Capítulo 21

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02 de junio 2054

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02 de junio 2054.

El día siguiente, cuando Jason despertó de nuevo en una camilla, trató de manera desesperada de correr fuera del sótano, pero tan solo tardó unos pocos segundos en ser detenido por agentes de seguridad y llevado de regreso a su celda. Ni siquiera tuvo oportunidad de terminar de subir las escaleras. Fue lanzado dentro de la pequeña jaula como si fuese un perro y, aunque solo estaban haciendo su trabajo, no era una justificación para ese trato. Se excusarían en el hecho del intento de escape y lo peor es que con eso bastaría para pasar por alto el abuso de autoridad. Jason estaba seguro de que ningún otro recluso sufría lo mismo que él. La gran mayoría de los empleados de la correccional tenían saña en su contra.

Había otras celdas de máxima seguridad, pero en el sótano estaba una parte de las máquinas, desde el momento en el que habían suspendido las sesiones y allí, la doctora podría seguir con su tratamiento, buscando en las memorias alguna falta grave que lo encarcelará de por vida. Y por supuesto, tenía cerca a ambos. Sin importar lo impactante del sufrimiento del muchacho, ella estaba convencida de que su vida pertenecía a cuatro paredes, aislado. Un destino mucho peor que la muerte.

Pasaron algunos minutos en los que ella no apartaba su mirada de los hologramas, hasta que recordó algo importante. Recorrió con su mirada la celda hecha de barrotes hasta posarla sobre el objeto de su interés.

—Mariano —Habló autoritaria la mujer desde su silla.

El joven, que estaba sentado en la esquina más alejada de la celda, movió su cabeza en diferentes direcciones y se señaló a sí mismo de forma burlona, como si pudiera haber otro Mariano en el lugar ¿Para qué lo quería?

—Doctora —Murmuró Mariano con una sonrisa y amabilidad fingida mientras caminaba hacia la zona más cercana a la mujer, con paciencia, como si el tiempo jamás acabase.

La mujer exasperada de mirarlo, se acercó a la celda y golpeó los barrotes, había sido suficiente con ver tantas cosas del chico de los ojos grises en tan poco tiempo, que no hacía falta ver cómo alguien más se burlaba de ella. Menos alguien que parecía ser leal a su paciente.

— ¿Qué tienes que ver con Jason? Y no trates de jugar conmigo, lo sabré de todos modos —Comentó ella a manera de amenaza.

El muchacho no pudo contener sus carcajadas, ¿a quién creía esa mujer que estaba amenazando? Mariano se divertía, se inclinaba tomando su estómago, mientras Jason, que reposaba en el suelo sin prestarles mayor atención, dejo que en su rostro se plasmará una sonrisa. Faltaban tres días para salir de allí. Pronto sería libre.

Las cámaras eran testigos de cómo ella se coló anteriormente por la oficina del director y con gran adrenalina reviso cada expediente sin encontrar nada ¿Dónde estaba el de Jason y el de Mariano?

—Si lo descubrirá de todos modos, solo esperaré a que lo haga —Sonrió con tranquilidad—. No soy traidor.

Seguía insistiendo, una pregunta tras otra, recibiendo monosílabos y carcajadas como respuestas, la enfurecía sentirse como un payaso, simple entretenimiento.

Almas Impuras I: Reviviendo el pasado | +18 #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora