Día 1.

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Ya habían pasado más de 30 minutos desde que había iniciado la persecución y las sirenas no sonaban lo suficientemente lejos para declararse victorioso, él poseía un buen físico, le gustaba ejercitarse para este tipo de situaciones, sin embargo carecía de resistencia y sabía que no aguantaría diez minutos más.

Además detestaba transpirar pues, según él, lo hacía verse desaliñado y sin clase, el sudor ya empezaba a deslizarse por su cara −Asqueroso−refunfuñó en una exhalación.

Soltó una carcajada mientras apresuraba el paso, ya estaba cerca de Pledis, el Hospital que había sido inaugurado hacía unos meses, si se colaba todo estaba resuelto, la policía no podría entrar pues esto alteraría la paz y el orden del lugar. Era el plan perfecto.

Entró al lugar con la mirada baja y tosiendo falsamente, mirando de un lado a otro para saber dónde podría ocultarse en caso de que sus perseguidores decidieran acceder al lugar.

−Disculpe− limpio discretamente el sudor de su frente−¿Dónde está el ala de pediatría?−el doctor al que había acudido lo miró de arriba a abajo−Oh, vengo por mi sobrina− su voz era dulce y amable.

−Por el elevador−señaló a su derecha−en el piso...−se vio interrumpido por las exclamaciones de asombro de la multitud en la sala de espera... lo habían hecho, habían entrado−En el tercer... piso−finalizó el medico, pero el joven de cabellos rubios ya no se encontraba frente a él.

Yoon Jeong Han había aprovechado esa distracción y en medio de la confusión había robado la credencial del medico y tomado una bata que estaba en el mostrador de la recepción cerca del elevador.

Presionó un botón al azar y con impaciencia esperó, las puertas finalmente se abrieron, no habían pasado más de unos segundos pero a él le parecieron una eternidad, estaba en el quinto piso. Recorrió con la mayor discreción posible el pasillo hasta que escuchó que el elevador se abría nuevamente, con el corazón acelerado abrió la puerta que estaba frente a él, y la cerró de golpe, y se quedó inmóvil unos segundos bloqueándola con los brazos extendidos.

−Hey, Doc ¿va todo bien?− la gentil voz del joven que estaba tendido en la cama hizo que Jeong Han se diera la vuelta torpe y bruscamente. El joven tenía la piel sumamente pálida y el cabello castaño, tenía pequeñas ojeras debajo de sus ojos hinchados y su boca reseca mostraba una sonrisa genuina.

−Eh... Si, claro− contestó después de carraspear sutilmente un par de veces. Y se acercó de manera natural a este.

−Y dígame, Doctor...−el joven se inclinó un poco hacía él y miró la credencial que tenía en la bata, la foto estaba gastada y no se percibía con claridad, Jeonghan se había dado a la tarea de rasparla con una llave mientras estaba en el elevador, pero el nombre y los otros datos estaban intactos−Doctor, Lee Seok Min ¿qué lo trae por aquí?

Los pasos en el pasillo y las voces de los oficiales disculpándose, abriendo puerta tras puerta y pidiendo información a las enfermeras en el pasillo parecían estar cerca, tal vez demasiado.

−El- El baño... −Jeong Han miró la puerta a su derecha − Yo, tengo que pasar al baño −finalizó y entró rápidamente a este.

Tenía el oído pegado a la puerta y pudo escuchar como los oficiales entraban a la habitación, sus manos estaban sudorosas, no podía ser, no podía ser, no dejaba de repetirse que no había cometido ningún error, durante su fuga, lo único que no había estado en sus planes era que la persecución durara más de treinta minutos, usualmente los policías se rendían pasada la media hora, pero esta vez no había sido así, esta vez no lo habían perdido de vista.

−Disculpe la intromisión−la voz al otro lado de la puerta era amable −Soy el detective, Kwon Soon Young ¿puedo hacerle un par de preguntas?

−Claro− contestó el joven y Jeong Han tuvo que contenerse con todas sus fuerzas para no darse de topes en la puerta.

−Llevamos un tiempo siguiéndole la pista a un fugitivo −carraspeó − Ya había huido otras veces, pero pudimos predecir sus movimientos y en esta ocasión lo seguimos de cerca. No es mi intención alarmarlo, pero está en este edificio −Jeong Han no pudo contener los nervios y soltó un quejido sin pensar, inmediatamente la mirada del detective Kwon se clavó en la puerta −Dígame −se acercó a la cama del joven sin dejar de mirar la puerta del baño, tomó el expediente medico y lo revisó de manera superficial −Dígame, joven Hong Ji Soo hay...

−Ese es mi nombre coreano, preferiría que me llamara Joshua− el hombre que poseía ojos que parecían señalar las 10:10 lo miró molesto porque lo había interrumpido− Si va a interrogarme lo mejor es que me sienta cómodo ¿no es así? −sonrió de manera inocente −Si me siento cómodo diré la verdad, lo he visto en algunas series y en los animes siempre funciona.

−Bien−soltó un suspiro, tenía que ser amable, no podía interrogar al pobre joven como a la escoria con la que estaba acostumbrado a tratar, ya tenía suficiente con estar enfermo y, por lo que había leído en el expediente, moribundo− Dime, Joshua ¿hay alguien en el baño?

−Si.

Don't Wanna Cry | JIHAN |  SeventeenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora