante sintió su rostro acalorado y un cosquilleo recorrió su interior.
La mirada de Leo demostraba lujuria y decisión. Esos expresivos ojos verdes lo tenían contra la pared sin poder mover ni un músculo.

La actitud de Leo era alentada por el alcohol que había ingerido, pero a diferencia de Des, él no estaba borracho, ni siquiera mareado.
Al enterarse de que era al único al que había besado de esa manera, una sensación de felicidad invadió su interior, no podía dejar de pensar en lo sucedido y quería que Des también lo recordara.

—Des —susurró Leo, muy cerca del rostro del contrario. Des sintió cosquillas en el estómago.

—L-Leo deberías detenerte, el alcohol te está afectando y...

Pero Leo no lo dejó terminar la frase ya que gentilmente, besó los labios de Des.
Aeva se sorprendió tanto que cerró los ojos y apretó los labios. Sólo se relajó cuando el moreno se apartó de su boca, lentamente abrió los ojos, encontrándose con un Leo avergonzado que lo miraba fijamente. No sabía qué decir, acababa de ser besado por el hombre que lo hacía suspirar, pero ¿por qué? Sólo en eso podía pensar.

—No, no fue así —comentó Leo y volvió a acercarse al rostro de Aeva.

Des cerró los ojos otra vez, para sentir nuevamente los labios del moreno sobre los suyos. Esta vez estaba menos tenso y sintió el roce de la lengua de Leo queriendo entrar en su boca, pero Aeva soltó un pequeño gemido que sorprendió a Splinder, quien se apartó de inmediato.

—Si te molesta puedo detenerme —Leo no quería presionar a su contrario, incluso estaba dudando si lo que hacía era lo correcto.

Des estaba sorprendido, pero no quería ocultar el hecho de que le encantaba ser besado por el moreno. Estaba nervioso, ansioso y avergonzado; pero no iba a retroceder, con todo el valor que tenía se acercó a Leo. Esta vez, fue él quien besó a Splinder.
Leo no esperaba esa reacción, creía que Des sólo actuaba así con alcohol encima, pero sin dudarlo le correspondió el beso.
Lentamente Leo introdujo su lengua en lo boca de Des, provocando que éste se estremeciera. Sus besos rápidamente aumentaron en intensidad, devorándose mutuamente.
Leo abrazó a Aeva de la cintura para acercar aún más sus cuerpos, mientras que Des empujaba lentamente al moreno hasta quedar apoyados en una de las mesas de la cocina. Sólo se separaron para recuperar el aliento y continuar besándose.

Estaban tan perdidos el uno por el otro que no se dieron cuenta de que Eban había presenciado toda la escena hasta que llegó Matteo, quién al darse cuenta de lo sucedido le tapó los ojos y lo sacó de allí. Sabía lo doloroso que era para su amigo.
Eban no pudo evitar soltar unas cuantas lágrimas, después de todo llevaba mucho tiempo enamorado de Des y con lo sucedido entendía que había perdido cualquier oportunidad.

Des no podía pensar en nada, disfrutaba de cada sensación provocada por el moreno, pero estaba perdiendo de control. Deseaba más, quería tocarlo.
Leo sintió como las manos de Aeva comenzaron a bajar deslizándose por su cuello e inconscientemente levantó sus brazos enredando sus manos en el cabello de Aeva, dejándole libre el camino, quería sentir esas frías manos por todo su cuerpo, pero ambos se detuvieron al oír un ruido de la habitación de al lado. Se separaron rápidamente temiendo que alguien entrara.

—D-deberíamos volver —balbuceó Des. La verdad es que no quería detenerse en ese momento.

—T-tienes razón —Leo estaba rojo, sorprendido de si mismo, se habían besado y esta vez Des si lo recordaría.

Mi Acompañante ~AMOLAD~ EN PAUSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora