—Vamos a casa mi amor— la abracé y depositando un beso sobre su mejilla le susurré –Quiero llegar a casa y hacer el amor en tu cama.
—Nuestra cama— me corrigió –Ahora tendremos nuestra habitación
Sonreí y en tan solo tres segundos estábamos en el jardín de casa. Es fantástico tener todos esos poderes. Ahora puedo hacer tantas cosas y Nayeon está a mi lado para darme apoyo.
— ¡Hemos Llegado! – gritó mientras entraba corriendo, casi saltando de felicidad, hace más de una semana que habíamos estado fuera, y también extrañaba nuestro hogar. Caminé a paso lento siguiendo el camino que ella había tomado. Observando a mí alrededor lo hermoso que estaba nuestro jardín, la suave brisa y la sombra acogedora que nos daban esos bellos árboles. Me sentí afortunada al vivir en tan hermoso lugar como este. Es como un mini paraíso y rodeada de dos hermosas Diosas, ¿Cómo no sentirme afortunada?
—Chaeyoung…
Recordé lo que me habían prometido, ella debería estar de regreso, deben cumplirlo – pensaba mientras apresuré mi paso, casi corriendo para entrar.
Chaeyoung estaba aquí, en casa… ¡Nuestro Hogar! Sana y salva, Oh ella está viva, quise ir a abrazarla pero Nayeon ya la tenía en sus brazos, sonreí pero en mi pecho sentí un ligero dolor.
Alcancé a notar que Nayeon no llevaba su anillo, bajé la mirada hasta mi mano y saqué el mío guardándolo en el bolsillo trasero de mis pantalones ¿Por qué hice eso? No estoy segura ¿Por qué Nayeon no lleva su anillo? Tampoco lo sé.
Se separaron un poco, compartieron un tierno beso, y se regalaron una dulce sonrisa.Nayeon la giró para que pudiera observarme, mis lágrimas ya habían empezado a salir y las de ella igual en el instante en que me vio. Pero mi cuerpo estaba paralizado, no reaccionaba y quería ir y abrazarla tan fuerte, pero sentía… culpa.
Yo ahora estaba casada con Nayeon, aunque es temporal, pero Nayeon es mi esposa, ¿Perdería a Chaeyoung ahora? ¡NO! Definitivamente no puede pasar. Mi cuerpo se reactivó pero para salir corriendo como una estúpida, subí las escaleras a toda marcha y me encerré en el baño, observé la tina y me acerqué sentándome dentro.
Escuché los llamados en la puerta pero no quería abrir. ¿Qué estás haciendo Mina? Me preguntaba una y otra vez, ¿Qué clase de estupidez es esta? Chaeyoung está allá afuera, luego de que se sacrificó por mí y yo como una idiota le pago de esta manera, pero no puedo, siento que ya la he perdido. Soy una maldita egoísta que no puede decidir de una vez lo que debe hacer. No puedo amar a dos personas de esta forma. ¿Pero qué hago? Me he enamorado de ellas y aunque luché por no hacerlo, perdí.
—Minari, ábreme por favor— Escuché a Chaeyoung sollozar tras la puerta
—No di respuesta
—Minari, no tengo ningún poder, por favor ábreme, te necesito
Cerca de diez minutos la escuché llorar mientras me pedía que le abriera la puerta, al parecer me quedé dormida cerca de una hora, porque al salir no había rastro de Chaeyoung y yo tenía baba en la cara, ¡asqueroso!
Me lavé y sequé el rostro y me fui directo al pasillo a buscar a Nayeon, pero al salir del baño, escuché sonidos procedentes de la habitación de Chaeyoung, dudé por un momento si debía ir a verle o seguir evitándolo si quiera por este día. Pero los sonidos se hacían más fuertes y mi corazón dio un vuelco sabiendo lo que sucedía.
Caminé con cuidado de que mis pasos no fueran escuchados ¡Idiota, ahora puedes volar! Me regañé internamente y de detuve para luego elevarme considerablemente del suelo y quedar frente a la gran puerta de madera adornada de aquella habitación. Cuando giré lo más diligente posible la perrilla de la puerta, mi sorpresa es que estaba cerrada. Suspiré y utilicé mis poderes, primero para volverme invisible y segundo para tele transportarme dentro de la habitación.

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Ángel y Demonio
Fiksi PenggemarLa estudiante Myoui Mina es transferida desde Inglaterra a una escuela en California, Su vida transcurría normal hasta que descubre que tiene poderes de Diosa. Mina, Diosa del bien y del mal comienza a descubrirse a sí misma, su deseo por el poder...