Mi Acompañante ~AMOLAD~ EN PAUSA

~Compañeros, bebidas, rivales~

AMOLAD no me pertenece, es propiedad de THE SNIPTER.

Sebastián y Damián miraban atónitos la escena protagonizada por sus amigos, al parecer olvidaron por completo que ellos estaban ahí.

—Leo... — Sebastián suspiró y sacudió su cabello con su mano libre.

—Al parecer tú amigo olvidó que estamos aquí —dijo Damián ya guardando la cinta, había terminado de tomar las medidas necesarias.

—No me sorprende... —añadió Sebastián.

Des estaba nervioso con la presencia del moreno, no sabía qué decir y tampoco como reaccionar ante tal situación. Sintió como un calor recorría su cuerpo, avanzado hasta sus mejillas, pronto no podría ocultar su rostro avergonzado.

—¡Buenas tardes a todos! — gritó alguien desde la entrada. Todos miraron en su dirección y Des aprovechó la oportunidad para recuperar la cinta y así, liberarse de Leo.

—Alguien está feliz, al parecer le fue muy bien anoche —dijo otro chico, con tono sarcástico.

—Tú envidia no alterará mi felicidad, Eban — Aron frunció el seño, pero al darse cuenta que habían personas nuevas, se acercó a Damián para saludar —¡oh! verdad que hoy eran las entrevistas.

Leo, no prestó atención a los recién llegados, estaba más sorprendido de sus palabras. A pesar de que su intención era dejarle claro al más alto que observará como era capaz de ganarle, de su boca habían salido palabras que ni el mismo podía entender.

Damián le hizo una señal con la mano a Des para que se acercaran a los demás.

—Leo, hay que ir con los demás — a Des le sorprendió ver al moreno avergonzado —¿Leo?

—N-No es nada... —Leo no podía mirar a Des y menos responder algo coherente, ni siquiera el entendía lo que le pasaba.

Uno de los chicos que acababan de llegar, Eban, observó la atmósfera extraña que rodeaba a los dos y sin dudarlo, se acercó a ellos. Después de todo, no dejaría que alguien más estuviera tan cerca de la persona que le gustaba.

—¡Des! ¡adivina! Mi pintura obtuvo el primer lugar en la exposición de arte de la Universidad —Eban ignoró por completo la existencia de Leo, para el lo más importante era dejar en claro lo cercano que era con él más alto.

—¿De verdad? Eso es excelente. Sabía que ganarías, tú talento es increíble —dijo Des, con una gran sonrisa.

—Fue gracias a tus consejos —Eban levantó la mano para chocar los cinco con Des, una señal de victoria para él.

Leo miró sorprendido al recién llegado, no tenía que ser un genio para notar que la actitud de Eban era para demostrarle su amistad con Des, más aún cuando lo miro de pies a cabeza, finalizando con la sonrisa engreída, dejando claro su carácter prepotente.
Esto obviamente enfureció al moreno.

Aron, el otro acompañante, decidió intervenir en el ambiente tenso que se estaba formando, ya veía que se lanzaban chispas con la mirada.

—Bueno, bueno. Después le cuentas tus formas de hacer trampa en la Universidad, por ahora tenemos que ir a cambiarnos —Aron, tomó a Eban del brazo y lo arrastró al segundo piso, donde estaba su sala de descanso  y los casilleros.

—¡Espera! ¡Aron, suéltame! —por más que Eban manifestó su enojó, de todas maneras su amigo se le llevó, dejando un silencio incómodo en los demás. Gracias a la oportuna interrupción de León, el ambiente incómodo cesó.

—Bueno, creo que ustedes también deberían ir a cambiarse —dijo mirando a Des y Damián.

—Tienes razón, vamos, Des.