Capítulo trece.

7.6K 364 4
                                    

Aleix enseguida se despertó.

-Enana ¿qué pasa?

-¿Cómo que qué pasa? – Le miré con cara de sorprendida.

-¿No recuerdas nada? – Negué con la cabeza y él se acercó para abrazarme.

*Flashback*

Llegamos riéndonos y cerré a puerta, le hice un gesto para que se callara por si Hugo e Iván estaban allí y nos oían. Dejé los tacones en el suelo y fui a la habitación de Iván, pero allí no había nadie.

*Final flashback*

-¿Aleix qué pasó anoche? – Pregunté mientras intentaba apartar la vista de él. Los dos estábamos en ropa interior aunque yo seguía con la sábana enrollada para taparme. – ¿Y dónde están Iván y Hugo? – Pregunté un poco más alterada.

-¿Puedes tranquilizarte por favor?

Se puso una camiseta y un pantalón.

-¿Cómo quieres que me tranquilice, joder?

-Intento explicarte las cosas y tú me estás gritando. – Me quedé callada, ¿estaba gritando? Respiré hondo y me senté a su lado.

-Cuéntame. – Le dije en un tono más calmado.

-¿Qué recuerdas?

-No recuerdo nada desde que me sacaste a bailar, solo un poco más cuando llegamos a casa. – Dije frunciendo el ceño intentando recordar más cosas. –  ¿Y esa herida que tienes en el labio? – Se puso un dedo en la herida y suspiró.

*Flashback*

Aleix apareció por detrás y me abrazó de la cintura mientras me daba besos en el hombro.

-Estamos solos. – Me susurró al oído.

Seguía detrás de mí y empezó a darme besos en el cuello a la vez que me desabrochaba la falda. Yo me reí y me di la vuelta para quitarle la camiseta y abrazarle.

Me cogió, me tumbó en la cama y él se colocó encima de mí.

*Final flashback*

-¿Aleix tú y yo…? – La vista se me nubló y noté que estaba a punto de llorar. Aroa tranquila, respira, no llores. – Por eso tienes la herida ¿no? Iván nos pilló y te golpeó.

-Tienes lagunas ¿verdad? – Asentí y sonrió. – La herida es de antes, en el pub, ¿de eso no te acuerdas? Sí, fue Iván quien me golpeó, pero no porque nos “pillara” ni nada de eso. – Puso una especie de énfasis en la palabra “pillar”, pero yo todavía no lograba comprender nada. 

Cogí una sudadera y un pantalón corto y me vestí. Me iba a explotar la cabeza y me pitaban los oídos. Aleix me lo notó en la cara y me trajo una pastilla con un vaso de agua.

-Anda tómatelo, te sentará bien. – Me lo tomé, me dio un beso en la frente y sonrió.

-No se por qué sonríes tanto, a mí no me hace gracia esta situación. – Dije un poco molesta.

-Porque no hicimos nada y me muero de ganas por saber que se te pasa por esa cabeza. – Soltó una risa irónica.

*Flashback*

Seguíamos quitándonos ropa mientras él me daba besos en el cuello y en los hombros. Ya solo teníamos la ropa interior puesta. Él me dio un beso y nuestras lenguas jugaron. Le tenía ganas y él a mí también, le abracé de la espalda y le pegué aún más a mí.

En ese momento me acordé de Iván, no podía hacerle eso, no se lo merecía, él no me había hecho nada malo. Aparté la cabeza rápidamente y me alejé de Aleix.

-¿Qué pasa? – Frunció el ceño.

-No puedo hacerle esto a Iván…

-¿Quieres que me vaya a dormir al salón? – Negué con la cabeza y me acerqué a él. – Está bien. – Suspiró y me abrazó.

Me acurruqué mientras me hacía caricias en el pelo y en la espalda. Al poco rato me quedé dormida y solo me acuerdo de que antes de dormirme le susurré: Lo siento.

*Final flashback*

Me senté en el sofá y Aleix se sentó a mi lado.

-Creo que ya me acuerdo. – Susurré.

-Me dejaste con las ganas. – Se rió y me abrazó.

-Lo siento. – Dije con un hilo de voz, me ardían las mejillas y tenía una sensación rara en la barriga. ¿Mariposas? No, eso solo es en las películas. Será la resaca. – Pero hay algo que no logro entender.

-Dime tomatito. – Me miró a los ojos y yo me sonrojé aún más e intenté taparme la cara con las manos.

-¿Dónde están Iván y Hugo?

-A ver enana… Iván y yo nos peleamos anoche y de ahí mi herida en el labio. – Iba a hablar pero él no me dejó. – Hugo se llevó a Iván y tú te quedaste conmigo, ellos dos están en casa de Hugo. Supongo que volverán dentro de poco.

-¿Por qué os peleasteis? – Estaba aturdida y a él le costaba explicármelo, balbuceaba y me evitaba la mirada constantemente.

¿Por qué hace eso? No entiendo nada, ¿qué pasó anoche para que discutiesen? Además, ¿por qué Iván se había ido a casa de Hugo a dormir? Con lo celoso que es seguro que viene pensando que anoche pasó algo entre Aleix y yo. ¿Y por qué Hugo no me ha dicho nada? Ni un mensaje, ni una llamada, nada. Esto no tiene sentido. Aquí hay gato encerrado y yo me voy a enterar cueste lo que cueste.

Heridas de placer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora