c u a t r o

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Hay muchas cosas que parecen inexplicables. Muchas cosas que le damos vueltas y vueltas y no parecen tener sentido. La pregunta es... ¿somos lo suficientemente inteligentes para dinamizar su sentido? Quizás no.

Aquel chico pensaba aquello, ni siquiera él podía entender muchas cosas porque no era su incumbencia entenderlo, el solo debía mantenerse fuera de ciertos límites. ¿Debía decirle a Su Min quién era él? Probablemente ella no lo entendería.

El no sería capaz de mantenerse muy lejos de ella, puesto que era su... ángel guardián. Así como lo oyen. Eran tan resplandecientes por donde sea que se le mirasen. Todos con ojos azules como el mismísimo cielo y con dos alas tan grandes y fuertes que solo ellos podían ver y que por esa razón Su Min no las había notado. Su cabello de color oro, como si cada hebra fuera hecha de oro puro. Una mirada de ellos podía hipnotizarte como su presencia.

Cuidar la vida de Baek Su Min cuando se le necesitase, un trabajo que hubiera sido más sencillo si ella no lo viera, o simplemente no hubiera hecho ninguna promesa. Ella no lo recordaba de todas maneras, pero cuando un ángel prometía algo, no podía retractarse. Una opción que lo hacía visible ante las personas que lo rodeaban, era aquel otro camino que podía tomar pero tenía que ser muy cuidadoso para que las personas no noten nada fuera de la normal. Entonces debía ser humano. ¿Cuándo lo haría? ¿Era esta la oportunidad perfecta? Quizás sí. Quizás no. De ahora en adelante tendría que estar más cerca, aunque no le gustaba mucho la idea de hacerse humano para no parecer un acosador, ya que podrían ser muchas las veces en que sus miradas se encuentren de nuevo y para ese entonces Su Min no se quedará callada. Por ahora solo tendría cuidado de no ser descubierto por Su Min o eso podría hacerla asustar mas.

Su mente estaba disparada por todo lo que se refería hacer parte del mundo de Su Min, que no se dio cuenta cuando la chica le habló por fin.

—Oh... lo siento, ¿qué decías?

— ¿Quién es... usted?

Una pregunta, muchas respuestas pero ninguna de ellas las diría. ¿Qué debería responder?

—Soy...

— ¡Baek Su Min!

— ¿Mm? –La castaña reacciona al llamado de su nombre y mira a quien corre con afán hacia ella. Era su hermano.

El ángel toma la distracción de Su Min y pronto desaparece de su campo de vista.

La chica por su lado queda completamente desorientada cuando al voltear de nuevo para ver aquel hombre misterioso, el ya no estaba, se había ido.

—Hey, ¿qué haces acá niña tonta?

— ¿Qué? Oh... —El chico, quien se encontraba chupando un refresco, recibió una palmada fuerte en la cabeza por parte de Su Min, que lo hizo botar de inmediato su refresco y comenzó a sobarse la cabeza, adolorido. —No me vuelvas a llamar tonta, Jungkook.

— ¿Por qué siempre tienes que ser tan agresiva con tu hermanito? Eres tan cruel, bruja.

El hermano de Su Min era un chico común y corriente. Amaba salir con sus amigos, se quedaba hasta tarde jugando videos juegos con ellos y de vez en cuando se embriagaba... con jugo de naranja. Todos lo protegían y no dejaban que tomara un sorbo de cerveza, ya que la primera vez que había tomado tanto, se desnudó frente a su abuela y le dijo con voz apenas entendible que su amiguito había crecido y que pronto lo iba a sacar a pasear. Un recuerdo que solo daba para hacer reír a Su Min y a sus amigos cada vez que lo escuchaba de sus papás, quienes presenciaron todo el alboroto. Afortunadamente la abuela no murió de un infarto o no habría tal chiste.

ーwinter bird; pjm♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora