VIII 🌙

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Puppeteer había terminado de realizar un trabajo a la noche siguiente, esta feliz y muy orgulloso por lo que había logrado conseguir pronto todo esto tendría el final que el estaba esperando con ansias, aún sabiendo que tendría que esperar mucho para reclamar lo que ahora era suyo por derecho.

Estaba caminado por el bosque tranquilo regresando a la cabaña dónde tenía a su nueva muñeca esperando a que el determinará el camino por el cual llegaría al objetivo que tenía reservado Puppeteer.

Coloco sus manos en los bolsillos y respiro profundamente el aire fresco de esa hermosa noche de verano donde la luna brillaba con gran esplendor y las estrellas adornaban el cielo con unas pequeñas nubes blancas que jugaban con el viendo desvaneciéndose o pasando en frente de la gran luna llena, sonrió mirando al cielo pensando como hacer su próxima jugada, de la cual dependía completamente la vida de Scarlett.

Se apoyo en un árbol sintiendo unas enormes ganas de reír descaradamente y no las contuvo, río como nunca lo hizo, se río tan alto, tan locamente que hasta un psicópata le tendría miedo, pero no le importó solo se apoyó de espaldas al árbol y se dejó caer en el suelo sin dejar de reír y sonreír.

Cuando recupero la respiración pérdida y el presente dolor de su estómago se calmo, se reincorporo y levanto del suelo; camino aun con esa sonrisa burlona en sus finos labios hasta llegar a la casa donde una vez en la entrada, abrió sin vacilar la puerta y entro.

Una vez adentro, subió las escaleras dirigiéndose a la habitación de la joven, tomo la perilla y abrió la puerta sorprendiéndose al no verla su alegre sonrisa se desvaneció y un grito desgarro su garganta— ¡SCARLETT!

Apretó su puño hasta que quedo blanco y frunció el ceño.

Un leve murmuró lo hizo darse la vuelta rápidamente— Puppeteer ayúdame—escucho sollozar y salio corriendo de la habitación tenia la clara idea de lo que había sucedido, se dirigió a la última habitación del pasillo dónde entro de un portazo.

Al ver lo que había ocurrido, su rostro adoptó un color rojo de ira, se acercó a paso firme hasta una mesa donde Scarlett estaba acostada y atada con un trapo en su boca y lágrimas en los ojos.

—¿QUIEN HIZO ESTO?— grito molesto.

Pero nadie fue capaz de contestar, desató las muñecas y tobillos de la chica que estaban levemente rojos por la presión que había infligido en su piel, le quito el trapo de la boca y la miro como lloraba de un momento y con todo el dolor del mundo Scarlett se abalanzó hasta el cuello de el y lo abrazo con fuerza dónde continuo llorando atemorizada y con un leve temblor en su cuerpo, el correspondió dicha acción para después acariciarle la cabeza.

—Tranquila Scarlett, Tranquila— intentaba consolarla pero solo lograba que llorará mas.

—Sácame de aquí—la escucho murmurar y sin contestar la tomó en brazos y la saco de esa habitación.

Bajo las escaleras y la sentó con delicadeza sobre el sillón.— ¿Que te duele?

—me duele todo el cuerpo—hablo agachando la cabeza.

—¿Que fue lo que paso?—Pregunto pasando una manta sobre los hombros de ella.

—No se exactamente estaba por entrar a mi habitación y me caí con algo luego me di cuenta de que estaba en esa habitación con esas cosas—hablo llorando.

—Tranquila— se sentó a su lado— ¿Te hicieron algo además de atarte a la mesa? — ella negó —bueno pequeña ya no pienses mas en eso—hablo recostándose en el sillón, pensando como castigar a sus marionetas, pero sus pensamientos se esfumaron al sentir como la joven se acurrucaba a su lado abrazándole la cintura y colocando su cabeza en el hombro.

El la miro extrañado pero al verla asustada solo la abrazo apegando sus cuerpos los cuales después tapó con una manta, ella coloco sus piernas sobre las de el y hundió su rostro en el pecho aún soltando varias lágrimas se sentía atemorizada por todo lo que le gritaron e intentaron hacer esas marionetas.

Puppeteer al sentirla temblar solo la abrazo con fuerza y susurro— no temas no permitiré que te hagan daño mi pequeña— acostó su cabeza sobre la de ella cerrando sus ojos, sintiendo como poco a poco se relajaba y se dormía entre sus brazos.
Pero como siempre alguien tenía que arruinar ese momento, y un muy alegre pintor entro a la casa sin avisar— ¡Puppeteer ami...! —no pudo terminar de hablar al verlo así.

—No grites que esta dormida—lo miro de mala gana.

—Perdón es que no sabia—se sentó en un sillón individual— quien lo diría tener que encontrarte así con ella—se burló.

—no molestes la acabo de salvar de mis marionetas— hablo enojado y apretando el agarre de la cintura de la joven, que permanecía tranquila, dormida.

—¿En serio? ¿Como paso?

Ambos jóvenes comenzaron a platicar de ese y otros temas más así pasaron varias horas hasta que amaneció, con lo que luego de varios recordatorios de Helen para poder proteger a su amigo, le advirtió que debía cometer rápidamente sus planes antes de que alguien descubriera que su víctima seguía viva y mandaran a alguien para acabar con ella.

Bloody se fue despidiéndose de su amigo y recordándole por última vez lo que tenia que hacer por su bien.

Puppeteer al estar solo con Scarlett respiro profundo y la tomó en brazos para levantarse y dirigirse escaleras arriba dónde se dirigió a la habitación de la joven pero al recordar todo lo sucedió estaba mas que seguro que sus marionetas la atraparían nuevamente solo que está ves la mataría.

La llevo hasta su habitación donde sabia que nadie entraba a excepción de el, una vez adentro la acostó en su cama y tapó con unas mantas, se sentó a su lado sobre el colchón observándola como dormía tranquila.

My Fair Lady || The PuppeteerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora