Scarlett se había vuelto a dormir en la cama de Puppeteer una vez que termino de comer y haberse bañado, el le aconsejo que descansar que todo estaría bien y así lo hizo se volvió a acostar en la cama de el, pues confiaba ciegamente en el después de todo se entro a el sin ninguna restricción o chantaje, la cama tenía sábanas limpias con un ligero aroma a flores dónde se quedó dormida al poco tiempo embriagándose en ese dulce aroma y junto a la almohada de Puppeteer.
Por mientras Puppeteer se encontraba en otra habitación buscando a sus otras marionetas pensando en cómo castigarlas por todo lo que habían ocasionado, al encontrarlas no dudo y comenzó a nombrarlas el era su dueño y ellas debían de obedecer cueste lo que cueste, por lo que de entre las sombras aparecieron las cinco marionetas con movilidad que tenia de las muchas otras que estaban como jaulas de almas una al lado de la otra en las muchas de las repisas que tenia esa misma habitación; cada marioneta tenia un estilo único y propio de la época en la cual la alma que estaba prisionera, había vivido.
Se pararon enfrente de el y solo agacharon la cabeza, las cinco como si fueran soldados.
—Lo voy a preguntar una sola vez y quiero que hablen ¿Quien fue? ¿y porque lo hicieron?
Se quedaron en silencio, lo que poco a poco desequilibraba a Puppeteer, hasta el momento en que una hablo—Fui yo
—¿Por que lo hiciste Estefania?
—Por... que... Porque... ¡Ella no se merece lo que usted le está haciendo! Ella ya debería de ser una de nosotras en cambio solo consigue que usted la defienda y ahora nos regaña a nosotras en ves de convertirla y como si fuera poco ahora se divierte en su cama—hablo molesta, lo que irritó a Puppeteer y la tomó del cuello levantándola del suelo.
—No eres quien para reclamar, no puedes decirme nada porque no tienes idea de lo que tengo pensado hacerle ¡Me escuchaste! ¿Como eres capaz de venir a hablarme de esa forma?
—N.. No soy l.. La única que... Piensa así—hablo entre cortado por el apretón de su cuello.
—¡¿Ustedes también piensan igual qué ella?!
Temerosas se miraron entre si y negaron con la cabeza, pues reconocían que cuando Puppeteer se enojaba con sus creaciones era realmente peligrosos y podría de un solo toque mandar esas almas a las manos de Zalgo quien se encargaría de hacerlas sufrir y dejarlas abandonas en el infierno.
—Mas les vale no meterse con ella, por que les juro que las voy a terminar de matar ¡¿ENTENDIERON?!—asistieron frenéticas y el soltó a su marioneta, dejándola caer al suelo—quiero que termine sus deberes y no se les ocurra salir de esta habitación no lo tienen permitido—hablo dándose la vuelta y saliendo de la habitación cerrando la puerta con llave.
Respiro profundo, se había controlado muchísimo pero no quería arruinar el lindo sentimiento que afloraba en su interior con el solo hecho de que esa chica estuviera dormida en su cama luego de haberse entregado mutuamente.
Algo entristecido volvió a su habitación y se sentó al lado de Scarlett, donde se detuvo a verla como dormía tranquila para acercarse a su odio y susurra—lo siento muchísimo por lo que vas a tener que pasar mi querida—fue lo único que dijo para levantarse y sentarse en un sillón, el cual estaba en una esquina de la habitación y observarla.
Scarlett comenzó a retorcerse en la cama junto a varias lágrimas que cayeron de sus ojos seguido de sollozos ahogados, pasan los minutos los cuales parecían años pero era algo inevitable y Puppeteer quería terminar con esto de una vez por todas.
A él se le dificultaba tener que verla en esa condición sufriendo por tener que afrontar esos fantasmas de su pasado que la seguían atormentado en sus sueños en forma de retorcidas y muy confusas pesadillas.
Molesto e inquieto se acercó a ella y le acarició la mejilla para después depositar un pequeño beso en los labios de ella se sentó en la cama y la tomó en brazos para comenzar a acariciarle el pelo y consolarla mientras que no dejaba de llorar.
Con pocas fuerzas los débiles brazos de Scarlett se aferraron a la cintura de Puppeteer y continuó llorando y sollozando dormida, mientras que él solo le decía que ya iba a pasar y que pronto todo estaría bien y feliz, pero eso no lograba tranquilizarlo pues ella no podía y no iba a estar bien si no conseguía afrontar ese absurdo demonio que atormentaba su débil mente y espíritu tanto al estar despierta como cuando dormía consiguiendo trasformar y deformar cualquier lindo recuerdo o sentimientos cambiándolos por el sufrimiento, agonía y destrucción que había tenido que pasar aquel día, de invierno, donde toda su vida cambió por un absurdo capricho de niña pequeña.
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My Fair Lady || The Puppeteer
Fiksi Penggemar"La lluvia cae porque la nube ya no pude soportar el peso... ... LAS LÁGRIMAS CAEN PORQUE EL CORAZÓN YA NO PUEDE SOPORTAR EL DOLOR."