Oda al miserable:
Este cántico va por vosotros, personas de pequeñas abyecciones.
A la persona que recicla con matemática precisión, toma el transporte público siempre que puede, nunca deja una lata de cerveza en el parque en el que bebe con amigos, pero, a veces, en los malos días en los que todo es gris, pasa deliberadamente de recoger las heces de su perro que dejándolas en medio de la calle.
A la chica que le va perfectamente con su pareja, pero cuando sube fotos a Facebook piensa "está podría ir bien en Tinder en caso de necesitarlo"
Al chico que aguanta estoicamente una relación a distancia sin infidelidad alguna, aunque la realidad es que no comete pecado porque nadie le da bola.
Al amigo que se alegra por los triunfos de su compañero, pero, en la cama, antes de dormir, piensa en las distintas formas en las que le podría arruinarle la vida.
Al que dijo "no veo porno" y dice la verdad, se la casca con hentai.
A la que ha dicho "si, he visto esa serie", pero ni la ha visto, ni la va a ver, ni quieres que sigas hablando de ella.
A la persona que se sienta al lado de un senegales enorme de aspecto descuidado en el tren, porque él no discrimina a nadie por su color, ni condición social, pero, nada más plantar el culo, en el fondo de su mente se escribe el pensamiento de "Hostias, como huele el puto negro"
Al chico feminista, convencido y aferrado, que aprovecha que tiene gafas de sol para mirar a unas niñas de 14 años más segundos de lo debido.
Al que dice "sindrome de down", pero en su cabeza resuena la palabra "subnormal"
En general, al bajo pensamiento, a la idea fugaz de infamia, a ese noseque que te gustaría hacerle a nosequien, pero que mira, que mejor, no se, mejor no.
La degradación encarcelada, los suspiros de ruindad que a veces brotan y que intentamos sofocar tan rápido como se pueda.
Esto es una oda al ser imperfecto, a todos aquellas personas hijas de puta que se esfuerzan día a día en no ser unas hijas de puta.
Porque de haber algún tipo de condición humana, ha de ser esta.
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Aborto, tal vez
HumorA la chica a la que amas en secreto, a veces, se le rompe el papel higiénico al limpiarse y se llena los dedos de mierda. Tu padre, quizás, fue alguna vez de esos desgraciados que pegan un moco en el espejo del ascensor. Y hoy me he encontrado en el...