Heridas de placer.

Capítulo veintisiete.

Capíulo dedicado a @leyssaj

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- Hola preciosa. - Me susurró mirándome a los ojos.

- ¿Iván qué quieres...? - Pregunté con un hilo de voz.

Estaba temblando y apenas podía hablar. Seguía sentada al borde del banco y sentía que en cualquier momento iba a caerme al suelo.

Noté algo chocando contra mi espalda impidiendo que me cayese e inmediatamente vi la mirada de Iván clavándose en la persona que tenía detrás.

- ¿Tú quién eres? ¿No ves que estoy hablando con ella? - Dijo en un tono amenazante.

Yo me giré y vi a Alejandro intentando abrazarme para calmarme.

- Tu peor pesadilla como se te ocurra ponerle un dedo encima.

Iván le fulminó con la mirada, se puso en pie y se fue del parque, no sin antes mirarme un par de segundos de reojo antes de irse.

Respiré hondo y volví a sentarme en el banco.

- Dime que no era tu ex. - Me dijo casi suplicando.

Yo me sonrojé y se me escapó una pequeña sonrisa. Él se rió a carcajadas y me estrujo entre sus brazos.

- Canija, siento decirte que nunca vas a tener un ex mejor que yo.

Solté una risotada y le di un puñetazo en el brazo, aunque desgraciadamente me hice más daño yo que él.

Rápidamente se me cambió el gesto de la cara al recordar lo que me pasó la última vez con Iván.

- ¿Y esa cara? ¿Qué ha pasado?

- Unos días antes de que tu volvieses... - Empecé a explicarle. - Aleix hizo una fiesta en su casa, y él vino, aunque no le había invitado. Me llevó a una habitación a solas e intentó aprovecharse de mí...

- ¿¡Qué!? - Gritó.

Se le veía alterado, parecía que iba a matar a alguien, no sé si había sido buena idea contárselo...

- Iba borracho y me rompió la ropa y de todo... Por suerte Aleix y Hugo vinieron a tiempo y no pasó nada.

- Lo mato. Te juro que lo mato. - Daba la impresión de que no había escuchado nada de lo que le había dicho.

- ¿Me quieres escuchar, joder? - Grité.

Alejandro se quedó parado en seco mirándome perplejo, nunca le había gritado así. De hecho creo que nunca le había gritado... Pero habían cambiado demasiadas cosas en mí desde que se fue.

Ya no era la misma, pero al menos era quien yo quería ser.

- ¿Tú gritando? ¿Quién eres y qué has hecho con mi Aroa?

- Es que yo ya no soy "tu" Aroa...

Su expresión cambió radicalmente, no estaba acostumbrado a que yo me encarase con él.

- No lo eres porque no quieres. - Dijo frío.

- Eso es, porque no quiero. - Contesté aún más seca que él.

Me levanté, me eché la mochila a un hombro y me fui de aquel parque. Caminé firme hasta la acera sin mirar atrás, sabía que si lo hacía me iba a derrumbar y no quería eso.

Quedaban 5 minutos para que tocara el último timbre del instituto y yo tenía que estar en la puerta principal para que Aleix no supiera que me había salido. Odiaba cuando se ponía pesado diciéndome que no tenía que salirme, etc, etc.

Me quedé apoyada en la pared con los auriculares puestos escuchando música esperándole, no tardó demasiado en venir, nada más verme me cogió en brazos y empezó a dar vueltas sobre sí mismo. Le abracé lo más fuerte que pude y le di un largo beso en los labios.

Ya estaba otra vez con esa sonrisa tonta que se me ponía cada vez que estaba con él, no lo podía remediar, me salía sin darme cuenta. Había llegado a reírme con él con los ojos cerrados... Que me digan si eso no es amor, joder.

- Hola mi niña preciosa. - Me dio un pico en los labios.

- Hola idiota.

- ¿Te vienes a comer conmigo?

- ¿A dónde? - Pregunté sorprendida.

- Al italiano. Viene Hugo también.

Para nosotros ya era una tradición ir a comer allí, pero no era plato de buen gusto que viniese la rubia esa con la que estaba ahora Hugo.

- ¿Y la rubia esa? - Volví a preguntar, pero esta vez con un tono de asco.

- ¿Adriana? Que yo sepa no. - Eso me tranquilizó.

Al final decidí aceptar ir a comer con ellos, Aleix y yo íbamos todo el camino de la mano, de vez en cuando me daba empujones y yo se los devolvía, no paraba de reírme y tampoco se me quitaba la sonrisa de tonta de la cara.

Cuando llegamos vi a Hugo sentado en una mesa juegueteando con el menú decidiendo qué pedir para comer.

Me acerqué a esa mesa dejando a Aleix detrás de mí, pero justo en ese momento una preciosa chica rubia salió del baño y se sentó a su lado, inmediatamente después Hugo rodeó la cintura de aquella chica con su brazo y ésta le dio un beso en la mejilla.

- Maldita zorra. - Susurré para mis adentros.

Di media vuelta y salí corriendo de aquel lugar.

***

Holaaaa, bueno, siento que el cap sea tan cortito, pero quería subirlo cuanto antes para que sepáis que por fin Heridas de placer ha vuelto, intentaré subir los caps más a menudo y eso jajajajaja.

Espero que os haya gustado y dejéis comentarios con vuestra opinión y demás. Muchísimas gracias por leer y por todos los ánimos que me habéis dado.

PD: Capítulo dedicado a @leyssaj :3