q u i n c e

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Hoseok esperaba en el asiento trasero de Jin. Nadie había hablado durante todo el camino, ni cuando llegaron al lugar donde arreglarían la velación de su amigo. Hoseok no quiso salir, y mantenía su vista clavada en el suelo, pensando en cosas que aún eran secretas para los demás. Parecía estar en otro mundo, porque las veces en las que había pronunciada palabras, respondía cosas totalmente distintas a las que se le preguntaba. Namjoon y Jin ya estaban adentro, organizando todo. Eran los que hasta ese momento habían tratado de no perder el control, y que habían tomado las riendas de todo lo ocurrido en las pasadas horas. Sus semblantes lucían tristes, a cada paso que daban, se sentían como si el suelo fuera una masa tan espesa que dolía poner un pie tras otro. El peso de un vacio.

Aquel día  había comenzado tan bien como cualquier otro día, sin ninguna intención de volverse una pesadilla. Los estudiantes con sus alborotos. El instituto tenía el mismo panorama de siempre, a excepción de un sólo cabo suelto; el carro. Este había perdido sus estribos, la persona que iba al volante manejaba a una velocidad nada prudente. Fue demasiado rápido cuando todo ocurrió, que Yoongi no tuvo tiempo ni de pensar siquiera en el dolor físico que le provocó caer contra el asfalto, pues sus ojos se cerraron tan pronto con la última imagen que sus ojos habían capturado a la distancia, y aun en ese momento el amor que sentía por Sumin seguía intacto.

Sumin, Jungkook, Hoseok, Namjoon y Jin. Para ellos el tiempo ya no avanzaba de la misma manera. Daba la sensación de que todo se hubiera quedado estancado en ese día, una pausa que les permitía sentir a carne viva los pedazos de sus corazones. Y dolía. El daño tan profundo que causa ver partir a un ser querido. Entonces, en aquel momento tener una memoria no era esencial, por el contrario, se había vuelto el mayor enemigo para ellos, pues cada vez que sus mentes desvergonzadamente recurrían a ella, el dolor florecía de nuevo en ese espacio donde con tanto amor a su amigo habían puesto. Ciertamente, la memoria se había convertido en un don funesto.

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Sumin

El cielo se veía pálido y el clima más frío que de costumbre se sentía contra la piel desnuda, creándose un ambiente lúgubre y melancólico como las sombras que adornaban los ojos de la castaña. El sol no se asomaba ni por las crestas. Una lágrima cruzó la mejilla de la chica. Aquella pequeña gota como esa que cae accidentalmente en papel lleno de escritura poética, mezclando el color que fuere la tinta en la que estaba escrito todo, volviendo ilegible la letra. Así era su rostro, uno en el que desdibujaba un rostro lleno de vida, borrando cada trazo de su piel, trastornando todo. Odiaba aquel firmamento que se imponía frente a sus ojos marchitos, pues este se parecía a la piel de Yoongi; sin vida. Un suspiro, como aquel soplo fuerte y estridente que sale después de que un edificio se desploma. Ella solo necesitaba a su amigo de vuelta. Necesitaba de la calidad de su personalidad. Él era aquel radiante sol, sin embargo, este se había ido para siempre.

La brisa fría rozaba su rostro, como si de un consuelo, de un gesto comprensivo se tratara, secando las lágrimas que comenzaban a resbalar, mientras su vista detallaba las edificaciones de la ciudad. El edificio en que estaba era alto. Cerró los ojos, cavilando, como quien intenta cruzar entre matorrales, rajándole la piel a su paso porque recordar dolía, hasta encontrar aquella primera vez que subieron las escaleras, corriendo, sintiendo cada musculo estirarse por la carrera, los sonidos apresurados de sus pies contra la grava de las escaleras, riendo, hasta llegar al último piso del que hoy ella se encontraba, pero ahora ella estaba sola. Un hueco imaginario se abrió, aquellos matorrales cada más lejos, cayó en una oscuridad tenebrosa, el grito ahogado que explotó de su boca la obligó a volver a la realidad.

Un huracán de sentimientos sube vertiginoso desde el afligido corazón de Jungkook hasta salir por su boca, transformado en un grito espantoso. Era un grito como de quien lo desgarran por dentro, parte por parte, buscando el máximo dolor. Miles de imágenes pasaban por la mente del chico. Las lagrimas mojaban su rostro, desvaneciendo lo que una vez tuvo tanto brillo y plenitud, ahora no quedaba más que un rostro sin color, y como dos rubíes, sus ojos estaban totalmente rojos y perdidos. Jungkook apretó sus puños, el recuerdo de Yoongi siendo atropellado dolía. Su mirada dio un recorrido de todos los momentos que colgaban en su pared. Sonrisas, carcajadas, era como si aquellos instantes hubiesen pasado hace un segundo atrás. Sonaban en su cabeza, recreando todo una vez más. Las fotos que una vez colgó con felicidad, ahora estaban siendo arrancadas con dolor y furia por él. Sus puños poco a poco se lastimaban, creando raspaduras. Pero no había algo más profundo que las heridas que se abrían al paso de los recuerdos. Odiaba su realidad. Y ahora comprendía cuan engañosa era la felicidad de esos tiempos pasados.

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⏰ Última actualización: Nov 19, 2017 ⏰

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ーwinter bird; pjm♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora