VII 🌙

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Scarlett se encontraba sola en la sala de la casa, pues habían pasado cerca de tres horas en las cuales Puppeteer se había ido de la casa.

Relajo los hombros recostando su espalda en el sofá tirando la cabeza para atrás, su conciencia no la dejaba en paz, la torturaba constantemente con ese día que revivió en su desmayo.

Le costaba comprender el por que estaba viviendo eso pero se lo tomaba como su castigo por la gran irresponsabilidad que le había tocado afrontar.

Un ruido fuerte de la plata alta la hizo despertar de sus pensamientos y reincorporarse rápidamente en el sillón, para pronunciar temerosa— ¿Puppeteer?

Por supuesto que nadie contesto y solo lo atribuyó a una mala pasada de su cabeza que estaba jugando con ella, se recostó nuevamente sobre el sofá y abrazándose a si misma se destino a dormir por un momento, pero no pudo ni cerrar los ojos ya que un segundo ruido seguido por una leve risa la perturbó.

Se levantó rápidamente observando todo a su alrededor, se estaba alterado su corazón golpeaba fuerte contra su pecho provocando que le doliera y el constante sonido del mismo la aturdía.

Se volvió a sentar en el sofá intentado que su mente la dejará descansar por un momento, ya que siempre la vivía atormentado con el pasado.

Con unas segunda risas, se armo de valor y se levantó del sillón se encaminó a subir las escaleras, al llegar al segundo piso observó todo detenidamente pero no había nada, respirando mas tranquila fue hasta su habitación pero antes de poder llegar a la puerta se tropezó y cayó al suelo.

Miro a sus pies y observo una hilo casi transparente que estaba de pared a pared, antes de que su mano lo pudiera tocar un segundo hilo apareció de la nada cayendo justo en su cuello.

El hilo la tiro para atrás con lo que se quejo por el golpe que recibió su cabeza y el dolor que comenzaba a sentir su cuello, los hilos se tensaron apretando con fuerza su piel y la comenzaron ha arrastrar por el pasillo hasta que llegó al final del mismo y entraron en la última habitación, durante el recorrido Scarlett lloraba con gritos y sollozos ahogados, su garganta dolía, ardía, quemaba además de sentir punzadas en su pecho por el poco aire que en ella ingresaba.

—miren ella es— susurran.

—¿Estas segura?

El cuerpo casi inerte de la joven quedo retorciéndose levemente en el suelo tomando con sus manos la cuerda, no había dejado de llorar pero ya no podía hablar ni suplicar.

—No creo que sea ella—continuaron hablando

—si es ella mira sus ropas—hablaban distintas voces chillonas

—Son los vestidos del amo, pero ¿porque aun esta viva? —hablaban.

El apretón de su cuello disminuyó, cuando dichas voces notaron que la mirada de la joven se iba apagando poco a poco.

La primera bocanada de aire que ingresó a los pulmones de Scarlett la hizo toser descontrolada, se había quedado sin fuerzas su cuerpo entero pedía a gritos descanso, oxígeno.

Poco a poco su respiración se normalizo, aunque no se había movido de donde la habían dejado solo quería descansar de todo esto.

Dichas voces se aproximaron a ella desde la oscuridad mostrando que eran marionetas algunas pequeñas otras no, todas las miraban como Scarlett lloraba y se atemorizaba con solo ver lo que estaba viendo, era algo físicamente imposible, el aspecto de esas criaturas era horripilante y descuidado toda la ropa y vestimenta que llevaban estaba rota y sucia, sus rostros, brazos y piernas eran de porcelana pero se encontraba destinado y algunas partes rotas con lo que algunas solo se arrastraban por el piso, sus miradas eran oscuras, vacías y algunas lloraban un líquido parecido a la sangre pero mucho mas espeso, las muñecas y tobillos de las marionetas estaban atadas con hilos, como los de Puppeteer pero estos eran opacos y sin ese brillo dorado característico.

Al ver como se acercaban sollozo alto y sus ojos pesados se cerraron.

Scarlett despertó acostada en el suelo de madera vieja, se sentó rápidamente y observo detenidamente todo su alrededor.

—¡SCARLETT!

Se asustó al escuchar el grito con su nombre y se levantó del suelo, volvieron a grita su nombre pero esta vez de una manera desesperada y atemorizada.

Salió de la cabaña por la puerta principal y comenzó a correr siguiendo esa voz tan familiar, estaba en un bosque cubierto de nieve fresca, deja salir un jadeo al sentir el frío chocar con su piel, todo el lugar seria hermoso en otras circunstancias pero al sentir la desesperación de ella todo cambio con una temática perturbadora una espesa niebla se levantó impidiéndole ver mucho mas de un metro de distancia en frente de ella por lo que tuvo que ir con cautela de no chocar con un árbol o cualquier otra cosa.

Continuo corriendo dejando salir en pequeñas nubes sus congelado aliento, al llegar cerca de un precipicio se detuvo, luego de un momento decido asomarse por el borde donde alcanzo ver unas manos perderse en la oscuridad junto a otro grito agudo con su nombre, se arrodilló al borde donde comenzó a llorar negándose a creer lo que había visto.

En ese momento la nieve y lodo del borde cedió por la presión que estabas recibiendo por el cuerpo de la chica con lo que al poco tiempo su suelo se derrumbó y cayó en aquel abismo cubierto por tinieblas y oscuridad, grito por ayuda pero nadie la escuchaba, nunca nadie la escucho.

My Fair Lady || The PuppeteerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora