Capítulo 8.

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La habitación donde Jason recibía sus sesiones autorizadas regularmente estaba en silencio

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La habitación donde Jason recibía sus sesiones autorizadas regularmente estaba en silencio. Un silencio sepulcral e incómodo y la tensión en ella forman un espesor en el aire que se puede sentir. En la habitación no hay más que dos sillones y un escritorio.

Ella quería respuestas, pero él no quería hablar. Solo quería que lo dejaran en paz. La paciencia de la doctora se comenzaba a agotar y él solo sonreía por eso ¿Por qué responder? De nada serviría, no cambiaría nada. Esa era la forma que había aprendido a usar para resolver las cosas, riéndose de los demás, molestándolos a propósito, recordando que sus palabras jamás servirán de algo, nunca arreglaron algo en su pasado ¿Por qué arreglarían algo en su futuro?

— ¡Habla maldita sea Jason! —Gritó la doctora con furia golpeando la mesa y llamando la atención de quiénes estaba afuera. Ambos estaban cansados. Volvían a lo de antes cuando no tenía las máquinas para experimentar. Al menos durante el día.

Él solo la miro a los ojos intranquilo, cansado y sin ánimos.

— ¿Que desea que diga?

Él sabía cómo molestarla, ya la conocía lo suficiente, sin embargo, esta vez no trataba de molestarla, solo quería que se callara y si para eso debía responderle, le diría lo que ella esperar escuchar, al menos haría el intento.

— Dime las razones para darte un tiro luego de hacerle algo a tu hermano lo cual aún no sé por qué hiciste —Susurró derrotada.

Ella comenzaba a tomar ese caso más personal de lo que debía, eso solo arruinaría su carrera como psicóloga. Bueno hacía algún tiempo ya de eso, pero sus consecuencias no serían notorias todavía.

— ¿No ha visto suficiente ya? No tiene caso saber que sucedió o porque me di un tiro ¿Por qué me quiere ver sufriendo? A pesar de haber visto como me maltrataban, como termine en un maldito hospital tantas veces me pregunta cosas estúpidas. ¿No es suficiente aún? —Habló él con la poca fuerza que le quedaba.

Ella se quedó en silencio, mirándolo a los ojos que le decía que no sabía responder.

— ¡Respóndame Jeymi!

—Yo... —Titubeo la chica sin encontrar una respuesta. Lo que él decía era cierto, pero no justificaba nada. Era la primera vez que si quiera podían mantener un dialogo. Una discusión en vez de un dialogo, pero era lo más cercano.

— ¿Que esperabas que hiciera?

—¡No lo sé! Pero, no tenías que herirte a ti mismo, no tenías que intentar matarlo había otros modos.

—¿Y quién le dijo eso a ellos? Todas esas veces que pensé que iba a morir ¿quién los detuvo? Mi verdadero padre no hizo nada tampoco. ¿Crees que me hubiera dejado en paz algún día de su vida si no lo detenía? ¡No! ¡Usted no sabe nada!

Él la miro para luego levantarse como cada día dispuesto a marcharse, pero ella lo tomo por su brazo y lo detuvo, estando cerca de él.

— ¿Por qué te vas a ir Jason? ¿A que le temes?

Almas Impuras I: Reviviendo el pasado | +18 #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora