CAPÍTULO 4: UNA NOCHE MARAVILLOSA
Blaine se apresuró a volver con Sam, sabiendo que tenía las mejillas sonrojadas por la conversación que acababa de tener con su madre y su hermano. Sin embargo, nada de eso importó cuando vio a su nuevo amigo sonriéndole.
–¿Llevas todo? –El rubio preguntó.
–Sí, podemos irnos. –El moreno asintió, todavía nervioso. Sabía que lo que estaba sintiendo no era algo propio de una persona que quería una amistad. Nunca se había sentido así con nadie, pero no podía hacer nada. Por lo que él sabía, el otro era un adolescente heterosexual con una mentalidad abierta con respecto a la homosexualidad.
–¿De dónde eres? –Evans preguntó, intentando empezar una conversación. Sabía que el tema de conversación no era muy interesante, pero tampoco sabía de qué hablar.
–De Westerville, Ohio. ¿Tú?
–Nashville, Tennessee.
–Wow, eso es magnífico. Es un lugar lleno de música. –Anderson paró de hablar porque temió que había hablado demasiado otra vez. Una cosa era haberle dicho que era gay, pero además confesar que le gustaba la música... Era como si quisiera confesar todos los aspectos que podrían distanciarlo de ese atractivo chico.
–Sí, hay tantos sitios donde puedes disfrutar de música Country... Allí he aprendido a tocar el piano y estoy en el club Glee del instituto. Es casi perfecto. –Sam miró hacia el horizonte.
–¿Qué le falta para ser perfecto? –Blaine quiso saber, realmente intrigado.
–Un superhéroe. –El rubio explicó como si fuera lo más obvio del mundo.
–¿Te gustan los superhéroes? –El moreno lo miró extrañado. No podía creer que ese chico tuviera unos gustos tan parecidos a los suyos... Era cierto que la música Country no era su favorita, pero apreciaba todos los estilos y tenía varias canciones de ese estilo en su teléfono móvil.
–Por supuesto... ¿A ti no? –Los ojos verdes miraron al otro con cautela. Estaba agradándole demasiado, por lo que esperaba que esa revelación no lo alejara.
–¿Bromeas? ¡Me encantan! –El chico de Ohio estaba entusiasmado.
–¡Genial! No conozco a muchos chicos a los que les gusten los comics... Podríamos leer juntos y comentarlos... –Evans propuso.
–Por supuesto... He traído algunos, pero los tengo escondidos entre mis cosas porque si mi hermano los ve, se reirá de mí. Puedo sacarlos en algún momento para enseñártelos... –Anderson estaba entusiasmado, le costaba encontrar personas con las que compartiera tantas cosas y, además, era un joven muy atractivo. Aunque creía que debería dejar de pensar de esa manera de su nuevo amigo, podría incomodarlo.
–Perfecto... Pero quiero que sepas que... Yo soy Lobezno. –Sam bromeó, con una sonrisa.
–¿Qué? ¡No! ¡YO soy Lobezno!...
A partir de ahí, los dos amigos comenzaron a hablar de comics y superhéroes sin prestar mucha atención a su alrededor. Por mucho que hubieran decidido investigar el lugar, estaban tan centrados en su conversación que para cuando se dieron cuenta, se habían alejado mucho de la piscina en la que se habían conocido.
–¿Y ahora como volvemos? –Blaine preguntó preocupado.
–Por donde hemos venido. –Sam propuso.
–No... No me he fijado muy bien en el camino. –El moreno reconoció algo sonrojado, ni siquiera sabía cuánto tiempo habían estado caminando. El resto del mundo dejaba de tener sentido mientras pasaba tiempo con su nuevo amigo.
–Yo tampoco... No importa, volvamos... –El rubio miró el reloj y se dio cuenta de que si quería cenar con sus abuelos debía estar en casa en diez minutos. Sabía que eso sería imposible y no quería angustiarlos diciéndole que se había perdido. –Sólo necesito un minuto para decirle a mi abuela que no iré a cenar, no me va a dar tiempo a llegar.
–En ese caso, si te parece, yo le digo a mi madre que no iré a cenar y buscamos un sitio donde comer algo antes del concierto.
Los dos amigos llamaron a sus familias para decirles que no irían a cenar. Nadie sospechó que estaban perdidos porque aparentaron tranquilidad y todos deseaban que conocieran a alguien de su edad para poder divertirse.
Después volvieron por donde habían llegado, aunque no tardaron mucho en llegar a una calle en la que ya no sabían por donde debían ir.
–¿Y ahora qué hacemos? –El joven de Nashville intentaba recordar el camino hacía el complejo.
–Elegir uno y esperar que encontremos algo que conozcamos. –Anderson propuso.
–Vamos hacia la izquierda.
Comenzaron a caminar, pero pronto se dieron cuenta de que se habían equivocado porque los edificios acababan. Sin embargo, algo llamó su atención, desde ahí podían ver el mar. Sabían que si seguían la costa llegarían al complejo, por lo que no lo dudaron.
La sorpresa llegó cuando llegaron a la playa. La arena era blanca y, a pesar de ser todavía pronto, no había nadie. No era muy grande, porque a ambos lados había unas rocas que formaban acantilados. Eso probablemente era el motivo por el que la gente no iba hasta allí.
–Es un lugar hermoso. –Evans comentó, encantado con su descubrimiento.
–Lo que podemos hacer es fijarnos en el camino de vuelta y así podremos volver con más tiempo. Tal vez podamos hacer un picnic algún día... Si quieres. –Blaine se sonrojó, prácticamente estaba proponiéndole una cita y el otro era heterosexual.
–¡Claro! Podría traer la guitarra y podríamos cantar sin nadie protestando porque le molestamos. –Sam estaba emocionado.
–Eso sería genial...
–Tú también puedes traer tu guitarra.
–No tengo guitarra. –Blaine no sabía por qué estaba avergonzado.
–Pensaba que sí, has dicho que te gusta la música...
–Toco el piano, no la guitarra.
–¿Te gustaría aprender? –El rubio propuso, queriendo pasar más tiempo con su nuevo amigo.
–Claro.
Los dos dejaron el lugar muy a su pesar, aunque sabían que volverían allí en algún otro momento ese verano. Estuvieron casi media hora andando cuando llegaron a un lugar que ya conocían. A partir de ahí, sólo les quedó volver al complejo para buscar un restaurante donde cenar.
–¿Dónde te apetece que vayamos? –Blaine preguntó al llegar a una plaza cercana a la piscina donde había varios restaurantes.
–Me apetece algo diferente... Mis abuelos han dicho varias veces que aquí cerca hay un restaurante de auténtica comida mexicana... Suelen ir casi todas las semanas. –Sam propuso.
–¡Me encanta! Me gusta probar cosas nuevas y es muy difícil hacerlo en Ohio. –El moreno comentó feliz.
–En ese caso, tendremos que aprovechar nuestro tiempo aquí para probar cosas... ¿Cuánto tiempo vas a estar aquí? –El rubio quiso saber.
–Todo el verano... ¿Tú?
–Yo puedo volver cuando quiera, todavía no tengo comprado el billete de vuelta... Aunque como fecha límite tengo el día antes de la vuelta a las clases.
–Tenemos mucho tiempo para probar nuevas cosas y para que me enseñes a tocar la guitarra.
–Va a ser el mejor verano de nuestras vidas. –Evans dijo alegre y agarró la mano de su amigo para entrar al restaurante, ajeno a las mariposas que revolotearon en el estómago del otro tan pronto sintió el contacto de sus pieles y ajeno a que tenía mucha razón y ese sería el mejor verano de sus vidas...
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SOUL MATES (Blam - boyxboy)
FanfictionCuando dos personas están predestinadas a estar juntas, las dificultades sólo consiguen demostrar la fortaleza de su amor. Sam y Blaine están predestinados a estar juntos, pero las circunstancias que los rodean pondrán a prueba sus verdaderos sentim...