III 🌙

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Llevaba un buen rato en la tina, sin haber dejado de llorar, el agua ya se encontraba fría pero no le importó solo quería dejar de sentir ese vacío en el pecho.

Agarro un cúter el cual estaba al lado de la bañera; no era la primera vez que que se lastimaba a si misma cuando se sentía tan destruida lo hacía.

Lo tomo con fuerza y sin basilar se lo paso por las muñecas donde otras cicatrices de las veces anteriores estaban, la sangre comenzó a gotear el agua de la tina tiñiendola rápidamente de un color rojo oscuro, lo repitió en ambas muñecas y solo las dejos caer dentro del agua la cual se convirtió en un baño de su propia sangre.

No había dejado de llorar ni un instante, se sumergió en el agua helada, y abrió los ojos bajo el agua, sostuvo la respiración pero se sentía débil en todo aspecto por lo que solo dejo el aire salir que rápidamente subió a la superficie, dejándola sin mas fuentes de oxigeno, no lo soportaba mas solo quería desaparecer y que no la vieran nunca mas.

Sentía como sus fuerzas se desvanecían por lo que le costaba poder salir a la superficie y tomar aire, tampoco tenía la suficiente motivación de hacerlo por lo que solo prefirió quedarse ahí abajo y dejarse llevar por por la calma que había comenzado a sentir.

De un momento a otro siente que la sacan del agua.

— pobre de mi marioneta—escucho decir, pero le costaba ver a su alrededor simplemente estaba cansada— yo te cuidare pequeña marioneta, ya lo veras—lo único que logro ver fue el techo blanco y una silueta negra a su costado, antes de caer desmayada.

Scarlett despertó adolorida y aturdida, se llevo ambas manos al rostro y con un mueca de dolor hizo entender que le dolían y mucho las muñecas, las vio y se percato de que estaban vendadas, comenzó a ver su alrededor y se dio cuenta de que no estaba en su habitación.

Estaba en un lugar que no conocía y nunca había visto, se sentó en la cama y  se vio vestida con un vestido negro que dejaba ver sus hombros.

— veo que has despertado pequeña—escucho y rápidamente dirigió la mirada a la puerta donde había provenido la voz, encontró con un joven de piel gris,sonriendo dejando ver una sonrisa amarilla a igual que sus ojos, toda su vestimenta era bastante común pero si todo de color negro y gris—sabes que mirar así es descortés— hablo cambiando su mueca a una sería.

— ¿quien eres?—logro decir luego de un momento de silencio 

—soy tu salvador, me deberías tener mas respeto—hablo ofendió

—¿que? ¿como un ángel guardián?— pregunto ingenua 

—en vez de tu ángel soy mas bien como tu demonio—se burla y luego hecha una carcajada si gracia

—¿estoy muerta?—pregunto asustada

—No, pero por poco que no te puedo salvar— dice sonriendo.

—no entiendo nada— se llevo una mano a su cabeza.

— mira marioneta—se acerca—yo te salve de tu intento de suicidio-—se quedo parado enfrente de ella—¡eres una malagradecida!—exclamo molesto y extendió sus manos dejando salir sus hilos.

La tomo de las muñecas y tobillos con sus hilos dorados, para luego sacarla de la cama agresivamente haciendo que ella soltara un grito de dolor, la tiro contra una pared donde la apoyo sin soltarla y el se acerco lentamente a ella, al tenerla enfrente le acarició la mejilla tomándola de la barbilla— ahora escucha marioneta yo soy tu dueño de ahora en adelante y me debes mínimo respeto— le apretó las mejilla— no voy a permitir que me trates tan ingrata y caprichosa ¡¿ENTENDISTE?!—ella solo asintió con miedo— muy bien mi marionetas—le apareció la mejilla con delicadeza y luego le dio varios golpes no muy fuertes.

La suelta y deja caer en el suelo donde solo agacha la cabeza sollozando.

— no, no pequeña Scarlett no llores, no te traje aquí para que sigas sufriendo— le sonríe ampliamente.

—¿como sabes mi nombre?— cuestionó levantando la cabeza.

—te estuve vigilando pequeña—se sentó en un sillón individual y gastado que había en la habitación— y me sorprende lo arrogante y soberbia que eres—se cruzó de piernas.

—¿Que es lo que dices? ¡yo no soy así!— se defendió levantándose del piso.

— ¿como que no lo eres? Tienes una persona que te ama incondicionalmente y simplemente no lo ves porque te concentras solo en ti, aunque pensando en todo lo que te sucedió no me sorprende que estés tan ciega—se burló y se recostó en el respaldar del sillón.

—no te entiendo — hablo tomando su cabeza y sentándose en la cama.

—por el momento solo descansa luego veremos como te voy ha arreglar— se levanta.

El joven se acercó a ella y la obligo a acostarse, la tapó mientras que ella no le sacaba la mirada de encima con miedo y curiosidad.

—solo duerme— le besa la frente— descansa pequeña marioneta—se da la vuelta caminado hacía la puerta.

—espera respondes una pregunta—lo mira.

—pregunte— afirma en burla.

—¿Como te llamas? — la miro

—me ofendes marioneta—se lleva una mano al pecho—pero no te culpo no me he presentado, me llamo Puppeteer—se inclina hacia adelante con una mano adelante y otra atrás.— ahora duerme marioneta—se fue cerrando la puerta.

—Puppeteer...—repitió varias veces en su cabeza buscando alguna relación con su vida pero era en vano era la primera vez que lo había visto.

Sonrió en burla creyendo que todo eso era una broma, que de la nada saldrían una cámara o Lyan gritando sorpresa.

Pero era imposible no había nada que festejar ni a nadie a quien aplaudir.

My Fair Lady || The PuppeteerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora