17*

18.9K 853 88
                                    

Uriel

Simplemente me quede en shock, mis manos no se movían, mi mente estaba en blanco solo observaba el cuerpo de mi madre sin alma acostada en la cama. Veía como llegaba el doctor y las enfermeras una por una. Sentía un cálido abrazo que me rodeaba, había una respiración en mi cuello y con una voz que me decía "Nunca te dejaré sólo". Con sólo escuchar esa voz mis ojos se llenaron de lágrimas haciendo que volviera a la vida. Mi rostro se ocultaba en su ropa mientras que escuchaba el aparato que intentaba revivirla pero ya era demasiado tarde.

Nunca me ha gustado llorar, decía que sólo los débiles lloraban pero hoy fue una excepción. Viendo como la pasaban de la cama a otra y nunca pude hacer nada sólo me ocultaba. A la vez los brazos de Samuel me tranquilizaban pero sabia que no iba a durar mucho y que tarde o temprano iba a separarse de mi.

Se la habían llevado pensé que tratarían de alguna forma de revivirla. No tengo ni un familiar aquí ni en ninguna otra parte, mi madre nunca me dejo conocerlos e inclusive no conozco a mi padre y sabía que el jamás vendría por mi o no se daría cuenta que ella ha fallecido.

Samuel no se separaba de mi ni yo tampoco. Alguien había entrado y no le preste demasiada atención solo sabia que estaba enfrente de nosotros, Samuel era el que le hablaba.

Trate de fijar mi vista a la persona con la que estaba hablando Samuel y me di cuenta que era Elena con un ramo de flores.

-¿Elena?-pregunte con voz débil.-¿Qué haces aquí?

-Me dijo lo que le paso a...tu mama-dijo Elena señalando a Samuel que este le miraba con seriedad.-Le traje flores, espero que se mejoré-Samuel sujeto las flores por mi.

-No creo que se mejoré-casi no podía hablar.-Se ha ido.

-Lo...lamento-menciono agachando su cabeza.-Tengo que irme- se fue dirigiendoce a la puerta.-Si necesitas algo me dices-yo solo asistí.

Obviamente no podía quedarme así para siempre, tenía que aceptar la realidad, tengo que valerme por mi mismo.

Trate de ponerme de pie, quería ver que le estaban haciendo.

-¿A dónde la llevaron?-pregunte recargando me contra la pared.

-Seguramente a la sala de emergencias-respondió Samuel mientras me sujetaba la mano.-Te llevare.

Íbamos caminando por el pasillo, había más personas que esperaba, la mayoría era mayor de edad. Pasamos en donde estaba la asistente luego enseguida se podía ver el letrero de sala de emergencias en cima de la puerta había dos ventanas una en cada puerta, me asome para ver si estaba, habían varias camas con varios pacientes en uno de ellos estaba mi madre apuntó de ser cubierta con una manta blanca. Rápidamente entre al cuarto dirigiéndome a la camilla, el doctor me sujeto yo intentaba zafarme de el.

-Samuel llévatelo de aquí-ordeno el doctor.

El solo me cargo llevándome sobre su hombro como si nada.

-¡Sueltame, necesito verla!-le golpeaba la espalda y pataleaba pero de nada funciono. Las personas nos veían raro.

Habíamos salido del hospital, Samuel ya me había bajado de sus hombros, yo seguía insistiendo en volver. Parecía que le estaba calmando la paciencia a Samuel el sólo me abrazo muy fuerte.

-Me...me...estas...ahogando-intentaba decir pero por más que decía no me hacia caso.-Duele...sueltame.

Diciendo eso inmediatamente me soltó, lo malo era que me costaba respirar.

-¿Qué rayos intentabas hacer?-le reclame.

-No quiero golpearte así que pensé que era mejor mmmm...-se quedo pensando.

Un Amor No EsperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora