Capítulo 4: Algo que rechazar

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* Este capítulo tiene un vídeo con música para ambientarlo, si gustas reprodúcelo para oírlo. 



«Siempre me pregunté, si hubo algún propósito para que naciera, desde que era una niña me consideraban como un objeto para intercambiar por algo mejor... Era una ciega por no verlo, pero en mi ignorancia puedo decir que era feliz».


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—Eso es Selena, tienes que crecer como una chica de la alta sociedad. Puede que sea un poco difícil, pero solo así continuaremos viviendo como hasta ahora. —Le decía su padre mientras dejaba a una Selena de 12 años en una escuela muy exclusiva.

«Todos los días me decían que era una niña muy hermosa, mis padres, mis compañeros, mis profesores, la gente de la calle... Solo a través de los ojos de otros, puedes darte valor a ti mismo. No estaba ciega, yo misma cubrí mis ojos del mundo».

—Nuestra pequeña Selena se volverá una hermosa flor cuando crezca. Ahora mi niña, vamos a casa que tus lecciones empezaran pronto. —La madre de Selena se la llevó apresurada, tras ellos había un niño que se despedía con la mano y se iba con su familia.

—Miguel es muy divertido, me gusta jugar con él... —Menciona la pequeña Selena, su madre era vista por sus ojos como una sombra de sonrisa falsa y esta le apretó fuertemente la mano.

—No te juntes nunca más con ese mocoso, debes tener amistades de tu nivel social. Juntarte con gente de su calaña, solo te traerá habladurías que no necesitamos. Esa estúpida de su madre, piensa que se ganará nuestro prestigio de una forma tan vil... ¡Ja! Me da risa su ignorancia. —La madre de Selena mostraba una falsa sonrisa al despedirse de lejos, tras ella estaba una señora algo humilde y su hijo, un niño con el cual nunca volvería a jugar o siquiera a verlo otra vez.

Lismatus: Treceava HoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora