Bon Appétit.

Prologo.

Las cosas que ella no sabia hacer, el las perfeccionaba con una sonrisa amable y una caballerosidad que derretiría hasta los corazones mas fríos. Usualmente ella cocinaba para el pero esta noche seria diferente, el la haría degustar uno de sus exquisitos platillos.

Estiro el mantel sobre la mesa mientras ella observaba cada acción que el hacia con una sonrisa risueña, era algo completamente nuevo que alguien cocinara para ella aun sabiendo que ese era su deber, pero ese hombre insistía en que no siguiera maltratando sus delicadas manos en la cocina y mucho menos con gente que no apreciaba su talento, su esfuerzo y su persona. 

Mantenía sus manos bajo la mesa tratando de calmar el ligero temblor de sus piernas por lo impaciente y nerviosa que estaba, aunque probablemente sus mejillas levemente sonrojadas la delatarían de todas formas. Toco con una mano su cabello simplemente atado con una cola baja y mantenido hacia atrás con un pañuelo, observo su atuendo y sintió vergüenza de si misma; tal vez debía detener todo, aun estaba a tiempo, pero cuando observo el plato en la mesa siendo servido y la melodiosa y ronca voz de ese hombre automáticamente esos pensamientos se esfumaron de su cabeza volteando a verlo con la sonrisa mas sincera y escuchándolo decir... 

-Bon Appétit, Mademoiselle.-