Lo siento, Nayeon

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—Chae, espera...— Luego de clases intenté alcanzar a Chaeyoung para que me explicara un poco sobre todo esto. De la nada estaba viviendo nuevamente mi primer día, solo que las reconocí y ellas a mí.

— ¿Qué pasa, Mina?— se detuvo para mirarme

—Chae, hablemos sobre esto que está pasando – La tomé de la mano y caminamos juntas hasta la habitación.

— ¿Nos sentamos? – Pregunté

— ¿En qué lado, Mina?

—En el lado oscuro...

—Sabía que escogerías bien, entonces vamos— Nos sentamos sobre la cama, y sentí la mano de Chaeyoung recorrer mi muslo izquierdo de arriba abajo.

— ¿Por qué se repite este día, Chae? – traté de ignorar lo que estaba haciéndome

—Ya te lo dije, tu lo deseaste... fuiste tú quien pidió esto – su mano se acercaba cada vez más a mi entrepierna

—No recuerdo desear esto, lo último que pasó antes de esto fue... bueno, yo estaba con Nayeon

—Lo sé, tú y ella, te gusta ella, ¿No es cierto?

—Sí, pero también me gustas tú

—También lo sé, pero tu deseaste que Nayeon siempre fuera tuya, muy dentro deseaste que yo no hubiese tenido sexo con ella, quieres ser solo tú... mandando sobre ella. ¿O me equivoco? Por eso el primer día en que nos conocimos se ha vuelto a repetir, para evitar incluso el beso que aquel día ella y yo nos dimos frente a ti.

—Es verdad, fue lo que pensé. – su mano dio un ligero pero gentil apretón sobre mi sexo –ahh— un pequeño gemido escapó.

—Pero mi querida Mina, eso no será posible – ella seguía presionando su mano contra mi

— ¿Por qué no? Nayeon me gusta y no quiero que la toques más – hice presión sobre su brazo para que separara su mano de mí pero me empujó sobre el colchón, quedando sobre mí.

—Ella no es como tú deseas, Mina. Nayeon nunca dejará lo que es por ti

— ¿Qué quieres decir exactamente?

—Te gusta ella ¿no? Bueno, ve y díselo, pregúntale si quiere ser tu novia

—Nunca dije que quería ser su novia – Chaeyoung se sorprendió al escucharme, pero es cierto, no dije nunca que quería ser su novia, solo quiero que sea mía.

—Vaya, vaya... creo que te estás conociendo, tu solo quieres dominarla ¿No es así?— Comenzó a dejar besos en mi cuello —Me gusta que te des cuenta de lo que eres— sus manos comenzaron a quitar mi ropa, y en minutos ambas estábamos desnudas, mirándonos fijamente, había cambiado de posición y ahora yo estaba sobre ella.

Pronto escuché la puerta cerrarse, Nayeon estaba en medio de la habitación observándonos, Chaeyoung comenzó a moverse debajo y acariciaba los costados de mi cuerpo mientras se levantaba un poco para besar mis mejillas. –Coneja ven aquí— prácticamente le ordené y ella obedeció.

Miré a Chaeyoung y comencé a besarla desesperadamente, hacía calor y mi cuerpo comenzaba a sentirse caliente. Cuando rompí el beso, Chaeyoung sonrió y acarició mi rostro mientras me mirada fijamente, entonces supe que mis ojos eran completamente rojos. Volví para ver a Nayeon pero su rostro no expresaba nada.

— ¿Te gusta esto? – le pregunté y comencé a moverme junto con Chaeyoung, nuestros sexos unidos, llenamos la habitación de jadeos y sonidos sucios. — ¡Respóndeme!— le grité agitada. Pero ella no respondió, en cambio se giró y supe que iba a dejar la habitación y no lo iba a permitir, cuando ella intentó abrir la puerta esta no se abría, brazos largos salieron del piso a su alrededor y la mantuvieron firme mientras me separaba de Chaeyoung y me colocaba frente a ella.

Ángel y DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora