Capítulo 2: Llegada a ese maldito lugar

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* Este capítulo tiene un vídeo con música para ambientarlo, si gustas reprodúcelo para oírlo. 



Las tinieblas son disipadas mientras se abren los ojos de Marx, despertó tirado a un costado de donde la soga se rompió y al tocarse la cabeza sintió mucho malestar. Él estaba intentando levantarse del suelo, sin embargo, sus piernas estaban débiles y se sentía un tanto mareado por lo cual cayó de espaldas contra un costado de su cama. Miró alrededor mientras se tocaba el cuello con las yemas de los dedos, podía sentir el ardor de su piel lastimada, arriba vio la soga de la cual se colgó, pero no encontró por ningún lado la parte que estaba atada a su cuello.


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«Parece que ni para esto sirvo, en verdad soy patético», Marx se tapó los ojos con su antebrazo, tenía una sonrisa mientras lloraba lastimosamente y fue recordando esos extraños eventos.

—¿Qué sueño más raro? La falta de oxígeno puede hacerte alucinar cosas muy locas —viendo su mano, encuentra el anillo negro en su anular derecho—. Solo lo encontré en el suelo, no significa nada. —Cuando iba a levantar apoyándose en una silla, miró que a un lado de la mesa estaba una bolsa negra y era igual a la que Fragas le dio en lo que pensaba era una alucinación.

—Ti-Tiene que ser una broma —tomándola sintió una fuerte presión en su pecho, cuando intento abrirla no podía hacerlo—. ¿Po-Porque tengo escalofríos?... —Las manos de Marx temblaban despacio y decidió dejar la bolsa en un lugar oculto de su habitación.

Marx intentó ignorar lo que pasaba, escapó de la realidad como muchas otras veces lo había hecho y se negaba a sanar del dolor que cargaba en su corazón. Bajó rápidamente hacia el primer piso, encontrándose con que la casa estaba vacía, tras lo sucedido con su hermano hubo una gran disputa en su familia, Eric no aparecía por ningún lado sin dar señas de un posible paradero y culparon a Marx de haber traído a Nora dentro su familia. Tuvo que aguantar toda clase de insultos y reproches por parte de sus padres, así ellos decidieron aislarlo lejos por la vergüenza y rencor que le tenían.

Lismatus: Treceava HoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora