Había llegado la tarde pero no dejaba de llover, sentí un bullicio en la planta baja y quise ir a ver de qué se trataba. Cuando pasé por la habitación de Chaeyoung la puerta estaba medio abierta pero me llamó la atención algo sobre su cama, miré por el pasillo, como asegurándome de que nadie me observara y entré.
Era su diario, estaba abierto en una página en específico, en una de las hojas un dibujo a lápiz de la lluvia, era nuestro jardín “Qué bien dibuja”—pensé. Y seguí hojeando. En la siguiente un pequeño escrito sobre un dibujo de rocas en el mar
“Al probar la deliciosa miel de la lujuria, el alma abandona el cuerpo y pierdes los sentidos de lo que es bueno o malo, para dejarte llegar solo por los instintos más bajos”.
Me llamó la atención el paisaje del mar con aquellas rocas, la luna y el sol estaban plasmados en el cielo pero no había estrella alguna, por un momento sentí como si hubiese estado allí alguna vez, era una sensación extraña, como una paradoja, un deja vu o solo algo absurdo.
Dejé el cuaderno en su lugar y me puse frente al espejo, mis ojos ya no eran totalmente azules pero tampoco rojos, ambos colores mezclados equilibrándose, sin embargo un nuevo sentimiento crecía poco a poco en mí, y querer descubrirlo me asustaba…
Me dirigí al balcón y observé la piscina, estaba decidida, tenía que regresar hoy mismo a Nayeon conmigo y creo que sé que es lo que debo hacer, pero tengo miedo de que no salga bien.
Subí y tomando una respiración profunda me lancé al agua, una helada sensación penetró hasta mis huesos, mantuve mis ojos cerrados hasta que sentí mis pies tocar el fondo. Entonces la vi, ella abrazaba sus piernas contra su pecho, estaba sentada en una de las esquinas de la gran piscina, sentí que algo no iba bien y me acerqué a ella tratando de no verme preocupada.
—Nayeon…— le llamé pero no contestó –Na… ¡Nayeon! – pero no hubo respuesta. Me acerqué hasta quedar a su lado y la abracé.
—Minari…— por fin la escuché, pero no me miraba
— ¿Qué ocurre? Te siento muy extraña
—Estoy perdiendo mis poderes— escuché la tristeza en su voz
— ¿Pero… cómo es posible eso?
—Tu amor por Chae cada día es más fuerte
— ¡No! ¡Nayeon, no! Yo te amo… no quiero perderte
— ¿Dónde está tu medallón?— su mano buscaba en mi cuello aquel accesorio
—Yo… lo dejé… en la habitación – Ni yo me creí eso, la verdad es que no puedo recordar donde lo dejé.
—Me estás mintiendo, Mina.
—No… bueno… no recuerdo donde está — confesé
—Busca en mi habitación – giró para no verme.
— ¿Por qué estaría allí? Estoy segura que lo dejé en la mía, no te preocupes – quise abrazarla pero ella me empujó tan fuerte que terminé hasta la otra esquina de aquella caja de agua.
— ¡Ahhgg! – Mi cabeza dolía, que impacto tan rudo.
—No quiero que me toques más – la vi levantase desde el otro extremo
— ¿De qué hablas?— me levanté también intentando acercarme pero su gesto de “stop” con la mano me detuvo.
— ¿No lo entiendes? Yo debería odiarte y acabar contigo de una vez para salvarme, pero te amo… me enamoré aún cuando estaba prohibido y tú ni siquiera lo valoraste, dime entonces… ¿Chaeyoung ha sido capaz de aceptar sus sentimientos por ti? No, ¿verdad? ¿Crees que ella dejaría todo lo que posee por ti? La persona que más te ama es a quien menos aprecias, sin embargo sigues queriéndola más a ella, acostándote con ella y dejándote llevar… ¿Es así como me amas?
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Ángel y Demonio
Fiksi PenggemarLa estudiante Myoui Mina es transferida desde Inglaterra a una escuela en California, Su vida transcurría normal hasta que descubre que tiene poderes de Diosa. Mina, Diosa del bien y del mal comienza a descubrirse a sí misma, su deseo por el poder...