[Terminada/ Actualmente siendo reescrita y editada] ⚠️+18⚠️
Primer libro de la serie Almas Impuras.
Si te dieran la oportunidad de revivir tu pasado, ¿la tomarías?
Tal vez lo considerarías, pensando en volver a tus más preciadas memorias.
Sin embarg...
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Era temprano cerca de las 8 a.m. cuando Jason entró con nervios a la oficina del director Erick sin pedir permiso. Hecho un temblor, sudando frío y sus ojos demostraban que algo andaba mal con el muchacho.
— ¿Qué sucede contigo hoy Jason? —Preguntó el hombre preocupado. Se levantó de su lugar y caminó dejando atrás su escritorio para tomar asiento al lado del muchacho en el sillón que había allí. A pesar de todo, llevaban muchos años de conocerse y no podía ignorar los pedidos de ayuda del muchacho de los ojos grises.
—No puedo seguir, Erick —Susurró con su voz quebrada Jason, ya no podía aguantar. Las alucinaciones, los sentimientos, los recuerdos, todo le dolía grandemente. Sentado en el sillón, su mirada perdida, su alma se destrozó.
Y una de las pocas veces que se dejó vencer delante de alguien, lo hizo frente al director del correccional esa mañana, tal cual aquella noche en el bar. Odiaba ese recuerdo.
— ¿Con qué Jason? —Cuestionó de nuevo el hombre, pero esta vez cauteloso.
Frente a sus ojos estaba Jason llorando en un sillón tan solitario como él mismo, debía tener cuidado, lo menos que quería era hacerle aún más daño. Dudó en acercarse, pero lo hizo, el chico necesitaba su ayuda. Lo abrazó por unos instantes y de nuevo se alejó. Sentía que no era correcto hacer eso.
—Las sesiones... no quiero recordar más, es mi verdadero, quiero olvidarlo... Todo, quiero olvidarlo todo —Murmuraba entre lágrimas y ligeros espasmos.
Los sentimientos de Erick afloraron, sus ojos se pusieron vidriosos ante tan desconsoladora imagen, él sabía toda la historia y como terminaría, pero, aunque quisiera, no podía detener a la doctora. Estaba fuera de su alcance.
—Debí ayudarte antes de que llegarás aquí... —Habló el viejo conmovido. Su corazón se estrujaba.
—Pero... ahora ya nadie puede hacerlo, estoy en lo más profundo de la oscuridad... Estoy perdido, ya no hay luz en este mundo para mí —Dijo Jason sonando vacío.
Algo vino a la mente del director, estaba dispuesto a hacer todo lo posible para ayudarlo y aunque Erick pensó que lo que haría sería digno del odio que desprendería Jason cuando tan solo sepa lo que hará, no existía otra manera. Ya era tarde para buscar soluciones simples.
—Me odiarás, lo sé, pero deberás estar listo a la media noche —Confesó Erick palmeando la espalda del muchacho.
Jason pensó tratando de descifrar sus palabras, pero no logro nada. Solo pudo ver a Erick alejarse de él y regresar a trabajar, era la orden para qué se marchará de la sala.
— ¿Cómo lo harás si tengo una sesión con la doctora hoy? —Cuestionó con esperanza.
Tal vez no sería odio, tal vez sería solo fuerza lo que necesitaría. Jason no tenía idea, no lo sospechaba.
