XIV 🌙

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La noche paso realmente rápido dónde la única que durmió fue Scarlett, la cual estaba en su cama abrazando el conejo de peluche de su hermana.

El sol entro por la ventana con lo que comenzaba un nuevo día, la pequeña se despertó escuchando los gritos de su madre, por lo que asustada y con inmensas ganas de llorar se levantó y arrastrando sus pies salio de su habitación, con el conejo en sus manos, camino por el pasillo escuchando cada vez mas fuentes los sollozos de su madre, al llegar a la escalera bajo unos cuatro escalones dónde se sentó y de entre los barrotes observó a sus padres llorar y cerrar la puerta para después comenzar a discutir.

Se cubrió sus oídos y comenzó a llorar mientras que el conejo de peluche se resbaló de sus piernas y cayó por la escalera hasta llegar al suelo, lo que llama la atención de su padres que al verla, ahí escondida, no dudan en acercarse a ella lo mas rápido que pudieron para sentarse a su lado.

—¿Como estas mi princesa?

—¿papi y mi hermana? —pregunto llorando.

—escucha mi nena, ella se fue a un lugar muy lindo dónde estará bien—intenta sonreír mientras le hablaba con lágrimas en los ojos, la madre sin poder aguantar solo se levanta y sale de la casa.

—no volverá ¿verdad? —pregunta mirando la puerta.

—no mi cielo, no volverá nunca

—nunca es mucho tiempo

—si es demasiado tiempo, pero tranquila porque ella esta bien, esta dormida soñando con angelitos—la pequeña lo mira y simplemente se abraza a su padre dónde llora sin consuelo.

Scarlett le costaba mantener los ojos abiertos, su vista se nublaba por las muchas lágrimas que lloraba a sola en su habitación teniendo que escuchar las constantes peleas de sus padres, su cabeza comenzó a doler mientras que poco a poco su vista se nubló y todo quedó negro junto con un grito desgarrador de su hermana llamándola.

Despertó exaltada, sentándose inmediatamente en aquella cama, se llevó ambas manos a sus ojos para secar la humedad de sus mejillas por las muchas lágrimas que había derramado.

Una vez mas tranquila pudo observar todo el lugar y estaba aún en la habitación de Puppeteer, aunque por lo que vio en la ventana era de noche, quizás de madrugada, sentía sus ojos hinchados y debes en cuando pasaba la manga de sus remera por su nariz.

Al tener plena conciencia de todo lo que ese sueño había logrado revivir y remover tantos sentimientos junto con pensamientos y acusaciones que ella misma se hacía, sin notarlo volvió a llorar, hasta que sus pensamientos se detuvieron al escuchar la puerta abrirse dejando ver al muchacho.

Puppeteer entro y se aproximó rápidamente hasta al lado de la cama dónde se sentó y sin dejarla de mirar le sonrió—¿Todo en orden? —pregunta aunque el mejor que nadie sabía lo que había sucedido.

Ella solo negó y se abalanzó a los brazos del chico donde lloro—es mi culpa—murmura.

—Scarlett, te voy a decir una cosa no comiences con eso—la apartó y la tomó de la barbilla

—pero es la verdad

—Dame razones por las cuales creas que es tu culpa—exige serio.

—¿Como que? Ah ¿quieres que te diga todo lo que sucedió después de ese día?

—Si.

Ella quedo atontada y luego de parpadear varias veces comenzó a hablar—es raro nunca hable de eso, luego de que entregaron el cuerpo de mi hermana que habían encontrado en el fondo de aquel precipicio, todo fue normal o eso aparentaba enfrente mio ya que cuando me iba los escuchaba discutir, paso el funeral dando comienzo a lo que fue cada día un nuevo infierno, mi madre aunque no me lo decía me culpaba la escuchaba cada grito, murmullo, palabra hasta las miradas que me daba me culpaba de la muerte de Lis, en cambio mi padre era mas comprensivo siempre me consoló y defendió enfrente de mi madre, pero solo consiguió que esa relación se mantuviera por un año o quizás menos ya que se divorciaron, mi padre pidió mi custodia pero mi madre no quiso dársela, así que una noche me preparo un bolso y me saco de la casa para irnos, nos mudamos a otro condado, y fue entonces que entendí que es lo que quería era castigarme por la muerte de mi hermana, lo que comenzó con simples insultos y malos tratos termino en que comenzará a pegarme mientras repetía lo mucho que prefiera que yo hubiera caído y que Lis estuviera viva, una cosa llevo a otra y termine siendo una suicida—se levantó una manga de la remera mostrando sus múltiples cicatrices.

Puppeteer se había mantenido atento escuchándola y al verla hablar con la voz quebrada y sus ojos completamente rojos no dudo en abrazarla— Sabes que no es tu culpa ¿Verdad? Las cosas suceden y nadie puede interferir, tu hermana iba a morir porque lo tenia en su destino.

—¿Como estas seguro de eso?

—pon estas idea, es como intentar modificar el curso de un río, no importa cuantas rocas pongas el agua siempre seguirá su rumbo a pesar de los obstáculos, no deberías de creer en lo que dice tu madre, esta dolida y resentida y como no tuvo con quien descargar esa irá te utilizo a ti.

—Puppeteer no quiero vivir—hablo apegada a su pecho.

—¿porque?tu crees que tu hermana querría verte así tan débil y frágil—la aparta y mira— vamos habla tu crees que ella te quiere ver así después de dar su vida por la tuya.

My Fair Lady || The PuppeteerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora