Capítulo 3: Quemado

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El humo no es poco, no parece venir de una hoguera o un fuego, cosas mucho más grandes están ardiendo allí atrás. Lo miro extrañado y decido despertar a mi tío para advertirle de lo que está pasando.

-Algo está ocurriendo en la aldea, debemos volver inmediatamente. - digo señalando en dirección al pueblo, preocupado por mi familia.

Mi tío no puede correr y carga con una bolsa con cosas que ha decidido traer, que no son pocas.

-Yo...- Jadea él entre pasos- No creo que pueda llegar para hacer algo, será mejor que te adelantes. – Sus ojos parecen preocupados y su cuerpo no responde demasiado bien.

- ¡Tío!, ¡Me hago cargo de madre, tú asegúrate de que mi hermana esté bien!

Grito mientras me alejo corriendo

Aún soy joven y ágil, no me cuesta demasiado trabajo esquivar raíces y piedras mientras corro lo más rápido que me permiten mis piernas.

Cada vez me acerco más y se puede distinguir que el humo no viene de una sola localización fija. Sino que parece que viene de varias casas y algún que otro carromato ardiendo.

Cuando paso las murallas veo como todo arde a mi alrededor. Mujeres llorando por sus hijos y hombres intentando entrar a las casas ardiendo son lo primero que veo en lo que parece un infierno de llamas.

Esto me recuerda al sueño que tuve, ¿Fui advertido de todo esto? ¿Debía evitarlo de alguna manera?

Recuerdo también las criaturas que vi en mi sueño. No logro divisarlas, pero no sé por qué las siento, las siento alrededor, y también sé que si no han llegado aún poco tardarán.

Sigo corriendo por caminos desolados por culpa de las familias destruidas y los cadáveres de guardias que se acumulan a mi alrededor.

Me fijo en los cadáveres y no todos parecen calcinados, algunos parecen como si hubiesen sido atacados de alguna manera. No habían muerto solo por las llamas.

Giro un par de esquinas rogando que mi casa se hubiera salvado o al menos mi madre y hermana.

Veo mi casa a lo lejos y parece que no se ha salvado. A medida que me acerco hay más y más cadáveres, no solo de guardias de la ciudad, sino que también hay cadáveres de guardias reales. ¿No se suponía que estaban de paso? ¿Es que algo les frenó cuando iban a irse?

Sea lo que sea que mató a todos parece que no tuvo piedad.

El miedo se vuelve mayor cuando la veo.

Veo como un grupo de guardias reales liderados por el general pelean contra una criatura parecida a las que anteriormente he visto en sueños.

Es muy grande, como dos hombres de largo. Parece un oso, pero los colmillos se le salen de la boca, tiene cuernos de cabra y su pelo tiene pinta de no ser pelo si no escamas. Sus garras son realmente grandes y veo como desintegra prácticamente entero a un guardia con una especie de aliento de llamas.

Me escondo detrás de unas cajas esperando a que ellos puedan con él, no haría más que estorbar y no es mi pelea. Solo veo como cadáveres y cadáveres caen al suelo calcinados o simplemente con la garganta desgarrada.

No sé qué hacer, este podría ser el responsable de todo esto y además parece que no pueden hacer nada contra él.

Veo cómo la bestia intenta calcinar al general, este se cubre con un escudo de metal que parece que le bloquea todo el daño que podría haber sufrido.

Esto me recuerda a cuando en la fragua me golpeé con un martillo al rojo vivo en la mano. Pareció como si mi mano no se viese afectada por esto.

Mi Demonio InteriorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora