Capítulo 17.

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Las manecillas de reloj marcan la media noche y se escabulle de su hogar un masculino

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Las manecillas de reloj marcan la media noche y se escabulle de su hogar un masculino. Sin hacer ruido y ahora sin perro guardián, nadie nota su ausencia. Camina con tranquilidad, demostrar desesperación solo daría una debilidad a su enemigo. La noche anterior había escuchado una conversación de una pareja y estaba seguro del lugar donde debía estar. Disfruta del frío y la leve neblina, eso le facilitaría esconderse un poco.

Trata de hacer sus pasos silenciosos, mientras se acerca al parqueo. No lo sabía, pero de la misma casa había salido un segundo masculino con un rumbo opuesto, al parecer se encontraba en una situación similar ¿A quién le habrían tendido una trampa? Ambos se movían armados, esperando cualquier amenaza.

El parqueo estaba técnicamente vacío, en el costado izquierdo había un gran muro que separaba el lugar de la siguiente propiedad. Ante la ausencia de personas allí, el hombre se quedó recostado contra esa pared, aferrándose a su abrigo. Esperaría un rato y si nadie aparecía se iría de regreso.

Para este punto, un intento de homicidio en su contra no sería de extrañarse. No pasó mucho tiempo para que al otro lado del parqueo aparecieran dos siluetas, era claro que una era masculina y la otra femenina. El hombre se quedó lejos, donde aún era solo una silueta, mientras ella se acercó con algo en la mano. El hombre se puso de pie con la guardia alta.

La mujer se hizo conocida tan pronto, la poca luz que iluminaba el lugar, dejó ver su rostro, era Melania.

—Jason, qué gusto verte —habló ella con una sonrisa de oreja a oreja y voz potente, estaban en un lugar y una hora muy desolada, hablar duro o en susurros no cambiaría nada.

—¿Qué haces aquí? —cuestionó el muchacho de los ojos grises apuntando su cuchilla, estaba algo nervioso.

Unas risitas burlonas seguidas de apuntar con la mano detrás de ella le dieron a entender al muchacho que ninguna maniobra serviría de nada.

—Salí a dar un paseo, escuché que por aquí las pandillas arruinaron tu auto y me generó curiosidad —explicaba ella con tranquilidad mientras se acercaba aún más.

Llevaba en sus manos una bolsa ¿Qué llevaba allí? ¿Cómo saber si ella había sido quien entro en casa de Jason? Aunque para él eso era imposible, ¿o no?

—¿Y quién es él?

—¡Oh, vaya! Te interesa saber ja, ja, no creerás que una dama sale sola a la media noche, no es nadie importante.

Al muchacho de los ojos grises no le agradaba que ella se burlara de él. Tampoco que por ella los planes se fueran a ver arruinados. Ya no sabía qué creer. Todo en ese momento le era confuso.

—¿Qué traes allí? —seguía cuestionando, preocupado, se le notaba mucho, a decir verdad.

—¿Y a ti qué te importa? —responde ella malhumorada, Jason la estaba exasperando.

Almas Impuras I: Reviviendo el pasado | +18 #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora